Prodavinci
Un trabajo de la serie «Las Horas Oscuras»
La central hidroeléctrica de Guri es la obra de ingeniería más importante de Venezuela. Se culminó en 21 años. Es la principal fuente de electricidad del país 34 años después de su inauguración. Prodavinci rememora el desarrollo y culminación de Guri, a través de esta selección de fotos cortesía del Archivo de Fotografía Urbana y el libro Agua fuerte, de la fotógrafa Sylvia Ossott.
Por Luisa Salomón
Venezuela era un país rural cuando empezaron los estudios para electrificar al país en 1946. Solo algunas ciudades importantes, como Caracas y Maracaibo, tenían electricidad permanentemente. Había servicio en la mayoría de los pueblos entre seis y diez horas al día. Los estudios determinaron que el río Caroní tenía un caudal abundante con mucho potencial hidroeléctrico. El estudio recomendó construir cuatro centrales eléctricas: Macagua, Guri, Caruachi y Tocoma.
La central de Guri es la segunda de las cuatro centrales en ser construida, después de Macagua. Su desarrollo tomó 30 años de estudios y obras construidas durante seis gobiernos democráticos, y dos años de dictadura militar. En 1968 terminó su primera etapa de construcción, que incluía la presa de gravedad y la primera casa de máquinas. En 1986 fue inaugurada en su máxima capacidad y excedía la demanda eléctrica del país. En los ochenta, Venezuela terminaba grandes obras como el Metro de Caracas, la construcción de las torres de Parque Central y del teatro Teresa Carreño.
Guri era la central hidroeléctrica más grande del mundo. Cinco años después de su inauguración, la superó en magnitud la central Itaipú, un proyecto binacional de Brasil y Paraguay. En 2007 las superó la central de las Tres Gargantas, en China. En 2020, Guri sigue siendo la central que mantiene encendida a Venezuela.