Expertos alertan de secuelas y riesgos por aliviadero tardío del embalse de Guri

CORREO DEL CARONÍ

 

José Aguilar, ingeniero eléctrico y consultor internacional, y el ex gerente de Edelca, Miguel Lara, coinciden en advertir del despilfarro energético y los efectos perjudiciales en la inconclusa Tocoma y las comunidades a causa del indebido manejo del embalse.

María Ramírez Cabello / mramirez@correodelcaroni.com

El Ejecutivo nacional no aprendió del mal manejo del sistema eléctrico nacional en tiempos de sequía, en los que la población estuvo sometida a severos racionamientos de luz, por el descenso vertiginoso de los niveles del embalse de Guri en el estado Bolívar y la indisponibilidad de la generación termoeléctrica. De eso ha transcurrido apenas un año.
 
En la actualidad, con un ciclo hidrológico favorable que se vislumbra superior a los promedios históricos, expertos advierten del despilfarro energético y del mal manejo del embalse de Guri que sirve a la central hidroeléctrica Simón Bolívar, que ha puesto en riesgo no solo esas instalaciones, sino también las de la inconclusa Tocoma y a las comunidades de Puerto Ordaz y San Félix, cercanas al río.
La belleza que en los últimos días ha brotado en los saltos del parque La Llovizna y que se aprecia desde las compuertas de Macagua, en la avenida Leopoldo Sucre Figarella, esconde daños en el aun inestable sistema eléctrico nacional.
 
El ingeniero eléctrico y consultor internacional, José Aguilar, explicó que las autoridades del Sistema Eléctrico Nacional cuentan con herramientas predictivas para visualizar el comportamiento hidrológico de la cuenca del río Caroní con dos objetivos: evitar comprometer la seguridad del embalse por debajo de la cota 240 metros sobre el nivel del mar y minimizar en lo posible la probabilidad de excedencia, “que obligue a tener que abrir las compuertas del aliviadero, porque ello implica que estaríamos derrochando la energía potencial del embalse”.
 
Tras un periodo hidrológico desfavorable que se alargó por más de dos años y sometió a la población venezolana en el 2016 a racionamientos eléctricos severos; la hidrología se tornó favorable e, incluso, por encima del promedio histórico, desde mayo de 2016.
 
A partir de ese mes, sostuvo Aguilar, debió maximizarse la generación hidroeléctrica, pero por el contrario –denunció- la producción en Guri estuvo por debajo de su potencial. El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, “le sacó el pie al acelerador” que mantuvo pisado durante la sequía y la baja producción termoeléctrica.
 
“Una vez revertido el ciclo hidrológico, había que maximizar la producción de hidroelectricidad, a objeto de utilizar bien el recurso, disminuir el uso e importación de combustibles líquidos y minimizar que se derroche al desperdicio del embalse”, dijo.
 
Aguilar cuestiona que en una suerte de mundo al revés, la administración decide sobreexplotar el Guri cuando no llueve suficiente, y no le da la gana de producir la energía requerida cuando llueve a cántaros.
 
“Si había que aliviar, esto debió haberse hecho con más anticipación de modo que se hubiera podido dar albergue a más agua en el embalse y tener más rango de maniobra y quizás minimizar el derroche energético. Guri muy posiblemente, de seguir la dictadura en el poder establecerá un récord de energía derrochada este 2017”.
 
El experto estimó que el alivio de agua equivale a derrochar 767 millones de kilovatios/hora en un día, que representan la energía consumida por una ciudad como Caracas por 21 días o más de un millón y medio de barriles de petróleo.
 
Vista la gestión sin fundamentos técnicos, Aguilar denunció que la operación actual de aliviado sostenido y por debajo de la capacidad de Guri “fue adrede e inducido, por malsanas razones políticas en detrimento del país”, pues en las actuales circunstancias de reducida demanda y consumo tanto a nivel residencial como industrial, “a Guri no le quedaba más que subir vertiginosamente y ver su energía derrochada”.
 
El alivio de agua equivale a derrochar 767 millones de kilovatios/hora en un día, que representan la energía consumida por una ciudad como Caracas por 21 días o más de un millón y medio de barriles de petróleo.
 

Daños a Guri y Tocoma

 

El ingeniero explicó que la apertura de las nueve compuertas de Guri el 6 de julio, durante una cadena presidencial desde Caruachi en Guayana, fue un “acto proselitista, totalmente indebido”, que además de tardío puso en riesgo la integridad del aliviadero.
Aguilar detalló que las tres compuertas del medio, conocidas como el grupo B, presentan daños en los cimientos del concreto y deterioro de la pista de concreto de deslizamiento de agua. “Abrir estas compuertas daña la integridad de estas estructuras que han tenido más de tres años para reparar (…) Hacer esto para montar ‘un show’ es inaceptable y negligente”.
 
Las consecuencias en la estructura, dijo, se observaron días después en videos que muestran el proceso de aliviado de Guri sin el uso de las tres compuertas del medio. “Es decir 33% de la capacidad de alivio no puede ser utilizada. ¿Qué pasaría de venir una crecida milenaria de aquí a octubre? Y pudiera ser necesario de seguir la crecida del río con el poco margen de maniobra tener que abrirlas nuevamente”.
 
El ingeniero Miguel Lara, exgerente general de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados (Opsis), actual Centro Nacional de Gestión (CNG), coincidió en que la apertura de las compuertas era tardía porque el nivel existente en el embalse de Guri en ese entonces, “ya era superior al que se debería tener cuando comienzan los tres meses de mayores aportes en el año, entre julio y septiembre”.
 
“A ese aspecto se suma el poco turbinado que se viene registrando en dicha central desde hace más de un año, principalmente por la caída de la demanda y el consumo de electricidad en Guayana y la limitación de transmisión para exportar, hacia el resto del país, el excedente que se deriva de esta caída”.
 
A los errores se sumó que en lugar de dejar las compuertas de los aliviaderos abiertas, “como lo dictaba la ingeniería, la racionalidad y el sentido común”, el deseo de alcanzar la cota máxima de operación de 271 msnm, hizo que una vez finalizado el show televisivo “se volvieron a cerrar dichas compuertas, contraviniendo la recomendación de los profesionales. Esta decisión errada, de alcanzar la cota 271 msnm en esta fecha implica que cualquier aporte superior a lo que se pueda descargar representará un ascenso del nivel actual del embalse de 271 msnm”, dijo Lara, lo que implica la inundación de áreas que afectan poblaciones aledañas al embalse.
 
La situación, recalcó, limita el margen de maniobra para almacenar -en Guri- volúmenes de agua de caudales de aportes superiores a la capacidad de descarga, los cuales son factibles en esta época del año.
 

Tocoma en riesgo

En paralelo, el poco margen de maniobra coloca en riesgo a la inconclusa central hidroeléctrica Manuel Piar en Tocoma, que –precisó Aguilar- puede enfrentar un caudal máximo de 14 mil metros cúbicos por segundo de agua, cuando en la actualidad el caudal turbinado y de alivio ronda los 18 mil cubos.
 
“Esta excedencia hacia las instalaciones de Tocoma somete a riesgos muy altos las presas de tierra, por el régimen de operación de una obra no concluida”, resaltó, al tiempo que alertó que a la par, aguas abajo, se expone a las poblaciones de San Félix y partes de Puerto Ordaz a riesgos de inundación “que eran perfectamente manejables y evitables”.
 
El ingeniero Lara apuntó que el tope de 14 mil metros cúbicos por segundo que puede enfrentar Tocoma es la “limitación dominante” y es el problema que origina alarma “debido a que tanto el embalse de Tocoma como el de Guri se encuentran a su máximo nivel y los caudales de aporte del Caroní son actualmente superiores a los 14 mil metros cúbicos por segundo”.
 
El experto concluyó que el problema actual radica en el manejo errado de los embalses del bajo Caroní, aunado a la negligencia en el mantenimiento de la infraestructura eléctrica y la desmedida corrupción que ha sometido a proyectos como Tocoma al abandono.
Esta combinación letal ha incidido en las inundaciones que ya afectan a más de una centena de hogares en Puerto Ordaz y San Félix.
Entre tanto, las autoridades de Corpoelec no han precisado las cifras de aliviado y turbinado de agua ni durante cuánto tiempo más estarán abiertas las compuertas.