A la Nación Venezolana
LA CRISIS DEL SECTOR ELÉCTRICO
(Junio 2012)
El Grupo Ricardo Zuloaga, conformado por profesionales estrechamente vinculados al sector eléctrico venezolano, ha realizado observaciones críticas y también ha propuesto soluciones a la creciente crisis del sector eléctrico. En el presente documento el grupo se permite reiterar aspectos a considerar para definir acciones a realizar en un futuro cercano.
El documento se ha dividido en diez secciones que resumen los aspectos más resaltantes de la crisis eléctrica que atraviesa nuestro país: subordinación y control político, la crisis energética, el problema de la generación, la necesidad de planificación del SEN, las restricciones del sistema de transmisión, el colapso de la red de distribución, los contrasentidos de la comercialización y su impacto en la viabilidad financiera, la reestructuración del sector, la importancia de la fuerza laboral y el impacto económico nacional.
Queremos dejar sentado que, a pesar de que el sector atraviesa por una crisis estructural profunda, existen acciones concretas que pueden reducir los tiempos e inversiones necesarias para su solución en un ámbito que permita corregir las causas raíz de toda esta problemática. El éxito de esta tarea sumamente compleja y delicada sólo será posible si se adoptan las decisiones que permitan conformar equipos de alto desempeño, con conocimiento, experticia y ética profesional.
1. LA SUBORDINACIÓN Y EL CONTROL POLÍTICO DEL SECTOR
Subordinar el conocimiento y la gerencia a los objetivos de un inviable proyecto político conlleva a que el poder reprima el pensamiento autónomo y creador del ser humano. La política energética del gobierno central no quiere el conocimiento, ni la ciencia ni la tecnología venezolanos, de allí la escalada de agresiones físicas e institucionales a las universidades autónomas y centros de investigación. En este particular contexto se inscribe la eliminación del papel protagónico de las clases obreras, técnicas y profesionales en la solución de la crisis eléctrica. Los trabajadores todos de la industrias petrolera, del gas y eléctrica están sometidos a una intolerable coacción de un patrono militarista y monopólico.
En 2007 fueron expropiadas por el gobierno central las empresas eléctricas privadas, entre ellas la Electricidad de Caracas que fuera desnacionalizada a manos de la empresa norte-americana AES Co. con la venia del Ejecutivo en Mayo de 2000. En 2009 el conjunto de históricas empresas eléctricas fue absorbido por CORPOELEC, dando lugar así a una crisis institucional que ahora cabalga sobre la crisis estructural iniciada en 2003. CORPOELEC es un compendio de errores decisorios por su incidencia negativa en la buena marcha del Sector y de la Nación. El usuario, razón de ser del servicio eléctrico, es hoy la más azotada víctima producto de la gravísima desnaturalización histórica e institucional del sector eléctrico.
2. LA CRISIS ES ENERGÉTICA
Aun siendo Venezuela un país con grandes recursos energéticos, los últimos 14 años han estado signados por un retroceso en materia energética en cuanto a la oferta para satisfacer con calidad la demanda del mercado interno, y en lo concerniente a una disminución en los niveles de exportación de petróleo y sus derivados.
La crisis energética por la que actualmente atraviesa el país está compuesta por los problemas del sector de los hidrocarburos y la existente en el sector eléctrico. La solución de esta requiere de la atención simultánea y coordinada de ambos sectores, ya que el eléctrico necesita del suministro de los combustibles (gas, diesel y fuel oil) y el sector petrolero necesita la generación de electricidad para llevar a cabo parte de sus operaciones. Es decir, la seguridad energética de Venezuela se encuentra fracturada.
Lo anterior nos indica que la crisis energética es de carácter estructural, y cuya solución requiere al menos cuatro años para ejecutar proyectos nuevos, tanto en el área de los hidrocarburos como en el área eléctrica, preparar el recurso humano idóneo y lograr la disponibilidad tecnológica y financiera, nacional e internacional.
3. LA NECESIDAD DE PLANIFICACIÓN DEL SEN
El Sistema Eléctrico Venezolano se desarrolló con base a planes de largo plazo y considerando al usuario como la razón de ser del servicio. Su expansión se ejecutó de forma coherente y armoniosa de forma tal que las obras de generación, transmisión y distribución se incorporasen oportunamente, con holgura a futuro, y que la generación incorporada contara desde un principio tanto con reservas probadas de combustibles termoeléctricos como con su sistema de transporte y de distribución y así garantizar un servicio confiable a los usuarios.
Esta planificación coherente ha sido reemplazada en los últimos 14 años por una improvisación sin precedentes, donde se puede iniciar el desarrollo de cualquier obra que se le ocurra al gobierno sin que la misma se corresponda con las reales necesidades del sistema eléctrico y se pueden cambiar los lineamientos de uso de los recursos primarios sin ningún estudio que lo soporte y así se eliminan o menosprecian opciones de desarrollos hidroeléctricos y luego aparecen o se impulsan opciones nucleares para inmediatamente abandonarlas y así, de improviso, aparecen planticas de generación distribuida y gabarras, todo ello porque no se hicieron las ampliaciones necesarias y al final no se tienen la infraestructura requerida y los recursos económicos y energéticos de la nación terminan despilfarrándose
La necesidad de “planificar” en el caso del SEN está plenamente justificada por la simple realidad de que si no se incorporan las obras oportunamente entonces el sistema eléctrico entra en condiciones de falla, es decir, no es capaz de satisfacer la demanda, cuando ocurre una o cualquier combinación posible de las siguientes circunstancias:
- Incremento de la demanda superior al previsto;
- Indisponibilidad forzada de equipos de generación y/o transmisión
- Insuficiencia estacional de los aportes hidráulicos.
El sistema eléctrico venezolano se caracteriza por una participación de más de 60% de la hidroelectricidad en la generación total, sujeta a conductas aleatorias de las hidrologías en el Bajo Caroní y en los Andes. De allí la importancia de un despacho óptimo hidro-termo para garantizar el suministro de energía en periodos secos, coyunturas cíclicas que amenazan la seguridad del suministro y que reclaman ser previstas con suficiente anticipación para poder mantener la oferta eléctrica ante las contingencias estacionales.
La razón de ser de la Planificación es cuidar el equilibrio entre oferta y demanda, en lo cual no hay cabida a las subjetividades políticas en las decisiones de inversión y en el diseño coherente de los planes de expansión. Hoy vemos que el sistema eléctrico venezolano no puede satisfacer los requerimientos de los usuarios a pesar de registrar incrementos de demanda inferiores a los previsto, tiene la más alta tasa de indisponibilidad forzada de equipos de su historia y es totalmente vulnerable a insuficiencias estacionales todo ello producto de la improvisación que se ha instaurado en el mismo
4. LA PROBLEMÁTICA DE LA GENERACIÓN
El sistema eléctrico nacional, a la fecha, tiene 26 mil 400 MW instalados y es incapaz de satisfacer la demanda del país, por la indisponibilidad de la generación instalada que en los últimos 14 años, transformó una reserva operativa de 4 mil MW, en un déficit mayor a 2 mil MW.
La gestión de generación del gobierno central se caracteriza por:
(a) Generación nueva en rezago
(b) Gestión fallida de mantenimiento
(c) Los MW más costosos del mundo (2 a 3 veces)
(d) La insistencia en una expansión térmica sin disponibilidad suficiente del gas natural, forzando un consumo excesivo de diesel que además de costoso, duplica la carga de mantenimiento
(e) Despilfarro de inmensos recursos y tiempo, para resultados muy poco satisfactorios. Lo que ya se ha debido resolver, está lejos de ser resuelto y hace a Venezuela, vulnerable ante variaciones climáticas.
La falta de transparencia y la censura informativa en el sector electro energético establece una discriminación en perjuicio de la provincia, vía racionamiento de electricidad; dejando a millones de venezolanos sin un servicio eléctrico seguro y con la calidad que nos merecemos. La errónea matriz energética, cuya improvisación carece de la necesaria coordinación con procesos aguas arriba, en planificación de combustibles, y aguas abajo en la transmisión y distribución, dificultan a la generación cumplir exitosamente su función asignada.
5. LAS RESTRICCIONES DE LA RED DE TRANSMISIÓN
El desarrollo de las centrales de generación hidroeléctrica del Bajo Caroní y de la región andina, y de grandes centrales de generación termoeléctrica en el centro y occidente del país, exigió la construcción articulada de una red de transmisión que hizo posible el transporte de grandes volúmenes de electricidad desde dichas centrales hacia los centros de consumo, de manera confiable y segura.
Ese sistema de 800 kV, 400 kV y 230 kV ha permanecido prácticamente estancado en los últimos 14 años y por tanto resulta insuficiente para manejar, de manera confiable, los necesarios flujos de electricidad asociados al crecimiento de la demanda que se deriva del incremento poblacional registrado en ese periodo. Por el contrario, la improvisación con la cual se han incorporado obras de generación hace que muchas de ellas no puedan ser aprovechadas (Josefa Camejo, Pedro Camejo, Tocoma, etc.).
Esta situación plantea la necesidad de adoptar decisiones que en el menor tiempo posible y con un mínimo de inversiones, permitan acondicionar el sistema de transmisión existente para poder transportar mayores bloques de energía (estas adecuaciones se implantarían en un año) y así ganar tiempo mientras se construyen los necesarios vínculos de transmisión adicionales que permitan descongestionar el actual sistema de transmisión (estos desarrollos adicionales tomarán, en promedio, no menos de 5 años).
Si bien la distribución debe ser descentralizada y regionalizada, la planificación, construcción y operación de la transmisión debe ser centralizada; y si se considera la conveniencia de la separación de actividades eléctricas para desconcentrar la toma de decisiones, es un tema de suma importancia el conformar la Empresa Nacional de Transmisión, que sea responsable del mantenimiento eficiente de la red existente y que ejecute las expansiones necesarias para que los desarrollos hidroeléctricos y termoeléctricos que se deberán acometer dispongan oportunamente de los vínculos de interconexión requeridos por dichos desarrollos.
6. EL COLAPSO DE LA RED DE DISTRIBUCIÓN
En el mundo de hoy, el servicio de energía eléctrica se define como el “Servicio de los Servicios”, porque son impensables servicios básicos como, Agua, seguridad, salud, transporte y Educación, con un servicio de energía eléctrica poco confiable. En resumen, el producto del servicio de energía eléctrica es “Calidad de Vida” y “Soporte al Desarrollo”.
El Estado Venezolano estableció como política de estado, desde los inicios de la década de los 50’s, la electrificación del país, logrando a mediados de los 80’s un índice de atención a la población superior al 97%, con estándares de calidad internacional, lo que sirvió de soporte al incremento de los niveles de salud, educación, industrialización y, como consecuencia, los niveles de ingresos de la población venezolana; hoy el Estado Venezolano, a través de la gestión de gobierno, la abandona como política de estado y ubica al sector eléctrico en una situación de total destrucción, y la red de distribución no escapa de esa realidad.
La red de distribución, si bien es el tercer eslabón de la cadena de valor de este servicio, es la que hace posible que los ciudadanos y las organizaciones públicas y privadas puedan recibir sus beneficios y así mejorar la calidad de vida y desarrollar el país.
Los estudios más recientes, y las realidades del servicio, muestran un abandono total de los programas de mantenimiento y de las prácticas de planificación para atender las nuevas realidades del país, desde inicios de los años 2000.
Estadísticas de La Electricidad de Caracas (1980-2000), muestran que un año de incumplimiento de los programas de mantenimiento y planes de desarrollo de nuevas instalaciones en la red de distribución, representan un deterioro en los índices de calidad de servicio, que requerirán entre dos y tres años para su recuperación.
7. COMERCIALIZACIÓN Y VIABILIDAD FINANCIERA
El servicio de energía eléctrica se define como una industria de uso intensivo en capital, siendo su flujo de caja y los esquemas de financiamiento externo de la banca privada y de organismos multilaterales, los que viabilizan sus planes operativos y de expansión para atender los nuevos requerimientos del país.
Respecto al origen de los fondos internos, los estándares internacionales y los logros obtenidos en numerosos países latino americanos, se recomienda que el denominado “Índice de Recuperación de Efectivo” se ubique entre 88% y 90%, para países en desarrollo. Si consideramos las más recientes declaraciones del propio Ministro de Energía Eléctrica, este índice se ubica en el orden del 40%. Si a ello le sumamos que el precio de la energía eléctrica en Venezuela está congelado desde el año 2002, ubicándose para este momento en 3,1 Cent$/kWh, en comparación con la media latino americana del orden de 10 Cent$/kWh, tenemos como resultado la realidad publicada por la propia CORPOELEC, según la cual la recaudación nacional solo les permite cubrir el 50% de la nómina del personal fijo.
Esta errada gestión ha llevado a que los subsidios al servicio de energía eléctrica se ubique en el orden de los 4.700 millones de US$, superior a la asignación presupuestaria para el sector salud y muy similar a la del sector educación, pudiendo ser más crítica la situación real, dada la opacidad de la información asociada a los fondos paralelos a la gestión presupuestaría.
8. LA ESTRUCTURA DEL SECTOR ELÉCTRICO
La operatividad del sector eléctrico se encuentra comprometida, como consecuencia de:
(a) Un exceso de centralismo en las decisiones, que atrofia los mecanismos de acción de las regiones;
(b) El mal uso de los recursos necesarios para garantizar el servicio;
(c) La desprofesionalización del sector;
(d) La conflictividad laboral;
(e) La falta de dirección y de compromiso con el servicio.
La solución a estos componentes de la crisis eléctrica parte de una revisión de la estructura del sector, en la que:
(a) Se separe el ente rector del operador
(b) Se otorgue autoridad e independencia a un ente regulador autónomo
(c) Se coordine la planificación integral y la operación del sistema eléctrico a través de entes colegiados autónomos con participación de los diferentes actores del sector
(d) Se descentralice la prestación del servicio asignando esta responsabilidad a entes regionales de carácter público, privado o mixto, a fin de acercar los centros de decisión al consumidor final.
Se considera conveniente dejar de excluir la participación de gerencia y capital privado en las actividades del sector para así contribuir a una más rápida recuperación del mismo, lo cual tomará al menos entre tres y cuatro años para alcanzar los erosionados niveles de efectividad y calidad de servicio que serán necesarios para apalancar el crecimiento sostenido de la calidad de vida de la sociedad venezolana.
9. LA FUERZA LABORAL
El tema laboral ha sido siempre de máxima importancia, pero adquiere especial relevancia en los actuales momentos, cuando el país requiere la pronta generación de empleos dignos y estables. En el sector eléctrico existe en la actualidad un aparente exceso de personal, como consecuencia de la reciente admisión de trabajadores en funciones no productivas; para incorporar este personal a las tareas de recuperación del servicio es necesario su adiestramiento y calificación, así como la profesionalización de funciones claves y de dirección.
Para reducir la conflictividad laboral y sumar a los trabajadores al programa de rescate del sector, se hace necesaria la adecuación de los salarios a las exigencias de una calidad de vida digna, la revisión de los contratos colectivos para que constituyan verdaderos instrumentos de apoyo social al trabajador, dejando de lado prebendas costosas que solo favorecen a grupos exclusivos, y la armonización de la acción gremial de los sindicatos con los requerimientos de los trabajadores y los intereses del país.
Como vía para incentivar la identificación de los trabajadores y de la comunidad con el servicio de electricidad, se recomienda la democratización del capital de las empresas prestadoras del servicio dando acceso a los trabajadores, usuarios y población en general.
10. UN MODELO ECONÓMICO INVIABLE
El rezago y la desarticulación del sistema de precios de la energía y de las tarifas eléctricas es un desafío decisorio en la agenda energética por venir: amén de imposibilitar a corto plazo las ingentes inversiones requeridas en la industria eléctrica, los subsidios explícitos acumulan un costo a la Nación en el orden de $30 mil millones anuales.
Un nuevo orden económico en el Sector Energía precisa del concurso de conocimiento, profesionalización y gerencia, así como de ingentes capitales e iniciativas privadas. La renta petrolera, aleatoria y ya ostensiblemente insuficiente, mal puede ser la única fuente de recursos financieros para el sector eléctrico.
Dicho está: la energía es bien de bienes y la electricidad es el servicio de los servicios: sin ellos la Sociedad y la Economía transitan con destino cierto a un Estado inviable.
Para finalizar y resumir en una frase lo urgente de la solución de la crisis eléctrica que nos afecta a todos, vamos a recordar lo expresado por Francisco Aguerrevere con motivo de los 100 años de La Electricidad de Caracas:
“Muchos países se han desarrollado sin petróleo, pero ninguno lo ha hecho sin electricidad”
Caracas, 19 de junio de 2012
Los Autores:
Víctor Poleo Nelson Hernández José Aguilar Gustavo González
Miguel Lara G Iñaki Rousse Jorge Pirela Luis José Díaz Zuloaga
Ciro Portillo José Manuel Aller Carlos Zuloaga Florinda Morales