DIARIO EL ORIENTAL DE MONAGAS
Que en un centro hospitalario público falle la electricidad es sinónimo de una vivencia traumática. O por lo menos así mismo lo testifican los pacientes que allí se encuentra hospitalizados.
Los apagones en el hospital central de Maturín se han convertido en un hecho recurrente. Tanto, que los pacientes admiten que pueden pasar más de dos horas sin luz. Esto hace que estas personas acudan a abrir las ventanas por el calor que se genera, sin importar que las lluvias empapen todas sus pertenencias. «Si tenemos que arrimar las camas o nuestras cosas, lo hacemos porque no podemos hacer más nada», dijo una dama que no quiso fotos ni identificación, a cambio de información.
Además de esto, la situación empeora para los pacientes críticos, que necesitan de un ascensor para subir a los pisos y no lo tienen. Prácticamente esperan al restablecimiento del servicio para hacerlo. Otros no aguantan y suben por las escaleras. Por los momentos, no ha habido una declaración oficial de Corpoelec, para darle respuestas a los pacientes sobre lo que realmente está sucediendo, «desconocemos tal situación, sabemos que hay lluvia pero ellos no nos pueden dejar sin luz», dijo la dama
