CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
El mitin monstruo del sábado en Ciudad Bolívar anuncia, tanto como la hazaña de coraje de los ferromineros y antes también de los trabajadores de Carbonorca al derrotar el atropello infinito del gobierno, que “algo bueno está pasando”, que viene el cambio. Que la mayoría del pueblo en Guayana también se ha decidido por abrir camino al progreso, al futuro y a la justicia. Nunca jamás en la historia regional se había hecho una concentración de esa magnitud. Y, para mejor, sin los recursos del poder. Guayana ha dicho que ya basta, que 14 años son más que suficientes, Que la ruina de Guayana y la violación de los derechos del trabajador no se aguantan seis años más. El mensaje ha sido claro y rotundo.
Caricuao, ayer, también habló claro. La Caracas del Oeste y el suroeste está desbordada con el cambio. Otra multitud apabullante. Una semana después del impacto popular en Catia. A igual escala, dado su menor volumen poblacional, magnífica fue la respuesta del pueblo de Caicara del Orinoco. No más miedo. No más abandono. Porque todas las promesas del presidente saliente han sido mentiras. Ni hay Ciudad del Aluminio, ni se ha podido terminar el III Puente a pesar del impulso financiero de los capitalistas brasileños. La carretera es una vergüenza. Pijiguaos está abandonado e improductivo.
La energía inagotable de Henrique Capriles lo llevó a estar en Caicara a las 9:00 am, cruzando el Orinoco en curiara para superar el escollo marca ACME del aeropuerto. Recorrió por siete horas de pueblo en pueblo hasta Ciudad Bolívar. Caminó entre la multitud por más de un hora para poder llegar a la tarima. Habló. Y todavía salió de allí a encontrarse, en compañía de Andrés Velásquez, con una treintena de dirigentes sindicales y líderes obreros de las empresas básicas. Para escucharlos y definir planes.
En esa reunión hablaron Rubén González (líder ferrominero), Emilio Campos (Carbonorca), Leonardo Calderón (Venalum) e incluso reapareció Ramón Machuca. Ellos, junto a Hernán Pacheco (Carbonorca), José Luis Morocoima, José García y Nelson Mora (Bauxilum-planta), Edgar Valentine (secretario general de Bauxilum Mina); José Villazana, Fernando Serrano, Reinaldo Herrera y Fidel Brito (Venalum); Juan Gómez (presidente de Sunep CVG); Roger Salazar (Ferrominera); José Saracual (Tavsa); Bulmaro Ramos (Sidor); Leomar Bottini y Freddy Gamuza (Alcasa), le entregaron un documento, discutido y elaborado a lo largo de varias semanas de trabajo.
Un documento en el que se muestra en detalle la magnitud de la destrucción causada por el gobierno y se plantea la necesidad de un programa de reconstrucción -mediante inversiones- de la capacidad productiva de las empresas y también de estímulo a nuevas inversiones industriales basadas en las pequeñas y medianas industrias privadas.
Así, también, plantean que el nuevo gobierno haga el compromiso de respetar la autonomía sindical, eliminar la criminalización de las luchas y la persecución judicial característicos de este gobierno; cumplir y discutir las convenciones colectivas así como honrar el paso de los pasivos laborales.
Finalmente recuerdan la necesidad de justicia con los sidoristas Accionistas B y con los jubilados actualmente en situación muy precaria contraria a la justicia social.
La respuesta de Capriles fue clara. No dejó lugar a dudas. Vendrá a Puerto Ordaz a finales de mes para un encuentro masivo con los trabajadores. Para escucharlos y para hablar. No como el saliente que recicla las mismas promesas, regaña e impone. Para trazar metas y planes. Sobre todo, Capriles remarcó su compromiso de respetar las contrataciones colectivas y discutir en el plazo más breve posible todas las convenciones colectivas vencidas. Recordó en sus palabras, que en Miranda, mientras él ha sido gobernador, y a pesar del cerco presupuestario del Gobierno nacional, todos los contratos colectivos se han renovado y respetado.
Fue rotundo también en asumir el compromiso de llevar adelante, junto a los trabajadores, un programa de recuperar la producción de las industrias de Guayana. “Este es un tema que me quita el sueño. Hay muchas personas que dependen de estas empresas y no podemos fallarles. No podemos fallarles a nuestros trabajadores. A Guayana hay que ponerla a producir. A partir del 7 de octubre empezaremos a recuperar Guayana y sus empresas básicas”, sentenció.
Y anoche, en el mensaje televisado para los empleados públicos, remarcó el respeto a todos. Que nadie será obligado a usar camisa de un color político. Nadie será discriminado. Se valorará el trabajo de todos. Habrá contratación colectiva. ¡Cuan diferente ese mensaje de inclusión y respeto en comparación con el discurso agresivo, intolerante y sectario del saliente!
TIP único: Colapsó carretera de Guayana a Maturín a la altura de Veladero. El Gobierno nacional y Minfra cortaron la carretera para drenar la inundación. ¡Cuanta desidia! Hace 2 años se inundó, prometieron obras y no hicieron nada. Hasta los tubos para construir el drenaje estaban allí oxidándose. Un mal gobierno y encima centralista, que no permite que en las regiones, donde la gente conoce los problemas y los vive, se decidan las obras. Otra razón para despedir al saliente.