Energía térmica explota los recursos para la electricidad

LA VERDAD (ZULIA)

José Aguilar, analista eléctrico, critica el avance térmico dependiente de compras de gas cuando el país tiene fuentes de aguas para generar hidroeléctrica

El gobierno desplazó la generación hidroeléctrica por la térmica

En Venezuela la ejecución de infraestructuras térmicas avanza frente a un escenario de dependencia de combustibles importados y una planificación eléctrica cargada de «improvisación, que cambió la ingeniería por la anarquía». El funcionamiento térmico a diferencia del hidroeléctrico requiere de más gas o diésel. Inventarios deficitarios en la estatal petrolera que promete años de reservas petroleras, critica José Aguilar, analista eléctrico.

Explica que el Gobierno desarrolla energía térmica que resulta más costosa para las arcas del país y que se enreda en «problemas de generación» porque «no tiene suficiente» combustible para responder a la operatividad de las plantas instaladas y en ejecución. Además suma complicaciones, y es que «tiene que importar gas de Colombia, mientras (este) se pierde en el Lago de Maracaibo (por fugas en tuberías)».

De acuerdo al convenio suscrito entre ambas naciones en el Consejo Energético de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur) se aumentarán los envíos de gas. El gobierno del presidente Hugo Chávez aprobó la importación de 100 millones de pies cúbicos de gas, adicionales a los 200 millones que acordó en 2011. A partir de agosto recibirá 300 millones de pies cúbicos para operar sus unidades.

Aguilar cuestiona que existe «incongruencia» cuando se pide a la familia venezolana, ahorrar energía por «derrochador» de electricidad, mientras, el propio Ejecutivo invierte recursos financieros en proyectos que no atienden a una coordinación de generación, transmisión, distribución y gestión de comercialización en atención al usuario.

Asegura que «en la expansión (de energía) de la Quinta República ha predominado la térmica». La generación hidroeléctrica, que cuenta con bastantes fuentes de agua, se desplazó. «Después de Tocoma y La Vueltosa no harán ningún otro desarrollo». Insiste que la producción en los embalses, «ayuda a ahorrar combustible».

La intención del Gobierno se sujeta a «un negocio» que tendría que auditarse. Revisar qué pasa con las comisiones que se cobran por las obras ejecutadas de generación térmica. Aguilar no descarta hechos plagados de «corrupción» en las gestiones. Cuestiona cómo se hace la importación de diésel a «150 o 140 dólares, y PDVSA tiene ventas de barril del petróleo por debajo de 100 dólares. Una balanza desequilibrada ante una dependencia de gas obligada.