El Pitazo
Esto no va a mejorar y el temor que tenemos es que, a medida que avance el verano, los apagones sean de hasta 12 horas continuas, advierte la peluquera Mariana Ávila desde Barinas
Bianile Rivas
Barinas.- Maritza Briceño es odontóloga en el servicio de salud privado, pero no se desempeña a tiempo completo como desea. Debido a los racionamientos eléctricos en Guanare, que de tres horas interdiarias subieron a cinco y siete, esta cirujana bucal trabaja solo un turno cada dos días. Se lamenta y acusa directamente a Nicolás Maduro.
Briceño no tiene dudas de que el déficit eléctrico que vive irá en aumento. «Esto en cualquier momento se va a pique, nos va a llegar otro mega apagón como el de marzo de 2019», confiesa a El Pitazo.
«Y será así porque el Gobierno no aprendió la lección. La electricidad está peor que antes y no invirtieron ni siquiera en cables, tampoco en personal. Ya Corpoelec es una casa vacía. No hay personal y lo que impera es pura corrupción», señala.
La situación que vive Maritza Briceño es similar a la de Mariana Ávila, del barrio Altamira de Barinas. Ávila tiene una peluquería en su casa y ya no puede trabajar. Lo apagones son de hasta 7 horas diarias, a los que se le suman las averías por cortocircuitos corregidas a destiempo, cuenta a El Pitazo este martes, 10 de octubre.
Esto no va a mejorar y el temor que tenemos es que, a medida que avance el verano, los apagones sean de hasta 12 horas continuas, advierte Ávila.
Marlon Maya, un líder social de Barinas que hace seguimiento al desempeño del servicio eléctrico en esa entidad, explica la situación en el centro occidente andino. Es muy desalentadora, asegura.
De acuerdo con su testimonio, en Portuguesa, Barinas y Mérida los parques de generación hidro y termoeléctrico están en el suelo. «Hay obras inconclusas que dan lástima, sin contar la desidia en la reposición de las líneas de transmisión», alega.
Maya pone en contexto el déficit eléctrico en la región. Al respecto explica: Barinas debería generar unos 590 Mw (megavatios) a través de sus propios sistemas hidro y termo, para incorporarlos al sistema interconectado nacional; pero de esta capacidad instalada solo produce 20 %.
Marlon Maya refiere que de Guri salen 3 líneas de 765 Kv. Estas pasan por las subestaciones Malena y San Gerónimo para, a su vez, continuar viaje hasta las subestaciones La Horqueta y La Arenosa y aterrizar en una terna hasta Yaracuy. De allí salen a centro occidente transformadas en 400 y 230 Kv.
Todas estas líneas están completamente dilatadas y con desgaste, denuncia. Maya considera que el cableado conductor debe ser sustituido. Según su criterio, ese desgaste y dilatación es la causa de las fluctuaciones y variaciones de voltaje (bajones).
Lo que hacen, en vez de invertir, es maniobrar técnicamente para equilibrar y recuperar los niveles de frecuencia y evitar un apagón general, sugiere.
Municipios sin redes
Marlon Maya, al igual que otros especialistas, destaca que para paliar la situación eléctrica nacional se requieren inversiones urgentes y personal calificado, pues Corpoelec está desprofesionalizada.
A escala local, argumenta, las subestaciones de los municipios y sus líneas en la red de distribución no escapan del deterioro. «Ello incrementa las fallas, porque las líneas de 13,8 y 34,5 Kv también están caducas y dilatadas. Los pórticos de salidas en los circuitos igual. Hay una sobrecarga porque no se construyeron nuevos circuitos eléctricos; además los sistemas de protección son muy frágiles».
A juicio de Maya, los racionamientos eléctricos irán en aumento. «No se vislumbra otro panorama», sostiene.
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