EL UNIVERSAL
Estas interrupciones han ido creciendo en forma constante en los últimos años.
Los obstáculos que presenta el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), en sus áreas de generación, transmisión y distribución, se manifiestan directamente en el servicio que recibe el consumidor final. En los últimos años se ha producido un aumento constante en el número de interrupciones del suministro eléctrico.
Para el período enero-agosto de este año «se pueden cuantificar 501 fallas mayores a los 100 megavatios (Mw)», señaló José Aguilar, consultor internacional de sistemas eléctricos, según datos extraoficiales.
Una interrupción de esa magnitud equivale a una ciudad de 300 mil habitantes que queda sin ese servicio por un tiempo determinado.
Apuntó que en 2011 se registraron 509 eventos. «Esto significa que en un lapso menor de 2012 casi se ha alcanzado al número tan elevado de fallas reportadas el año anterior».
En su opinión, el Gobierno «ha mejorado al sistema con inversiones y construcción de plantas, pero no es suficiente», ante los desafíos de la demanda eléctrica nacional, el crecimiento poblacional y de infraestructura. «Es como si se imprimiera mayor velocidad a un carro que no está en condiciones de acelerar más allá de su tope, al hacerlo se corren riesgos de incurrir en fallas y en graves desperfectos».
En el caso del servicio eléctrico, comentó Aguilar, al «usuario lo que le importa es tener luz, no los argumentos de por qué no la hay».
De acuerdo al analista a finales de enero se produjo una falla que superó los 800 Mw y en febrero se registró otra que racionó 400 Mw. Pero fue en los meses de abril y mayo, cuando la temperatura se disparó, en que la demanda no servida alcanzó a 1.200 Mw; en ese lapso se detectó una decena de interrupciones sucesivas por encima de los 700 Mw.
De cerca
Miguel Lara, ex-gerente general de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados -hoy Centro Nacional de Despacho- ha estudiado este tipo de ocurrencias y su impacto.
De acuerdo al especialista en 2000, estas fallas se ubicaron en 55; en 2005 llegaron a 86 y desde entonces se ha producido una escalada. En 2006 fueron 92 y en 2007, 113; en 2008, 151 y en el preámbulo de la crisis eléctrica, las interrupciones se situaron en 339 y a 400 en 2010.
A finales de ese año el Gobierno eliminó la información oficial que emitía Opsis, sobre el comportamiento y operatividad del sistema eléctrico.
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