DIARIO EL CARABOBEÑO
Trabajadores llevan una semana con actividades paralizadas
Beatriz Rojas
Brojas@el-carabobeno.com
Corpoelec sólo tiene disponible dos unidades para atender las emergencias que se presenten en todo el estado Carabobo. Y ese es uno de los motivos que llevó a los trabajadores del Centro de Servicios Castillito, en San Diego, a paralizar sus servicios desde el pasado miércoles 4.
A esta medida se sumaron este lunes, trabajadores de Corpoelec Maracay, estado Aragua y se seguirán agregando, según sostiene el secretario general del sindicato de trabajadores eléctricos de Carabobo, Abel Guzmán.
Este lunes a media mañana, se realizó una asamblea de trabajadores en el Centro de Servicio Castillito, en la cual fueron recibidos varios dirigentes vecinales y miembros de consejos comunales, quienes les expresaron su respaldo por la actitud asumida desde hace cinco días.
Abel Guzmán, reiteró que la lucha es para lograr que al personal se le dote de los insumos y herramientas necesarias para trabajar, por cuanto no pueden continuar con la situación actual. Subrayó la necesidad de que a los trabajadores se les suministre los uniformes, y que se proceda a discutir la convención colectiva, vencida desde hace cinco años.
Aclaró que la medida no tiene nada que ver con política. También señaló que en el sector eléctrico siempre se ha hablado de sabotaje, pero los trabajadores han demostrado ser contrarios a este tipo de actitud.
A su modo de ver, los verdaderos saboteadores son los directivos de la corporación que están en Caracas, que han llevado al sector al caos.
“Esto que pasa en Valencia, es la misma situación de Corpoelec en todo el país”.
Soraya Rodríguez, habitante de la urbanización Malavar en Los Guayos, dijo que los vecinos decidieron apoyar a los trabajadores, porque su comunidad estuvo 76 horas sin electricidad. El pasado sábado se les repuso el servicio, gracias a la actuación de trabajadores de Corpoelec de San Joaquín. No obstante señalaron que pudieron apreciar que el joven que llevó el transformador, no tenía guantes y los zapatos se los tuvieron que prestar.