Crónica Uno
Las interrupciones en el servicio eléctrico desesperan a miles de guaireños, quienes sufren la merma desde el último apagón nacional, ocurrido el 30 de agosto de este año.
Rafael Lastra
La Guaira. Mientras la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) no informa cuál es el problema técnico que impide la estabilidad del servicio, las interrupciones de la luz eléctrica se acentuaron desde el último apagón nacional, ocurrido el pasado 30 de agosto.
Bajo el eufemismo de “la administración de carga”, los guaireños habían podido sobrevivir a incontables deficiencias energéticas. Pero, desde hace un mes, el asunto genera malestar ante cada bajón y suspensión del servicio, que puede prolongarse por varias horas.
Desde barriadas de las parroquias Catia La Mar y Maiquetía (oeste), y Caraballeda y Naiguatá (este), se reportan continuos apagones que, en el caso de La Llanada, en Caraballeda, y Playa Grande, en Urimare, alcanzaron las 20 horas continuas.
Fue inhumano y horrible. No voy a normalizar esto, como quieren algunos”, comentó Hilda Rodríguez, una enfermera jubilada de 66 años de edad.
La mujer reside en Corapal, un sector cercano a La Llanada, donde también se sintió el fallo de luz eléctrica. “Estamos muy mal”, agregó.
Ante la problemática, el secretario de Seguridad Ciudadana de La Guaira, Andrés Goncalves, informó que se quemó un transformador de la estación Puerto y que a partir de este lunes 23 de septiembre empezarán los trabajos para reemplazarlo por otro.
Solicitó paciencia a los habitantes de Catia La Mar y Urimare, respectivamente. Sin embargo, adelantó la respectiva “administración de carga” mientras los trabajadores eléctricos realizan su trabajo.
Distintos usuarios en redes sociales se preguntaron “¿hasta cuándo será esto? Todos los días tienen una excusa nueva”, en tanto otros cuestionaron que también haya ausencia de agua por tuberías en zonas de Catia La Mar, La Guaira, Macuto y Caraballeda.
Insuficiencias de vieja data
En septiembre del año 2020, el entonces gobernador de La Guaira, Jorge Luis García Carneiro admitió las insuficiencias energéticas en toda la región. Apoyó logísticamente a los funcionarios de Corpoelec para solventar una falla en la subestación de Maiquetía, que mantuvo sin luz por tres días consecutivos a sectores del oeste litoralense.
En abril de ese año, García Carneiro dio la cara públicamente frente a otra serie de apagones que afectó a comunidades de Caraballeda, Naiguatá, Anare, Los Caracas y demás pueblos del extremo este: Quebrada Seca, Osma, Oritapo, Todasana, Urama, La Sabana, Caruao y Chuspa.
En esa oportunidad, los moradores resultaron perjudicados con la ausencia de luz por cinco días. El apagón dañó varios de sus electrodomésticos e igualmente, perdieron comida: carnes, frutas, verduras y artículos de charcutería.
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