CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
Mucho hablar de “independencia y soberanía”, pero en el año 14 de la “revolución” importamos aluminio, bauxita, cabillas, tubos petroleros, refractarios para la industria, productos todos que por muchos años producíamos con solvencia en Guayana para cubrir todas las necesidades del mercado nacional e incluso para exportar. ¿Cuál independencia? Ahora somos más dependientes de la producción capitalista de EE UU, Europa, China, Brasil, etc.
Mucho bla bla sobre soberanía pero ahora hasta el “pabellón criollo”, nuestro plato bandera en la cocina, se hace con carne que viene de Uruguay y Argentina, las caraotas hay que importarlas de Dominicana, buena parte del arroz también es importado y el cafecito para acompañarlo viene de Nicaragua y Brasil. ¡Ah! Y más de la mitad de la leche es de Uruguay y Ecuador. Todo porque el gobierno, en su afán de control estatista, arruinó casi toda la producción agrícola y pecuaria. ¿Cuál independencia? Dependemos de otros hasta para comer lo básico.
Hasta gasolina estamos importando. Y para colmo, viene de las refinerías gringas de la zona del Golfo de México. A ellos les vendemos entre 700 mil y 800 mil barriles diarios de petróleo crudo del de mejor calidad a unos 100 dólares el barril promedio (son casi los únicos que pagan la factura petrolera) y les compramos entre 80 mil y 120 mil barriles diarios de combustibles el triple de su valor. ¿Cuál soberanía? ¿Cuál antiimperialismo? Y ¡ojo! Hasta hace unos 10 años le vendíamos gasolina (que es petróleo con valor agregado nacional) a EE UU. Por cierto, para quien pregunte, un par de meses atrás lo publiqué en esta misma columna, aludiendo a los reportes de los periodistas Andrés Rojas Jiménez (El Nacional) y José Suárez Núñez (Tal Cual) y citando los enlaces a la página web del informe mensual de la OPEP que es la fuente oficial que confirma que Venezuela importa gasolina de EE UU. Además los informes obligatorios de la industria petrolera norteamericana a sus organismos de control nacional interno también lo señalan.
El peor retroceso en un siglo en cuanto a soberanía nacional. Pero el gobierno responsable de este desastre dice ser “la patria”. En lugar de superar viejas carencias, hemos perdido terreno en estos 14 años y especialmente en la segunda mitad, a partir de la mal llamada “profundización de la revolución”. Buena parte de los avances en independencia económica y productiva, logrados en los últimos 50 años, se han perdido o están en franco deterioro y retroceso. No hay en Guayana ni un solo proyecto industrial nuevo para transformar hierro, acero o aluminio y dar valor agregado a la producción nacional. ¡Ni uno solo que funcione! ¿Eso es hacer patria? ¿O lo contrario?
¿Sabrán los del Foro de Sao Paulo (aquellos que sean auténticos en su ideología y no meros vivianes) acerca de los contratos leoninos y neo coloniales firmados por Chávez y su gobierno con una cuestionada transnacional europea por alúmina y aluminio, pagando deuda con materia prima y productos primarios? ¿Y de los contratos que firmaron el gobierno nacional y Ferrominera con transnacionales capitalistas de China a cambio de materia prima barata? ¿Y de los contratos con transnacionales de Brasil, México y China por tubos petroleros y refractarios que antes producíamos y que tras estatizar las fábricas, Chávez y su gobierno ordenaron cerrar su producción?
¿Cuál soberanía? ¿Cuál socialismo? Miremos las manifestaciones de trabajadores de la construcción en la zona central del país, hartos de ver que algunas importantes obras en construcción, contratadas a cambio de deuda con capitalistas de China, incluyen importar la mano de obra del gigante asiático, enviando al desempleo a los trabajadores venezolanos. ¿Eso es nacionalismo y obrerismo? Eso jamás se había visto en Venezuela. ¡Ni cuando los viejos dictadores militares de principios y mediados del siglo.
