Mariela Leon
Restablecer el servicio en 2009, tomaba 4,5 horas y en 2011, 10,1 horas de acuerdo al ranking del Tiempo Promedio de Restitución (TPR) de Encyclopedia of the Nations (www.nationencyclopedia.com).
El incremento de la capacidad de generación es muy lento
EL UNIVERSAL (27-05-12)
El Sistema Eléctrico Nacional (SEN), reporta un letargo en su capacidad de respuesta ante las distintas eventualidades que se presentan a diario.
En 2009, Venezuela exhibía un promedio de 4,5 horas para restituir el servicio eléctrico frente a una contingencia; en 2010, cuando se desató la crisis eléctrica que implicó la declaratoria de emergencia y la aplicación de políticas de reducción del consumo de energía, ese tiempo de recuperación de fallas dio un salto a 9,0 horas; y en 2011, período de búsqueda del equilibrio en el sistema, se elevó a 10,1 horas.
Este creciente factor, denominado Tiempo Promedio de Restitución (TPR) del servicio y medido por el ranking mundial de Encyclopedia of the Nations (www.nationencyclopedia.com) demuestra «el deterioro progresivo» del sector, dice José Aguilar, consultor internacional de sistemas eléctricos.
Señala que en esa clasificación, Venezuela bajó varios peldaños en su propia escala de valoración, durante tres años.
El estudio toma en cuenta el comportamiento de 111 países y, dentro de las categorías empleadas, Venezuela ocupó el puesto 23 en 2009 y luego descendió al lugar 33 en 2011, junto a países como Sierra Leona y la República del Congo; a diferencia de Laos y Filipinas que encabezan el listado con 35 y 54,6 minutos en promedio, para restituir el servicio. Mientras que Brasil se sitúa en la posición número nueve.
Aguilar considera que las poblaciones del interior del país, llevan años pulsando esa variable, cuando se quedan sin luz varias veces al día y por muchas horas. Y precisa que «la energía no servida» en el territorio, «va en aumento».
Cuero seco
Explica que el incremento en la capacidad de generación «es menor y más lento» que el ritmo de crecimiento de la demanda, «aunque esta no es excesiva, incluso está represada».
Además, algunas de las grandes unidades son obsoletas y a muchas de ellas se les exige una alta operatividad, obviando sus horas reglamentarias de mantenimiento preventivo, exponiéndolas a daños mayores como en efecto han ocurrido.
En el caso de «equipamiento de transmisión y distribución tales como switches y taps, están recibiendo más ejercicios y ciclos que los que habían estado acostumbrados y eso los puede estar fatigando». Sostiene el consultor, que «a la hora de corregir una falla tiene problemas en la desconexión o en la reconexión y esto añade tiempo de restitución».
Por las razones antes expuestas, argumenta, existe una alta indisponibilidad de máquinas, fundamentalmente térmicas. Recientemente fallaron varias unidades de Planta Centro (entran y salen con frecuencia, dada su alta volatilidad), Tacoa y Termozulia, lo que alteró el equilibrio del Sistema Interconectado Nacional (SIN).
La suma de no contar con generación suficiente para cubrir la demanda en horas pico, hace que se expongan en exceso las unidades generadoras, y ante el más mínimo incidente se produce una falla con repercusiones en secuencia que complican su recuperación.
Comenta Aguilar que «los combustibles ponen el freno de mano y tranca para superar la crisis. Hoy en día no se pueden desarrollar 600 Mw estando las unidades sin limitaciones electromecánicas porque se arriesga perder los megavatios por no haber presión de gas suficiente y no tener el diesel. Claro está que se puede importar diesel, pero a un costo elevado».
Por contar
Igualmente los límites de la Red Troncal de Transmisión (RTT) son violados diariamente, elevando los riesgos del sistema. «Ante el apagón informativo del Gobierno», destaca, «se desconoce el número de fallas, y sus motivaciones».
No obstante, refiere que las interrupciones han aumentado exponencialmente durante la actual administración, según fuentes extraoficiales y las que anteriormente divulgada la entonces Oficina de Planificación de Sistemas Interconectados (Opsis). En 2000 se cuantificaban 55, en 2005 las fallas alcanzaron a 86 y en 2010 escaló a 337 interrupciones; y en 2011 se dispararon hasta llegar a 430.
El secretario general de Fetraelec/Bolívar, Francisco Alarcón, señaló este viernes que «no se están ejecutando servicios, como el de pica y poda, a los corredores que conforman más de 5 mil kilómetros del sistema eléctrico nacional.
«Anteriormente habían cuadrillas hasta de 200 trabajadores, hoy sólo 15 lo hacen», indicó al tiempo de advertir que los trabajadores eléctricos adolecen de unidades de transporte y equipos para emprender sus tareas diarias.