EL UNIVERSAL
Señalan que la eléctrica depende de las «dádivas del Estado»
Algunas voces han cuestionado la fusión de las catorce empresas eléctricas del país en la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), al considerar que ese proyecto por reordenar al sector, resulta forzado e inviable. Jesús Pacheco, profesor de la Universidad Simón Bolívar (USB), adiciona que esta nueva figura «es un elefante blanco, con poca capacidad de respuesta y alta dependencia financiera» del Gobierno.
Esta Corporación, en su estructura organizacional, «carece de niveles jerárquicos muy necesarios en los procesos» fundamentales de la actividad eléctrica «los cuales identifican los niveles de responsabilidad». Advierte el analista que «las comisionadurías no se comunican entre sí y están conformadas con grandes diferencias en sus componentes de generación, transmisión y distribución y comercialización».
A la desarticulación de la eléctrica estatal se une la «falta de autonomía financiera», dice el especialista. Y «sin recursos, que sean suficientes y oportunos, no se puede garantizar la viabilidad de ese proyecto».
Explica Pacheco que el presupuesto de Corpoelec en 2012, fue publicado el 6 de marzo en la Gaceta Oficial 39.877 «lo que significa que en ese primer trimestre quedaron rezagados los pagos a proveedores, a trabajadores, la compra de repuestos. El monto del presupuesto aprobado es de 102.910 millones de bolívares y por concepto de recaudación, en un escenario optimista, es de 10.628 millones de bolívares cuando la nómina (personal activo y jubilado) es 17.000 millones de bolívares».
Corpoelec no tiene ingresos para cubrir la nómina, apunta. «Estamos ante una empresa deficitaria, que no tiene autonomía financiera y tiene que buscar recursos por la vía de la Ley Especial de Endeudamiento, de los convenios internacionales y de las dádivas que le da el Estado, a través de créditos adicionales para atender las emergencias. Esto no ocurría con Enelven, Enelbar, Edelca».
Las pérdidas no técnicas (energía suministrada pero no medida o no registrada comercialmente) de la entonces Cadafe superan el 50%, destaca. Pero esas pérdidas, también conocidas como fraude o hurto de electricidad, promedian un 30% a nivel de Corpoelec.
«Cuando se tiene un sistema eléctrico constituido por 65% de energía hidráulica y 35% térmica, casi que se están prendiendo las plantas únicamente para alimentar esas pérdidas», argumenta. «Un sistema en esas condiciones no es sustentable, tenemos que necesariamente ir a esquemas se emplean en el primer mundo, que se rigen por los mercados de energía: para ello no se debe dar toda la carga al Estado, debe abrirse una ventana al capital privado».
Megavatio caro
Insiste en que Corpoelec «sobrevive» a los auxilios financieros que les agilizan el Ministerio de Finanzas y el Fonden. Mediante la Ley de Endeudamiento, la Corporación «puede endeudarse hasta donde lo permitan sus estados financieros y a hacer diligencias con bancos extranjeros, sólo que con los números que presenta la empresa resulta difícil esa vía».
Están también «los convenios internacionales los cuales son multisectoriales (no sólo electricidad), que terminan la mayoría de las veces en letra muerta, por lo que habrá que crear un verdadero Fondo Eléctrico» que soporte e impulse a la industria eléctrica nacional.
Refiere además que de acuerdo a cifras oficiales, «se han invertido 6.000 millones de dólares para incorporar 6.000 megavatios (Mw) al sistema eléctrico nacional. De ser cierto este dato y, tomando en cuenta los precios internacionales, debieron haberse incorporado entre 12.000 y 18.000 Mw, y no la cantidad que señalan».