Culebrón eléctrico

LA VERDAD (ZULIA)

Por José Aguilar / Ingeniero

Nos hemos convertido en el único país de la América libre, donde sus ciudadanos, tienen 18 meses sin poder ver a diario la realidad operativa del sector

En días pasados Venezuela fue sometida a un circo mediático por sus autoridades eléctricas, repleto de información manipulada e inconclusas pruebas sobre sabotaje de su sector eléctrico. Tesis manejada desde abril 2008 y luego de 49 meses salen las «supuestas pruebas» vía fotos de 11 casos ante la nación… Dieron pena «las pruebas» presentadas, siendo todos los casos muy debatibles del supuesto sabotaje.

Todo acto de sabotaje contra cualquier infraestructura de la nación es inaceptable y debe ser castigado con todo el rigor de nuestras leyes, pero ajustado a derecho y solo después de que los imputados tengan su día en corte y puedan también defenderse de los cargos acusatorios. Solo escuchamos una versión, no escuchamos a los fabricantes de los equipos, a los trabajadores envueltos, es decir, las otras partes.

Más bien las fotos indicaban abusos operacionales y daños por falta de mantenimiento o final de la vida útil. Nunca se debe confundir un error humano con un acto de sabotaje. El primero es un error, el segundo lleva consigo un elemento de premeditación para hacer el mal.

Nos hemos convertido en el único país de la América libre, donde sus ciudadanos, tienen 18 meses sin poder ver a diario la realidad operativa del sector, mientras tanto el tiempo promedio de restitución, cuando se va la luz; es de más de 10 horas, el peor del continente y a la par con naciones del África.

¿Hasta cuándo seguirá el viacrucis? La respuesta: hasta que los venezolanos decidan tomar el toro por los cachos y le pongan un parao al mal servicio, al abuso, las multas y los racionamientos. Es primordial tener autoridades profesionales, enfocadas en la generación, transmisión, distribución y los combustibles requeridos por el pueblo sin luz, en vez de quehaceres politiqueros.

No asumen su responsabilidad por mal mantenimiento, incumplimientos a granel y recursos dilapidados por corrupción e improvisación. Eso sí es sabotaje y de marca mayor.

No se deje engañar. En 122 días usted decide. ¡Manos a la obra que sí se puede!