Desmoronamiento electrizante

DIARIO LA VERDAD (ZULIA)

 

José Aguilar / Ingeniero Eléctrico / jgasaguilar@hotmail.com / @SoyJoseAguilar

La colectividad nacional ve hundir su calidad de vida, pues se trancan aguas abajo una multitud de servicios, que alejan al país de la modernidad en pleno siglo XXI a pasos agigantados. La dilación en reaccionar de nuestra sociedad es agobiante para el futuro del país

Desde las dos primeras semanas de 2018 tienen al SEN, -Sistema Eléctrico Nacional de Venezuela- desmoronándose en toda su cadena de valores, en especial en la fase más cercana a los usuarios como es la distribución. Desde hace 12 años, cuando la disponibilidad de la generación comenzó a ser insuficiente para enfrentar la demanda, la táctica inicial fue la sobre-explotación de la transmisión, induciendo grandes apagones nacionales, y socavamiento de la distribución, siendo esto un peligro para el Guri; forzándola a través de malas praxis que han empeorado la calidad de los indicadores técnicos del servicio.

El régimen ha desatado la debacle de la distribución a través de: 1) minusvalía de esta área, ya que es la que menos dinero ha recibido de las fabulosas sumas dedicadas al SEN, casi todas envueltas en manejos turbios; 2) Inhabilidad para mantener adecuadamente las instalaciones, el sempiterno Talón de Aquiles de Corpoelec; 3) Inatención a los crecientes cuellos de botella del SEN; 4) Improvisación, la consecuencia de este coctel ha sido la propagación desidiosa de todos los elementos de logística que debe soportar una gestión exitosa de distribución.

Este deterioro está destruyendo décadas de progreso de lo que fue la más pujante electrificación de un país en la región, en la democracia, la meta era que la electricidad llegaría hasta donde llegaba Venezuela, pero en la dictadura la meta ha sido la deselectrificación del país. La colectividad nacional ve hundir su calidad de vida, pues se trancan aguas abajo una multitud de servicios, que alejan al país de la modernidad en pleno siglo XXI a pasos agigantados.

La dilación en reaccionar de nuestra sociedad es agobiante para el futuro del país, nuestro reto es acortar la estadía de la dictadura en el poder, tenemos que dejar de ser una nación donde nos pasa de todo y hacemos poco o nada de manera eficaz para cambiar el mayor desastre de nuestra historia. El tiempo ha sido siempre. Abrasemos el reto que nos tocó sin reservas o de lo contrario, compatriotas fracasar sí sería el desmoronamiento más electrizante. ¡Manos a la obra que sí se puede!

http://www.laverdad.com/opinion/135274-desmoronamiento-electrizante.html