Corpoelec apaga la luz entre 1 y 16 horas al día a 22 estados del país

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22 de 23 estados de Venezuela registran racionamientos eléctricos diarios según la región. Los apagones se deben a que Corpoelec no tiene la suficiente energía para cubrir la demanda nacional

Mayllú Sayago tiene en su casa un cementerio de electrodomésticos: 2 televisores, 1 aire acondicionado, 1 nevera, 1 microondas, 1 licuadora y 1 tostador que no funcionan. Todos se dañaron entre 2023 y 2024 por los apagones y bajones que a diario padece en su casa.

Calcula las pérdidas en 1.200 dólares. “No me ha quedado nada y no tengo para reponer los aparatos”, aseguró la maestra de 52 años, quien optó por usar el dañado microondas de alacena para guardar los condimentos.

“Tuve que sacar un televisor viejo y poner a funcionar una nevera de escarcha que tengo desde que me casé hace 32 años”, agregó.

Mayllú, su familia y vecinos se quedan sin servicio eléctrico, religiosamente, todos los días. “Aquí no hay descanso. Son 4 o 5 horas diarias que estamos sin luz. No hay horario, hay días que estamos sin electricidad desde las 7:00 p.m. hasta medianoche; otro día, se va a las 6:00 p.m. hasta las 11:00 p.m. y otros días desde las 2:00 p.m. hasta las 6:00 p.m.”.

Vive en el sector Veritas, en el centro de Maracaibo, estado Zulia, una de las regiones de Venezuela más golpeadas por los racionamientos eléctricos, que datan de 2010.

Los apagones que registra Mayllú los padecen también miles de usuarios en toda Venezuela. 22 de 23 estados registran racionamientos eléctricos diarios de entre 1 y 16 horas, dependiendo de la región. En algunas zonas, los habitantes los perciben de forma interdiaria; pero en otras, los sufren de lunes a domingo, corroboraron corresponsales y colaboradores de El Pitazo desplegados en todo el país.

Solo Distrito Capital goza de un servicio eléctrico continuo, que únicamente se interrumpe cuando se generan algunas contingencias en la infraestructura eléctrica local o en la Red Troncal de Transmisión, conformada por líneas de alta tensión que transmiten la electricidad que se produce en las centrales hidroeléctricas de Guayana, ubicadas en el estado Bolívar, hacia el resto del país.

La principal causa de los racionamientos eléctricos es el déficit que hay en la generación de electricidad. La oferta de megavatios (Mw) no es suficiente para cubrir la demanda del país, que está sobre los 13.000 Mw, según reportes de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) a los que accedió el ingeniero y especialista en sistemas eléctricos José Aguilar.

Los informes de la estatal eléctrica indican que la generación hidroeléctrica y térmica está cercana a los 12.000 megavatios, por lo que hay una carencia de un poco más de 1.000 megavatios que obliga a Corpoelec a apagar el consumo equivalente en 6 estados: Trujillo, Mérida, Táchira, Apure, Barinas y Portuguesa.

“No hay mayor generación por varias razones: máquinas inoperativas en las centrales de Guayana (Guri, Caruachi y Macagua); hay bajos niveles de agua en las hidroeléctricas de la región andina, por lo que tienen una baja producción de energía, y la generación térmica no da más por problemas en la logística de suministro de combustible, averías y mantenimientos atrasados”, aseguró el ingeniero Aguilar en entrevista telefónica.

Aguilar explicó que al déficit de generación se suman las limitaciones y deficiencias que tiene la Red Troncal de Transmisión: “Para hacer una semejanza: la autopista por donde viaja la electricidad tiene muchos huecos y semáforos (equipos de control de tensión y voltaje) fuera de servicio, eso genera fallas”.

Desde los apagones nacionales de 2019, Corpoelec no ha recuperado sustancialmente la generación térmica en el país. De los 19.095 megavatios térmicos instalados, 87 % está fuera de servicio y apenas se produce 13 % de esa cantidad, según informes de Corpoelec.

Estas cifras demuestran que el sistema eléctrico venezolano sigue dependiendo de las centrales de Guayana, que producen 80 % de la energía que demanda el país.

Los Andes y los Llanos en crisis

Los estados más golpeados por los cortes eléctricos, además de Zulia, son Táchira, Mérida y Trujillo: los apagones se extienden hasta por 16 horas diarias.

Habitantes de una zona de San Cristóbal, capital de Táchira, contaron el 12 de marzo 4 bloques de racionamiento que se distribuyeron en 3 horas sin electricidad y otras 3 con el servicio. Este patrón se repite también en el municipio Libertador del estado Mérida, en el que hay otras localidades que registran doble tanda de apagones de 8 horas cada una.

Trujillo no escapa de la misma circunstancia. Habitantes de Boconó pasan de 12 a 16 horas diarias sin energía eléctrica. Allí suman además 3 semanas sin agua por tuberías, servicio afectado por los apagones.

Las consecuencias económicas de las fallas eléctricas para los comerciantes son incalculables. Carlos Maldonado, vendedor de pasteles en San Cristóbal, contó que las ventas han bajado y se daña la masa por la falta de refrigeración.

“Yo dejo listo lo necesario para hacer los pasteles. El pollo, el arroz con carne, la masa e incluso pasteles ya armados para freír, pero cuando paso cuatro horas sin luz, luego tres con luz y luego cuatro sin luz, es imposible que se mantengan los productos. Los cambios de temperatura y las pocas ventas hacen que sea cada vez más difícil”, reportó.

En la región llanera de Venezuela, incluso en Barinas —estado donde nació el fallecido presidente Hugo Chávez—, hablar de bajones y apagones eléctricos es hablar de salud mental, según Miguel Barrios, habitante de San Fernando de Apure.

“Nos está afectando el sueño y la tranquilidad. ¿Quién puede vivir en paz con 6 horas diarias sin luz y con hasta 10 fluctuaciones por hora?”, preguntó Barrios, quien perdió 2 unidades de aires acondicionados por las fallas eléctricas.

El sindicalista del sector salud acudió a la sede de Corpoelec para solicitar la reposición de los equipos dañados, pero obtuvo una respuesta negativa. «Me dicen que no me corresponde indemnización porque no tengo contrato ni pago luz», aseguró.

A María Manzanilla, maestra de aula en la ciudad de Barinas, se le quemaron los 2 aires acondicionados de su casa. A uno se le achicharró el ticino y al otro el compresor. Gana 3,6 dólares mensuales como auxiliar de preescolar y debe mantener a 3 hijos, por lo que sus posibilidades de reponer los equipos no son factibles. “Uno está desprotegido. Ahora me toca soportar hasta 10 horas de calor y aguantar la plaga. Es para volverse loco”, lamentó.

Lara y el centro del país

En el estado Lara, la duración de los cortes eléctricos diarios es de 3 y 4 horas en lo que va de marzo de 2024, según Activos por la Luz, una iniciativa de la sociedad civil que monitorea los apagones en Iribarren y los municipios foráneos Palavecino y Simón Planas.

En Lara hay racionamiento eléctrico desde el primer gran apagón de 2019. A partir de entonces, Corpoelec implementó cortes a diario cuya frecuencia y extensión son inciertas debido a que no publica cronogramas ni información sobre los circuitos, que le ha sido requerida por la organizaciones Coalición Anticorrupción de Transparencia Venezuela, Activos por la Luz y comunidades.

Igual que en Lara, el servicio de energía eléctrica es el peor valorado por los habitantes del estado Miranda. Cristabel Molina, residente del sector La Estrella de Los Teques, indicó que en la zona donde vive se va la luz al menos seis veces por semana.

Molina comentó que ante las fallas de gas doméstico compró una cocina eléctrica con la intención de mejorar su rutina en la preparación de las comidas. “Se acerca la hora del almuerzo y no tengo cómo preparar los alimentos. Cambié de aparatos y ahora igualmente padezco las consecuencias de un servicio pésimo”, se quejó.

Al otro lado de la región, Ricardo Contreras enfrenta las mismas dificultades que Molina, con el agravante de que el calor impide que duerma corrido en las noches. Contreras vive en el sector El Conde de Cúa, en Valles del Tuy, zona que en los últimos días experimenta una temperatura que supera los 30 ºC luego del mediodía.

“Sin aire acondicionado es difícil conciliar el sueño debido al calor. Lo mismo ocurre en el trabajo. Cuando no hay electricidad, el vaporón no te permite cumplir a cabalidad con tus tareas. A ello se suma que estas fallas atentan contra los aparatos eléctricos, se dañan y ningún organismo del Estado se hace responsable de su reposición”, acotó.

En Carabobo y Aragua la situación es igual que en Miranda. Los apagones y bajones son recurrentes. San Diego es una de las zonas más afectadas, igual que Valencia. “De nuevo sin luz. Insoportable este maltrato”, escribió en su cuenta de la red social X la usuaria Reyna Winde desde la capital del estado, el 12 de marzo.

Única solución

El experto José Aguilar sostiene que la única solución para frenar los penosos apagones es robustecer la generación en el país y recuperar los sistemas de transmisión y distribución de la energía.

Mientras, Mayllú está ansiosa en Maracaibo descontando los días que aseguró el ministro de Energía Eléctrica, Néstor Reverol, que tardarían los trabajos de mantenimiento de una de las líneas que importa energía que se genera en Guri hacia su ciudad.

Reverol, nombrado por el gobernante Nicolás Maduro padrino de Zulia, dijo el 18 de enero que los trabajos tardarían 63 días, que terminan el 21 de marzo. Según el militar, esta maniobra “garantizará la estabilidad del sistema eléctrico nacional” y permitirá la transmisión de 100 megavatios adicionales para Maracaibo.

Mayllú espera que sea cierto y que a partir del jueves 21 pueda dormir sin calor y sin “enrollarse como una momia” en una ciudad con temperaturas que alcanzan los 38 ºC, solo para evitar que la piquen los zancudos en medio de la oscuridad a la que la somete el gobierno de Maduro.

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