Corpoelec deja a los Andes sin sus tres principales hidroeléctricas

Centrales de la región andina están paradas. Foto: Archivo

El Pitazo

 

Es la primera vez en la historia que las centrales San Agatón, La Vueltosa y Planta Páez quedan simultáneamente fuera de servicio, lo que reduce la generación propia de los Andes y profundiza los racionamientos

Nataly Angulo


La generación hidroeléctrica de los Andes está seca. De los 1.159 megavatios de capacidad instalada, sólo se generan 50 megavatios, 4,3 %. Las tres principales centrales hídricas de la región andina están fuera de servicio, según reseñan reportes de Corpoelec.
Es la primera vez en la historia que las plantas Fabricio Ojeda (La Vueltosa), San Agatón y Planta Páez quedan fuera de servicio simultáneamente, aseguró el ingeniero Miguel Lara, exgerente de la Oficina de Planificación del Sistema Interconectado.

San Agatón fue la última central en operar. Corpoelec ordenó su parada a principios de mayo luego de que el nivel de su embalse bajara casi cuatro metros de la cota mínima -1.066 metros sobre el nivel del mar- en la que pueden operar sus dos turbinas.

Cuando cesaron las operaciones, en la hidroeléctrica apenas se generaban 100 megavatios con una sola turbina. La otra -con una producción de 50 Mw- fue apagada a mediados de abril debido a la escasez de agua, indican reportes de la estatal eléctrica.

La central Fabricio Ojeda (La Vueltosa), la de mayor capacidad instalada, tiene tres meses parada debido también a los bajos niveles de agua en su embalse. La autoridades de Corpoelec ordenaron el cese de operaciones de la única turbina que estaba en funcionamiento en febrero y se dejaron de producir 170 megavatios. El reservorio que sirve a la planta se mantiene en casi tres metros por debajo de su cota mínima de operaciones -290 metros sobre el nivel del mar-.

Planta Páez, en cambio, está fuera de servicio desde hace al menos 4 años luego de que sus cuatro turbinas se dañaron. Masparro y Peña Larga, las otras dos hidroeléctricas que tienen Los Andes, son pequeñas y su capacidad de generación conjunta es de 105 MW, pero hoy sólo se genera 50 Mw debido a daños en sus generadores.

Con la parada de La Vueltosa y San Agatón se dejan de percibir 320 MW, que equivalen al 40 por ciento de la demanda eléctrica de los estados andinos Trujillo, Mérida, Táchira y los llaneros Barinas, Portuguesa y el Alto Apure -con quien los Andes comparte su generación-, según estimaciones del ingeniero José Aguilar, especialista sistemas de generación eléctricos.

Los estados mencionados cuentan con 3.034 megavatios instalados en plantas térmicas e hidroeléctrica, pero sólo se generan cerca de 200MW, señalan informes de la estatal eléctrica.
Las consecuencias de la caída de la generación hidroeléctrica, sumada a la limitada producción de energía térmica producto de la escasez de combustible y daños de equipos, la padecen los habitantes de Los Andes y se traducen en racionamientos diarios de al menos 12 horas.

Abuso

La parada de las centrales hidroeléctricas por falta de agua pudo evitarse si Corpoelec hubiese operado de forma responsable los embalses, aseguraron los ingenieros José Aguilar y Miguel Lara.

Aguilar explicó que las centrales de los Andes sólo deben trabajar a máxima carga de seis a ocho horas durante el día, luego debe reducirse la generación para permitir que los embalses se recuperen ya que los ríos de esa región no son tan caudalosos como los del Bajo Caroní. «Pero Corpoelec hace lo contrario, como no hay termoelectricidad abusan de los embalses y los secan».

Lara agregó que las disfuncionalidad de Corpoelec en las centrales de generación la paga la sociedad venezolana y deja secuelas en los equipos. «El riesgo es que cuando viene la época de baja hidrología como la actual, los embalse se colocan en la cota mínima y no se pueden operar; y si la operan, corren el riesgo de dañar los generadores. Esa praxis operativa errada es lo que ha dañado las unidades eléctricas de esas centrales».

Aguilar advirtió de que los apagones en los Andes no cesarán mientras no se resuelvan los problemas de operación de los embalses, las fallas en los sistemas de transmisión y distribución, y se garantice el suministro de combustible a las plantas térmicas.