EL UNIVERSAL
La penumbra del municipio favorece la multiplicación de los delitos
La ecuación es casi infalible: a mayor oscuridad, mayor cantidad de delitos. Es algo que saben muy bien los vecinos de las urbanizaciones del municipio Sucre, que desde hace años se vienen quejando por la decadencia continua del sistema de alumbrado público.
Luis Eduardo Manzano, vecino de La Urbina, se dio a la tarea a finales de febrero de contar los postes apagados, y una de las zonas que denunció fue la avenida Rómulo Gallegos. Muy cerca de allí, en la oscura calle 4 de La Urbina, fue asesinado la semana pasado el periodista Jhonny González.
En aquel entonces contó en esa arteria vial 76 postes apagados de 190 existentes (40%). Los números fueron similares en otras urbanizaciones: 146 apagados de 300 (49%) en la Urbanización Miranda; 46 de 115 en la principal de Macaracuay (40%); 14 de 26 en Palo Verde (54%) y 20 de 94 en Terrazas del Ávila (21%). Desde que sus denuncias se hicieron públicas, reconoce que la situación ha mejorado, y siente que se ha hecho un esfuerzo en las vías principales, pero calle adentro en las urbanizaciones la oscuridad sigue reinando.
Ida de Penta, en Macaracuay, habla por ejemplo de postes en la avenida Yare que tienen años sin emitir luz, y allí recuerda uno que tumbó un auto en un accidente y no fue sustituido.
Para atender el problema, la alcaldía de Sucre se dio a la tarea hace poco más de un año de colocar reflectores en postes de alumbrado público que no funcionaban, pero Corpoelec no lo permitió, aduciendo que no tenían calculadas las cargas eléctricas. «Había dos versiones, pues nuestros electricistas aseguraban que ese argumento no tenía sentido. Lo cierto es que no dejaron que se instalaran», recuerda Vicky Valera.
Ante este impedimento, la alcaldía lo que ha hecho es entregar reflectores a las diferentes urbanizaciones para que los vecinos los coloquen a las puertas de residencias y edificios y la cuenta eléctrica se cargue a la factura del condominio: «Nos dijeron que no teníamos injerencia en el alumbrado público y por eso buscamos otra solución», explica Luis Comella, director general de la alcaldía.
En algunos casos, los propios vecinos han tenido que iluminar la calle, como ha sucedido en la avenida Los Mangos de Los Chorros o en la calle Terepaima de El Marqués. Sin embargo, los ocho reflectores que en esta última colocaron los vecinos fueron destrozados, presumiblemente por los hampones que azotan la zona, según informa Pedro Arnal.
Valera recuerda además que en muchos casos la luz que emiten no es suficiente, según se comprueba en zonas sin edificios y mucha vegetación, como en Lomas de Los Chorros.
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