CORREO DEL CARONÍ
Las peripecias para que los pobladores de la comunidad Agua Blanca, en la parroquia Yocoima, consigan agua comienzan de madrugada a la caza de camiones cisternas en San Félix. La falta de mantenimiento de las cañerías originó una cárcava que además incomunicó al sector Mina Arriba. Tampoco tienen luz desde hace dos semanas.
Las paredes de arcilla, piedra y palos que conforman la casa de Alicia Guzmán son el espejo de la realidad Agua Blanca, una comunidad en la parroquia Yocoima.
En la barraca, construida con el esfuerzo de Alicia y su esposo, reside la pareja con sus seis hijos. “Es difícil vivir aquí, llevamos 15 días sin agua. Para poder tener agua tenemos que pararnos a las 4:00 de la mañana para ir a donde llenan los camiones y pedir que manden. Eso es allá en San Félix”, cuenta.
A diario, los vecinos de esta comunidad deben realizar peripecias para hacerse con el líquido vital. “Estos días que no hay agua optamos por los vecinos que tienen pozo. Porque aquí si no vienen los camiones, lo único que hay es una quebrada que, cuando llueve, es que medio se puede usar para bañarse”, aseguró Victoria Mejía, habitante de la comunidad desde hace 23 años.
15 días sin electricidad
No son pocos los sinsabores con los que deben lidiar los vecinos de este asentamiento campesino que, aseguran sus habitantes, “parece olvidado por el Gobierno”. Las fallas eléctricas son constantes.
“Sé que eso no es raro aquí en Guayana, que en todos lados se va la luz, pero aquí duramos hasta 15 días sin luz”, asegura Victoria, quien ha visto cómo se dañan sus electrodomésticos a causa de las fallas. “Y lo peor es que nadie te paga eso ¿Quién lo hace si nadie viene para acá?”.
Anudado al mal servicio eléctrico y de suministro de agua, los habitantes deben sortear diariamente los huecos que minan toda la angosta vía. La falta de mantenimiento en las cañerías, ha causado que en ciertos espacios se formen quebradas.
“Hay como tres en toda la vía, aquí en Agua Blanca una, en Mina Arriba otra, pero la peor está en el medio de las dos comunidades”, cuenta Arístides Márquez, trabajador del sector, en referencia a una cárcava que, desde hace un mes, se tragó varios metros de la avenida.
Comunidades incomunicadas
La quebrada, que mide unos tres metros, se generó debido a una alcantarilla sin mantenimiento que paulatinamente socavó el asfaltado. Entre los dos trayectos caídos, pasa un riachuelo por el cual los vecinos pasan a través de un puente improvisado con troncos.
“Lo que tienen que hacer los que viven del otro lado es pagar 20 bolívares para que las motos los lleven para el otro lado. A nadie le importa, Agua Blanca, no tiene dolientes, ni el alcalde que tiene a su papá por aquí le importa”, asevera Angélica Aguey.
Ante la situación de abandono gubernamental de la comunidad, los vecinos aseguran que el Plan Socialista de Embellecimiento no llegó al sector. “Lo único que hay aquí son necesidades”, lamentó Aguey.