EL CARABOBEÑO
Con la luz del celular jugó Ivonne González con sus hijos hasta que 10 minutos después de las 8:00 p.m. se restituyó el servicio eléctrico en su casa. El plan de administración de carga así lo determinaba. El menor de ocho meses hasta hizo una siesta sobre la alfombra de la sala, a la que más tarde se sumó su hermana de dos años. No tenían más opción. Una vez con el racionamiento del día concluido la rutina se normalizó entre preparación de loncheras, la cena y baños rápidos antes de ir a la cama. Pero justo a las 12:00 a.m. el silencio y la oscuridad los despertó. Fue una interrupción de cuatro horas adicionales que no estaban previstas.
Ivonne vive en La Esmeralda, San Diego. Pero ella y sus vecinos no fueron los únicos en padecer ocho horas en un día sin electricidad. Julieta López no se había aún parado de la cama cuando de pronto todo se apagó. Pensó que se había confundido. Revisó y se dio cuenta que aún faltaban 12 horas para que iniciara el corte establecido por la estatal como cada martes en el Bloque A del estado que incluye el sector Paraparal de Los Guayos. Pensó que el horario había sido cambiado, sin embargo, justo a las 4:00 p.m. se dio el segundo corte del día. Cuatro horas más.
Lo mismo sucedió en bloques de suspensión del servicio distintos en la comunidad Las Manzanas de Libertador, Campo Carabobo, San Joaquín, el cacerío Yuma de Carlos Árvelo, Prebo, La Viña y La Granja.
De acuerdo al ministerio de Energía Eléctrica la administración de carga se mantiene en los mismos horarios publicados desde el lunes 25 de abril cuando arrancó el plan de manera oficial en todo el país, pero las denuncias de incumplimiento en el cronograma con adiciones de horas en las interrupciones han sido recurrentes.