Dos días después del apagón continúa inestabilidad eléctrica en Guayana

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Correo del Caroní

Durante el fin de semana progresivamente la electricidad se restituyó en gran parte de Ciudad Guayana, aunque con cortes súbitos y fluctuaciones de voltaje.

Apenas este lunes 2 de septiembre es cuando Ciudad Guayana comienza a recuperar la normalidad, luego del proceso de restablecimiento del suministro de energía eléctrica tras el apagón nacional ocurrido la madrugada del pasado viernes 28 de agosto.

Aún así, durante el fin de semana en redes sociales vecinos de diferentes comunidades se quejaron de no tener luz, ni agua, de que el servicio era intermitente, de bajones y fases caídas.

La situación generó largas colas en gasolineras e imposibilidad en muchos negocios de lograr hacer cobros y pagos automatizados.

Según voces expertas y algunos testimonios de extrabajadores de la extinta CVG Edelca, el apagón fue consecuencia de dos causas: la falta de mantenimiento y la desinversión en el sistema eléctrico.

Lo cierto es que ya para el mediodía del sábado, la electricidad había vuelto a gran parte de Ciudad Guayana, pero con cortes súbitos y desequilibrio en el suministro energético.

Vale la pena destacar que la falta del servicio no sólo atenta contra la economía y la atención médica, sino que también evidencia la fragilidad de un sistema que prioriza la retórica sobre la acción.

Un supuesto estudio que se filtró y fue publicado en redes sociales, muestra el análisis técnico de la oscilografía o registro de las protecciones eléctricas, obtenido del relé de la línea a 400 kV Guri A-Canoa (visto desde Guri), en él se observa que a las 4:49 horas del 30 de agosto se registró una falla que involucra las fases B y C (falla bifásica).

La causa de la falla se presume con alta probabilidad que sea como consecuencia de una descarga atmosférica, dada las condiciones climatológicas del momento.

No es terrorismo, es desinversión

Según extrabajadores de CVG Edelca, los datos expresan que la causa del apagón del sistema eléctrico venezolano no es consecuencia de un presunto acto terrorista, sino de una infraestructura eléctrica con muy poco mantenimiento, aunado a la gestión de personal técnico y gerencial poco preparado y entrenado, lo que imposibilita operar el sector con los estándares mínimos requeridos.

De tal manera y según los conocedores del tema, que la causa del colapso del sistema fue la “inoperancia de los sistemas de protecciones que debieron eliminar el cortocircuito en unos 60 mseg, y no en tiempos mayores a 1.000 mseg como realmente ocurrió”, explicó una fuente que pidió mantener su nombre en reserva por temor a represalias.

Fin de semana de terror

Maritza Viñoles, vecina de Residencias Guayana en Alta Vista, comentó que desde que se restituyó el servicio, el viernes en la noche, el sábado se volvió a ir a las 4:00 de la tarde, y  regresó a las 8:00 de la noche, situación que afectó a su comunidad ya que fue muy complicado para algunos residentes subir y bajar la escaleras para llegar a sus apartamentos.

De igual manera, la vecina Irma Pérez, de Los Olivos, expresó que en la zona se mantenía el servicio inestable, acotando que también se les cayó dos veces el sábado con lapsos de 3 y 4 horas de ausencia. En virtud de preservar los equipos eléctricos, recomendó que se debe medir las fases de corriente  220 y 110, porque si la luz llega muy alto o muy bajo ocasiona que se quemen.

Ana Pérez, vecina de Terrazas del Caroní, señaló que después del apagón, en su urbanización los bajones han sido constantes y se han quemado algunos bombillos. “En casa de unas amigas en el Core 8 se les quemaron las bombas de agua y varios electrodomésticos por las subidas repentinas”, relató.

Frank Rodríguez indicó que en San Félix, después del apagón les llegó la luz a las 7:00 de la noche y desde ese momento hubo una fluctuación fuerte en gran parte de la localidad, a excepción de la parroquia Dalla Costa; mientras que en las parroquias Simón Bolívar, 11 de Abril, Vista al Sol y Chirica se volvió a caer el suministro energético a las 11:00 de la noche del sábado y a mediodía del domingo aún no había sido restituido.

La inestabilidad ha sido un riesgo contra la salud

Una vecina del sector Río Negro denunció que padece de una cardiopatía vascular congénita y desde el apagón su salud se ha visto bastante comprometida.

“Se me han dañado por el alto voltaje la nevera y la lavadora, gracias a Dios logré apagar el aire a tiempo y con el alto costo de la vida pienso en pedir una ayuda al Estado. Quizás no logre comprar las cosas dañadas, pero al menos veremos si me ayudan a repararlas”.

De igual manera, una vecina de Campo B manifestó sentirse como sobreviviente de un atropello por un camión de carga que los trituró y están resurgiendo.

“El día del apagón se fue la electricidad hasta las 12:00 de la noche, mientras en otros sectores había llegado, a nosotros no”.

La situación le complica su dinámica de vida ya que sus hijos no pueden consumir alimentos con gluten, haciendo que el fin de semana vivieran momentos difíciles para encontrar comida específica que les permitiera solucionar la situación de emergencia.

Se quejó además, que una vez restituido el suministro a medianoche les tocó recoger agua y tratar de recuperar el sueño perdido, sin embargo el sábado se volvió a suspender el suministro eléctrico y estuvieron 16 horas más sin luz.

“Es bien difícil vivir en este tipo de situaciones, además de la comida, lo que significa no poder trabajar durante dos días, no cumplir con las actividades domésticas del fin de semana, generando un estrés que me produce migrañas, ya que el agotamiento físico produce una desmejora en la calidad de vida que no es beneficioso”.

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