¡Aquí nadie debe rendirse!

CORREO DEL CARONÍ

PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.

La lucha por un país mejor, más soberano e independiente, con verdadera justicia social sigue viva. Muy viva. Medio país votó otra vez por el cambio. Millones de trabajadores, de profesionales de hombres y mujeres, jóvenes y mayores han resistido ante el abuso del poder, del dinero, el uso del aparato del estado. La lucha sigue viva, porque a cientos de miles de trabajadores se les violan sus derechos laborales por parte de un gobierno cada vez más nítidamente anti obrero. Y cada vez más trabajadores que fueron votantes del oficialismo se rebelan hartos. En las comunidades populares donde la pobreza sigue campante, ya las promesas y las dádivas no calman la inquietud. La oposición democrática y progresista cada vez se vincula más y debe vincularse más, a las luchas sociales para proponer a los más pobres un camino de ascenso social. La juventud quiere cambios. En las Universidades el oficialismo no gana nada. El gobierno que ha tenido la más grande oportunidad de la historia por el inmenso ingreso petrolero lo ha desperdiciado y en lugar de hacer progresar al país nos he hecho retroceder a perder soberanía. Nos ha convertido en más dependientes del rentismo petrolero destruyendo la industria nacional y el agro.

La más brutal desproporción y ventajismo no pudieron vencer a Capriles en Miranda, como tampoco a Henry Falcón en Lara y a Liborio Guarulla en Amazonas. Hay sí, tristes retrocesos en Zulia, Táchira, Carabobo y otras regiones, que deberán ser analizadas para corregir el rumbo.

Bolívar es un caso especial. El poder del dinero, la más intensa guerra basura de región alguna no sirvieron, sin embargo, para derrotar a Andrés Velásquez cuyo liderazgo de lucha quedó comprobado más allá de lo que muchos pudieron creer. Rangel perdió casi 10% de lo que logró Chávez el 7-O. Andrés mantuvo casi intacto, el porcentaje de Capriles aunque en votos, la abstención “del guayabo” nos hizo perder decenas de miles de votos. La candidatura de Arciniega evitó que miles de votantes chavistas descontentos se inclinaran por Andrés pero la suya fue una propuesta legítima que se respeta. Mostró la realidad del gran descontento interno en el PSUV. El resultado, aún nada claro, será impugnado, como lo anunció Velásquez anoche mismo.

La abstención opositora es una de las claves. Capriles habría ganado por más de 12% de no ser por los votantes opositores que siguieron “con guayabo”. Andrés habría ganado con más de 30 mil votos de ventaja de no ser por ese mismo efecto. Seguramente eso incide en otras regiones. Esa pelea la ganó el gobierno, el gran estimulador de la campañita destructiva del “fraude” para lograr la abstención. Los grupitos del falso “radicalismo” se prestaron para eso. Pero el ciudadano aprenderá de ese revés. Verá que abstenerse no es ningún acto de rebeldía sino de rendición y que es algo totalmente estéril, inocuo, que sólo sirve para frenar al cambio.

Votar y luchar. Votar y participar. Votar y ser actor de las luchas sociales. Votar y asumir las luchas del pueblo mas pobre, de los trabajadores, de los gremios, consejos comunales y sindicatos junto a las de empresarios productivos y progresistas. Esa clave también será asumida cada vez más, porque parte de eso ya se hace. En ese camino habrá más encuentros con líderes, activistas y grupos que vienen del chavismo.

Unidad. Esa es otra clave para seguir avanzando. La MUD tiene grandes méritos en habernos conducido a crecer. También deberá superar carencias y deficiencias importantes. Quien crea poder hacer algo mejor que trabaje en lugar de poner zancadillas desde la comodidad del teclado. Los partidos requieren crecer y organizarse más y más. Y los ciudadanos a participar.

Queda mucho por analizar y comentar. Lo seguiremos haciendo con más calma y precisando los datos.

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