EL UNIVERSAL
En trece años ha faltado planificación, inversión y mantenimiento
El sistema eléctrico de Caracas fue ideado para ofrecer a sus usuarios un «servicio de altísima confiabilidad» y en función de ello, sus operaciones se estructuraron sobre la base de una «doble protección» que garantizara la continuidad del suministro de energía.
Señala Iñaki Rousse, exvicepresidente de la Electricidad de Caracas (EDC) que desde la compra hostil que realizó la transnacional AES Corporation a la EDC hasta la estatización de la empresa eléctrica, han transcurrido trece años, en los que se ha incurrido en la falta de planificación, inversión y mantenimiento.
Anteriormente, y por más de cien años, la EDC realizaba tres tipos de planificación: a corto plazo (5 años), en los cuales se analizaba el crecimiento habitacional (usuarios), industrial y comercial y en función de ello se adquirían terrenos para construir una nueva subestación; a mediano plazo (10 años) se visualizaban las anteriores variables y aquellas que no eran evidentes, con el propósito de contar con un margen de previsión; y a largo plazo (15 a 20 años) se preveía la expansión de toda el área servida, y eso estaba asociado a la construcción de plantas generadoras y líneas de transmisión.
«Ni AES Corporation ni el Gobierno han invertido en un 1 kilómetro de línea», dice. «La empresa estadounidense vendió los terrenos que eran para las subestaciones. La buena gestión de EDC por décadas, se comió en más de diez años».
El problema no es el aumento desmedido de la demanda, como se ha tratado de hacer ver, indica. «En Caracas la demanda crecía a una tasa promedio de 4,5% y 5% y durante estos catorce años, ese indicador se ha ubicado en 2,1%. Si ese valor hubiese mantenido la tendencia alcista de entonces, las fallas se hubiesen anticipado en el tiempo y en la frecuencia».
Advierte que la Gran Misión Vivienda «no impacta mucho» en la demanda, «pero sí acumula problemas» al sistema capitalino. Si desde el 2000 «no se ha procedido a invertir ni a realizar los mantenimientos, empieza a observarse una sobrecarga de los equipos, al excederse sus capacidades técnicas; esta situación anticipa el daño de los transformadores y se acelera la incidencia de fallas».
El analista refiere que el sistema eléctrico de Caracas está diseñado para que dos subestaciones se auxilien, en caso de producirse un evento a nivel de circuitos y/o de transformadores; estas se activan de forma tal, que se hagan los reemplazos o las correcciones respectivas, sin que se pierda carga.»Esta doble protección ocurre siempre y cuando no estén sobrecargados los equipos».
Rousse destaca que ya la EDC (ahora Corpoelec) «no cuenta con helicópteros para rastrear diariamente las líneas, y poco se ven vehículos de la empresa monitoreando las redes de distribución, que en su mayoría son subterráneas».
Considera el analista que si en Corpoelec «no son capaces de mantener en buenas condiciones el alumbrado público de la ciudad», resulta difícil pensar que «están pendientes de chequear y detectar posibles filtraciones de los cables de hasta 230 mil voltios que están enterrados en tuberías».
«Estos cables no se consiguen en las ferreterías, hay que solicitarlos al menos con seis meses de antelación a los fabricantes extranjeros. El 70% de la carga de Caracas depende de ese tipo de cableado, al igual que el Metro de Caracas», precisa el ex-directivo de la EDC.