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El nivel de agua del embalse de Guri baja de manera acelerada tras el largo período de sequía que ha azotado al país desde mediados del año pasado.
Esta situación hace que se enciendan las alarmas ante un racionamiento aún más severo al ya existente, sostiene el analista y asesor internacional en materia eléctrica, José Aguilar.
Para Aguilar lo generado en Guri no supera los 7.000 megavatios, y de continuar la reducción del nivel del agua disminuirá más aún, poniendo en riesgo la actividad del parque industrial de Guayana, y al resto del país que carece de un soporte confiable de generación.
La cota de extrema gravedad se ubica en 240 m.s.n.m, de llegar a ese rango, escasamente, se podrían generar entre 3.200 a 3.000 megavatios, una cantidad bastante reducida si se tiene que la actual demanda del servicio aumentó a 18.357 megavatios en 2012, a decir del propio presidente de Corpoelec, Argenis Chávez.
Indisponibilidad, el problema
Al especialista, José Aguilar, le preocupa que la falta de lluvias se prolongue más de lo que pudiera soportar el embalse Guri en bajo nivel, pues los problemas eléctricos repercutirían en el crecimiento de la economía.
Explica el analista que el Gobierno ha disfrutado de muchas hidrologías favorables en los últimos 14 años, que le han dado margen para poner en orden el parque termoeléctrico. Sin embargo, a su juicio, no ha sido posible en ese tiempo armar un respaldo sólido que responda a cualquier problema con la hidrolelectricidad.
Las cifras de Aguilar apuntan a que el parque térmico, cuya capacidad nominal, gira en torno a 14.390 megavatios, apenas tiene disponibles 6.950 megavatios.
El ex director de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados (Opsis), y especialista en materia eléctrica, Miguel Lara, asegura que la situación es complicada, pues si bien es cierto que hay 27.469 megavatios en capacidad nominal instalada de generación (térmica e hídrica), sostiene que la indisponibilidad (o generación fuera de uso) alcanza los 10.357 megavatios, según cifras oficiales de 2012.
Esto evidencia una capacidad de respuesta de solo 17.139 megavatios, que imposibilitan cubrir una demanda máxima de potencia de entre 17.965 a 18.681 megavatios, por parte de los usuarios del sistema.
Se estima que la demanda máxima exceda los 19 mil 200 megavatios hacia el último trimestre de 2013.
No hay por tanto un sistema confiable en materia térmica que logre hacer frente a una disminución grave de la energía proveniente del Guri hacia el sistema interconectado. Aguilar asegura que en los Andes la situación de los embalses no es mucho mejor, toda vez que son embalses para horas pico y de menor tamaño que los de Guayana.
Para él es imprescindible acometer inversiones y un plan organizado y real para reparar el parque termoeléctrico. Esta debe ser, según el analista, una medida inmediata, pues las plantas nuevas son de largo aliento y los costos muy superiores. «Lo más barato y expedito es hacer buenos mantenimientos, para empezar a recuperar los equipos rápidamente y eso cuesta una fracción si se traen plantas nuevas, que además duran años en ser instaladas», destaco Aguilar.
Pero luego de la recuperación, se presentará un nuevo desafío: los combustibles. Aguilar asegura que este será un nuevo inconveniente, pues en la actualidad existe déficit de combustible en el país.
Nuevas medidas
Para hoy están previstos anuncios en materia eléctrica. El presidente Maduro, aseguró la semana pasada que este sector sería considerado de seguridad nacional, «debido a los constantes sabotajes que ha perpetrado la oposición», según sus palabras.
Analistas sostienen que Maduro intenta responsabilizar a otros de la ineficiancia del servicio, que entró en colapso a finales de 2009, y que pese a los más de 40.000 millones de dólares invertidos no ha sido posible recuperarlo.
Para Miguel Lara, lo único que podría incluir el Gobierno dentro del sector es una «limpieza» de personal, tras lo cual la operatividad de Corpoelec se vería en problemas, pues nadie querrá tomar decisiones, por miedo a ser acusado, en caso de que algo llegara a ocurrir, tras esa decisión.