CORREO DEL CARONÍ
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Sin luz de 12:00 de la noche a 4:00 de la madrugada. Cuatro horas a oscuras, sin alumbrado público, sin electricidad en el hogar… así es uno de los intervalos de cortes eléctricos pautados por la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) para elPlan de Administración de Cargas, destinados a estirar la utilidad del embalse de la represa Guri, que ronda la zona de colapso.
La urbanización Orinoco y toda la zona comercial de Castillito fue objeto de ese racionamiento, que se cumplió a cabalidad la madrugada de este jueves. El descontento social abrió paso a una nueva jornada de protesta y barricadas a lo largo de la avenida principal de Castillito.
Yocsary Henríquez, residente de la urbanización Orinoco, contó que vecinos de la comunidad tomaron las calles en señal de reclamo. “Quemaron caucho, trancaron la calle, a raíz de todo esto. Ese horario es una locura. Hoy no llevé a mis hijos al colegio porque no pudieron dormir en toda la noche (por el calor)”, explicó.
Además, los afectados viven ese apagón con la zozobra de la inseguridad, “¿Quién va a dormir tranquilo en esa oscurana? eso se presta para los robos, cónchale”, indicó Mariluz Fernández desde la ventanilla de su bodega en la urbanización Orinoco. Tras los cortes eléctricos del racionamiento, que ya alcanzan casi los dos meses, la fuente de poder de su computadora de escritorio se dañó. “La tengo ahí, esperando para repararla”.
El martes, la extensión del racionamiento eléctrico en las parroquias Unare y Universidad también generaron protestas de calle que recordaron las guarimbas de 2014. En Core 8 y Curagua se registraron, inclusive, saqueos, toda vez que la luz debía retornar a las 8:00 de la noche, pero lo hizo pasadas las 10:00.
Vandalismo
En la avenida principal de Castillito no solo se encontraron los vestigios de las barricadas quemadas, en señal de rechazo por el corte eléctrico de la madrugada. La protesta y la oscuridad arroparon, también, actos de vandalismo en toda la zona comercial.
Los vidrios de los pisos superiores de la sede del Instituto Universitario Santiago Mariño y de El Nuevo Guayanés y Notidiarioestaban rotos. Fueron quebrados a pedradas, al igual que la entrada de la Torre Diana.
Un representante de este último edificio, visiblemente molesto, condenó el vandalismo del que fue objeto toda la zona de Castillito, desestimando la protesta comunitaria por un corte de luz que precariza la calidad de vida de los ciudadanos y que además incentiva la actividad delictiva.
Daños a electrodomésticos
Los vecinos de la urbanización Orinoco contaron que cuando les llegó la energía eléctrica, a las 4:30 de la mañana (con media hora de retraso según el horario programado), tuvieron luz por una media hora hasta que explotó un transformador.
Personal de Corpoelec lo reparó y a las 7:00 de la mañana tenían el servicio, pero a las 9:00 de la mañana hubo otro corte momentáneo de media hora.
A la tía de Yocsary Henríquez se le quemó el aire acondicionado. En el otro sector de la urbanización Orinoco, conocido ahora como El Progreso, también hay pérdidas: a Ana Salazar se le dañó la nevera de su casa hace una semana.
Su abuela ya contabiliza tres artefactos dañados, la nevera, el microondas y la licuadora, desde hace un mes, cuando comenzaron los cortes eléctricos no anunciados, que se repetían sistemáticamente por dos horas, de 4:00 a 6:00 de la tarde.
Los venezolanos pagan las consecuencias de una mala gestión gubernamental que descuidó la generación termoeléctrica, que hubiera garantizado 24 metros más de agua para el embalse.