Versión Final
Cerca de las 1:00 pm, varios ciudadanos reportaron la falla eléctrica que se produjo en los estados, Barinas, Táchira, Zulia, Caracas, Nueva Esparta, Mérida, Lara, Falcòn y Amazonas. El pasado 13 de septiembre una situaciòn similar se originó en distintas regiones del país. La falta de mantenimiento del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) sumado luego a la implacable sequía de 2009 resultó en la debacle de energía para Venezuela
La pesadilla de los bajones eléctricos parece no tener fin. En horas de la tarde de este sábado 30 de septiembre, una fuerte fluctuación eléctrica se hizo sentir en el Zulia, y al menos nueve estados del país, causando preocupación en algunos sectores de la población, quienes a través de redes sociales expresaron su malestar debido a los constantes apagones que persisten a diario desde hace más de un mes.
Cerca de las 1:00 pm, ciudadanos reportaron la falla eléctrica que también se produjo en los estados, Barinas, Táchira, Nueva Esparta, Mérida, Lara, Falcón y Amazonas. La capital del país, conocida por ser una burbuja dentro de Venezuela, no escapó esta vez de la realidad que coloca en permanente zozobra al resto de la nación.
Los apagones persisten en la Gran Caracas y otras regiones de Venezuela durante la tarde de este #30Sep», detalló Dateado a través de X.
No obstante, el estado Zulia es aún uno de los más afectados, y sus habitantes exigen al Estado venezolano abocarse a arreglar la problemática.
Sera que Corpoelec, cree que los marabimos, somos dragones y, nos alimentamos de fuego. Recortes hasta 2 veves. Bajones como arroz.
— Elsy (@elsyggarcia) September 30, 2023
Por otro lado, una habitante de la parroquia Cristo de Aranza de Maracaibo expresó que en dicho lugar suman más de seis horas sin electricidad, «sigan así que vamos bien, abóquense a trabajar», escribió la afectada.
Por el momento, la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) no se ha pronunciado al respecto para ofrecer detalles de los problemas que ocasionaron esta nueva falla eléctrica, la cual mantiene en vilo a los habitantes que hacen vida en el territorio nacional. Ciudadanos reportan que además limitar sus actividades cotidianas, corren el riesgo de que aparatos como televisores, aires acondicionados y neveras puedan presentar daños.
El pasado 13 de septiembre una situación similar se originó en distintas regiones del país, luego de que múltiples variaciones de voltaje atormentaran la tranquilidad de los venezolanos, pese a que no hubo pronunciamiento oficial en aquella oportunidad, se pudo conocer que la caída de una de las tres líneas de 765 KV de las centrales hidroeléctricas de Guayana, en Bolívar, fue la causa que desencadenó la «lluvia de bajones».
Ineficiencia y corrupción agravan la crisis
Ya en 2009 se vivían apagones en el país. La falta de mantenimiento del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) sumado luego a la implacable sequía de ese mismo resultó en la debacle de energía para Venezuela.
Chávez decretó en diciembre de 2009 la emergencia eléctrica. En ese periodo el entonces Presidente pedía a la gente que no consumiera tanta electricidad ni agua y decía que él ahorraba duchándose en 3 minutos. Luego vendrían los contratos multimillonarios en dólares con empresas que prometieron acabar con la crisis energética en Venezuela y que terminaron en desfalcos que aún hoy repercuten. Una de ellas, Derwick Associates.
Ya han pasado 14 años de aquellos episodios y aún hoy arrecian y se multiplican los apagones en el país.
De acuerdo a la investigación realizada por el periodista César Batiz, en octubre de 2009 la empresa suscribió con la Electricidad de Caracas el contrato por 198 millones de dólares por el equipamiento y construcción de la planta de Picure, sin tener experiencia en el sector ni el requerido registro de empresa en Venezuela, ni siquiera estaba inscrita en el Registro Nacional de Contratistas (RNC).
Derwick Associates
Según el último reporte operativo oficial del Sistema Eléctrico Nacional, al que se tuvo acceso el 2 de marzo de este año (2015), solo tres de cada diez turbinas vendidas e instaladas por Derwick, están disponibles. Las demás se encuentran paradas por mantenimiento o desperfecto, o nunca entraron en operación, como es el caso de la planta A de Sidor, con turbinas General Electric usadas y traídas de Estados Unidos.
Desde 2011 se ha señalado que el negocio de Derwick estuvo en la venta de turbinas y equipos, pero los papeles revisados demuestran que la gran ganancia la lograron en la Ingeniería, Procura y Construcción (EPC en inglés) de las plantas, al separar hasta en tres partes los presupuestos, renglón en el cual la empresa venezolana cobró casi el doble de lo subcontratado con ProEnergy: 564 millones de dólares la estadounidense.
Estos hechos de presunta corrupción han impactado negativamente en la realización y garantía de los derechos económicos, sociales y culturales, precarizando de forma desproporcionada la calidad de vida de las personas. Ante esto, organizaciones como Provea y Transparencia Venezuela han reiterado en diferentes oportunidades su exigencia a las autoridades del Ministerio Público y Contraloría General de la República de iniciar una investigación oportuna y transparente que conduzca a la sanción de los responsables.