Caída electrizante

DIARIO LA VERDAD (ZULIA)

 

Por José Aguilar / ingeniero / [email protected]

Nuestro Sistema Eléctrico Nacional se convirtió bajo la revolución en un casino de apuestas, donde la des-profesionalización, improvisación y corrupción desde el poder, oculta, maquilla la dura realidad y hasta endilga a Ud. como causal de la debacle eléctrica que azota el país

Atrás quedó el 11 de mayo, fecha en que típicamente es lo más tarde que la cuenca del río Caroní nuestra principal fuente de energía que surte al Embalse de Guri para el arranque de las lluvias y sigue bajando por  abuso, tratando de cubrir para Venezuela el déficit de energía (GWh) del incapaz pero más costoso del mundo parque térmico que brilla por su ausencia. En consecuencia Ud. vive al filo del apagón, ya que por el mencionado descenso, Guri ha dejado de contribuir más de 4 mil MW.

Nuestro Sistema Eléctrico Nacional se convirtió bajo la revolución en un casino de apuestas, donde la des-profesionalización, improvisación y corrupción desde el poder, oculta, maquilla la dura realidad y hasta endilga a Ud. como causal de la debacle eléctrica que azota el país. En 2014, Guri fue vaciado por el ministro Jesse Chacón, le sacó más de 8 mil GWh de lo que debió ante la hidrología desfavorable que Venezuela. Dicha negligencia fue para encubrir el cuero seco del parque termoeléctrico. La apuesta es que tiene que llovería a cántaros este 2015.

Al apostar el ministro Chacón, indicó “que no habían habido dos períodos secos”, pero no se percató que desde 1950, el río Caroní en 5 ocasiones previas había tenido 2 períodos secos e incluso 3. El Embalse de Guri debe durarle al país 2 años y 8 meses de sequía si es administrado de acuerdo a su diseño. Es inexcusable, que estemos donde estamos, con una sequía que arrancó en mayo 2014, hablando de esto, pues  no debería ser preocupación hasta finales del  2016.

Cada día que las lluvias se retrasen o si vienen débiles, se corre el riesgo de que el Embalse de Guri, no recupere lo suficiente, y podrían suscitarse restricciones eléctricas jamás vistas en nuestra historia. Amanecerá y veremos, si Dios proveerá y de no hacerlo que Dios nos agarre confesados.

La culpa no es de Ud. ni del sol, ni del cambio climático, es culpa de la revolución y su ministro negligente.

¿De quién depende cambiar esto? Mírese al espejo. En sus manos está a menos que Ud. prefiera con su familia ser víctima sumisa de esta caída electrizante.

¡Manos a la obra que si se puede!

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