CORREO DEL CARONÍ
“Para que el embalse de Guri comience a bajar bajo las condiciones actuales, tendría que dejar de llover por lo menos un mes”, explicó el analista meteorólogo, Eric Parra.
María de los Ángeles Ramírez Cabello
Las proyecciones meteorológicas para los próximos siete días indican que las lluvias en la cuenca del río Caroní y sus afluentes continuarán, lo que agrava el riesgo de inundaciones en las comunidades de Ciudad Guayana cercanas al río y aumenta el derroche energético en las centrales hidroeléctricas del Bajo Caroní, recientemente denunciado por expertos eléctricos.
La sobreabundancia se observa en la apertura de las compuertas de las centrales hidroeléctricas desde hace más de una semana y el espectáculo visual que ha significado la crecida del salto La Llovizna.
El analista meteorólogo, Eric Augusto Parra, aseguró que este año es y será “bastante generoso” en cuanto a precipitaciones. “Lo que en el mapa (en la parte inferior) se ve en tonos violetas y azules intensos, son acumulados de agua relevantes”, que coinciden con el periodo estacional de precipitaciones.
“Para que el embalse comience a bajar bajo las condiciones actuales, tendría que dejar de llover por lo menos un mes. Vamos a tener un agosto con un pico máximo de lluvias en el que el nivel de emergencia podría incrementarse. En septiembre la curva comienza a decrecer, va a llover en menos cantidad”, explicó, pero sostuvo que pese al descenso de las precipitaciones el bajo turbinado de las centrales hidroeléctricas del Bajo Caroní impedirá que los embalses desciendan.
“Ya no será un tema hidro-meteorológico, sino operacional. Si no turbinas lo poco que llueve, el embalse seguirá alto”.
Un informe del 28 de julio, elaborado por Parra como parte del Foro de Meteorología de Venezuela, indica que “el periodo de lluvias se desarrolla bajo un escenario de expectativa con acumulados por encima de los promedios en todo el territorio nacional y la región sur no es la excepción (…) Para los próximos siete días los modelos auguran un ciclo de lluvias abundantes para las cuencas del Orinoco y Caroní dentro del régimen estrictamente estacional”.
Para la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), los afluentes del Caroní son de los más altos desde que la organización comenzó con el registro sistemático, hace más de 50 años.
La empresa junto a Protección Civil, Gobernación de Bolívar y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana instaló, a finales de julio, un Centro de Operaciones de Emergencia para atender la crecida aguas abajo de la central hidroeléctrica Antonio José de Sucre, en Macagua, donde más de 200 viviendas han resultado afectadas.
Riesgo agravado de inundaciones
El experto eléctrico y consultor internacional, José Aguilar, explicó que el 2017 apunta a cerrar con una hidrología récord. Precisó que el 2010 ha sido hasta ahora el tercer año que más ha llovido desde 1950, pero tanto el primero como el segundo trimestre de este año muestran un paso más agresivo.
“Dado que en el 2010, se manejó más demanda nacional y de Guayana que en este 2017, entonces el manejo de los caudales de alivio serían superiores”.
De mantenerse el ritmo de caudales-aportes por el resto del año o con un comportamiento similar al de 2010, Aguilar resaltó que estaríamos ante “una hidrología récord este 2017; un derroche energético sin precedentes y una situación de riesgo agravado para la población aguas abajo con un mayor riesgo de inundaciones”, alertó, una situación que a su juicio debe ser del conocimiento de las autoridades
Los afluentes del Caroní son de los más altos desde que la organización comenzó con el registro sistemático, hace más de 50 años.
Con el nivel de aportes, es poco lo que se puede hacer ahora en materia de producción hidroeléctrica debido a normas de operación estable de un Sistema Eléctrico Interconectado y baja demanda eléctrica. “La producción hidroeléctrica a través del caudal turbinado para que sea efectivo al momento de una crecida debió haberse anticipado meses atrás, las turbinas aun en el caso de Guri todas las 20 turbinando no podrían manejar lo que se puede descargar por el aliviadero”, explicó.
Aguilar denunció que las autoridades manejan la información y los modelos predictivos “para prevenir este mal manejo”, pero afirman que prefirieron la opacidad.
“Es inexcusable que en menos de 15 meses la irresponsable y desatinada gestión haya llevado al país a los dos extremos de cota: casi la mínima, con racionamientos que pudieron evitarse y ahora a la cota máxima forzando el llenado del embalse prematuramente y con una inaceptable reducción de la capacidad de maniobra en plena época de lluvias para evitar daños a la propiedad y seres humanos”, puntualizó