DIARIO EL CARABOBEÑO
Carabobo se encuentra en el llamado “centro eléctrico” del país, es decir, forma parte de los 10 estados que más energía consumen. También es la región con más demanda eléctrica y paradójicamente la que más sufre de cortes programados, puesto que en estas entidades la disponibilidad de generación eléctrica es muy pobre y apenas se cuenta con el 42% de los megavatios instalados, por lo que en esta zona hay una deficiencia de generación de 58%.
¿Qué es el SEN?
Para entender esta información, primero, es necesario saber cómo funciona el sistema eléctrico en el país. El Sistema Eléctrico Nacional (SEN), constituye una infraestructura de componentes de construcción civil y electromecánicos que se disponen en forma de red interconectada a lo largo y ancho del país, explica el ingeniero José Aguilar. Para que la luz llegue a los hogares venezolanos, la infraestructura del SEN cuenta con 4 pasos: la generación de la electricidad, que ocurre en las plantas –hidroeléctricas y termoeléctricas-; la transmisión –que son las líneas o tendidos eléctricos que transmiten la electricidad hacia las plantas o subestaciones-; la distribución –líneas de voltaje menor que llevan la electricidad hasta las casas- y la comercialización del servicio –medición del consumo, prestación del servicio, cobro-.
Ocurre que la demanda de los usuarios no es constante, sino dinámica y depende de la curva horaria, lo que permite observar los picos de demanda en los diferentes estados, agrega Aguilar. “Siempre que se tenga menos potencia disponible que la demanda requerida, se tiene que racionar o se corre el riesgo de colapsar el SEN y tener un mega apagón”, afirma. Para el experto, los racionamientos se dan porque la generación disponible efectiva es insuficiente para hacer frente a la demanda.
Parte de estos racionamientos se deben a que entre 12 pm y 4 pm coinciden en la curva horaria los picos de demandas en gran parte del país, pero por la “política del gobierno de discriminación eléctrica, la prioridad es el servicio en la capital a expensas de la provincia”, asegura Aguilar.
De 4.657 Mw instalados en el “centro eléctrico” del país, 2.707 Mw están indisponibles. En Carabobo, Aragua y Falcón se han instalado 1100 Mw nuevos, con una inversión de 2 mil millones de dólares en los últimos 12 meses. Además Carabobo cuenta con Planta Centro (2.000 Mw), la quinta termoeléctrica del mundo en su género. Sin embargo, las unidades 2 y 5 de Planta Centro, de 400 Mw cada una, están fuera de servicio desde el 9 de octubre 2009 y el 1 de mayo de 1998, respectivamente, explica Aguilar. Ambas unidades están listas para 50 mil horas de operación. “Esos 800 Mw alcanzan para 767 mil familias”. Este cuadro no permite satisfacer la demanda de casi 5 mil Mw para esta región del país, asegura el experto.
Cadena de errores
Cuatro errores se cometen en lo que al servicio eléctrico se refiere: La politización de la empresa eléctrica, la centralización del servicio, la mala planificación y la falta de mantenimiento en los equipos y plantas generadoras de electricidad, expone el ingeniero José Manuel Aller.
Para el experto, Corpoelec se ha politizado y dejado de cumplir su función principal que es garantizar un servicio a la colectividad, aparte que se ha dejado de un lado la buena planificación, vital en esta área.
“Es como tener un carro. Todos los años no puedes comprarte uno, tienes que mantenerlo en buen estado para alargar su vida útil”, ejemplifica Aller. Cuando se juntan todos estos problemas da como resultado un caótico servicio. Si no se toman los correctivos a tiempo, como la despolitización de Corpoelec, la planificación eficaz sobre los problemas que hay en el sistema para poder resolverlos, la inversión acertada y el mantenimiento y preservación de los equipos, los apagones empeorarán y, por ende, la calidad de vida de los venezolanos.
Sobre esta particularidad coincide Aguilar, quien asegura que los usuarios de Venezuela están en un completo estado de indefensión, ya que el gobierno esconde la información desde el 16 de noviembre de 2010. “Esto hace el trabajo de los técnicos muy difícil, porque no podemos cuantificar y eso le da pie al Gobierno para que monte sus evasivas respuestas que endosan el problema a todo menos a ellos”.
Cobro de tarifas
Es de resaltar que el cobro de la electricidad se hacía anteriormente por las empresas eléctricas en cada región –como la Electricidad de Valencia- pero con la creación de Corpoelec, se centralizó la comercialización del servicio, aunque las tarifas son reguladas por el Ministerio de Energía y Petróleo y los precios vigentes están publicados en la Gaceta Oficial 37.415, del 3 de abril del 2002, explica el ingeniero Enrique Pérez, ex trabajador de Eleval.
Las tarifas se cobran de acuerdo al tipo de usuario –si es residencial o comercial- y según el consumo del cliente. A nivel residencial, las tarifas se clasifican en residencial social, general y de alto consumo. Si el consumidor se pasaba de esa clasificación, pagaba más y si por más de dos meses aumentaba su consumo, era subido de tarifa automáticamente.
Para el ex trabajador de Edelca, Rafael Zamora, “las tarifas se deben aumentar cuando el incremento en los costos del servicio comprometa la viabilidad financiera de la empresa y/o cuando el crecimiento de la demanda determine la necesidad de ampliar la capacidad de los sistemas”. Además la regulación de las tarifas es necesaria para garantizar la prestación del servicio con un nivel de calidad acorde a los requerimientos de los usuarios.
En el 2011, el gobierno determinó que los usuarios estaban consumiendo demasiada energía, por lo que para tratar de controlar el uso “irracional”, a través de la Resolución 74 se establecieron topes de consumo por regiones y descuentos a aquellos que disminuyeran el uso de la electricidad. Inmediatamente las quejas y protestas en todo el país no se hicieron esperar, ya que las facturas cada mes venían por las nubes y el servicio seguía pésimo. En recientes declaraciones a la prensa, el ministro Jesse Chacón indicó que se prevé para el 2014 la homologación de las tarifas eléctricas y se unifique el esquema tarifario.
Para enfrentar este monstruo de mil cabezas es imperativo que el gobierno tenga la verdadera disposición de despolitizar el sistema para enfocarse en la planificación efectiva y dejar de un lado la improvisación, pues de no tomarse las medidas necesarias, los apagones y la mala calidad del servicio tiende empeorar cada día. Esperemos que la nueva Misión Eléctrica Venezuela, lanzada a mitad de septiembre, que prevé ‘la defensa y transformación del Sistema Eléctrico Nacional’, represente de verdad una posible solución al problema. «Eso pasa por la transparencia y el asumir su responsabilidad”, sentencia Aguilar.
Sin luz, sin agua, sin cotidianidad
Aunado a la falta de luz, los grandes apagones también generan fallas en la distribución de agua, pues ambos servicios básicos están asociados. En Carabobo funcionan cuatro plantas potabilizadoras, las cuales purifican el agua y a través de las estaciones de bombeo se distribuye hacia la población. Al no haber luz, estas estaciones no pueden bombear el líquido hacia los municipios carabobeños, por lo que además de carecer del servicio eléctrico, también del preciado líquido.
Por si fuera poco, la falta de luz afecta también comercios, centros comerciales, oficinas, escuelas, universidades; prácticamente se paraliza una ciudad. En Carabobo son millonarias las pérdidas que tienen los comerciantes con cada apagón prolongado. Y también el ciudadano común sufre con las fluctuaciones eléctricas, las cuales queman los aparatos como neveras, computadoras, microondas, radios, televisores, entre otros electrodomésticos de uso diario.
http://www.el-carabobeno.com/articulo/articulo/67611/carabobo-en-el-epicentro-de-la-crisis-elctrica