El Pitazo
Máquinas dañadas y fallas eléctricas ponen en riesgos la vida de de los enfermos renales de Portuguesa, quienes este jueves denunciaron la desatención por parte de los entes gubernamentales
Mariangel Moro Colmenárez
Acarigua.- En el momento en que Noé Mendoza le tocó su turno para dializarse se produjo un apagón en las ciudades de Acarigua-Araure, y en otras localidades de Portuguesa, que le impidió cumplir con el obligatorio tratamiento que recibe tres veces por semana para mejorar su condición de vida o al menos alargar sus días.
El hombre de 60 años de edad, habitante del sector 12 de Octubre de Araure, llegó poco antes de las 11:00 de la mañana a la Unidad de Diálisis Portuguesa, centro dependiente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), junto a una de sus hijas, quien lo ventilaba con un pedazo de cartón mientras esperaban el restablecimiento del servicio eléctrico en un cuarto oscuro con las máquinas.
Otros pacientes estaban en lo mismo, esperando sobre las camillas sin poder hacer más. La unidad no cuenta con planta eléctrica. Todo esto ocurrió este jueves 5 de marzo, precisamente cuando representantes de la Asociación Civil dé Pacientes Renales denunciában ante la Defensoría del Pueblo y a través de los medios de comunicación, las condiciones en las que son dializados no solo en esta unidad, sino también en Servicios Nefrológicos, C.A. (Seneca) y en el Hospital “Dr. Jesús María Casal Ramos” de Acarigua-Araure, donde solo hay una máquina operativa.
El deterioro de estas unidades causa preocupación entre los enfermos y sus familiares. Las máquinas se han ido dañando sin que sea sustituidas o al menos reparadas, pese a que son vitales para mantener a estas personas con vida. La Ósmosis -que separa los líquidos y a su vez las moléculas- tiene dos años sin funcionar y aunque se han entregado múltiples oficios ante el Seguro Social no han dado respuesta.
En el lugar siguen fallando los aires acondiciones que también sé dañaron hace dos años. En pleno proceso de diálisis los mismos pacientes se ventilan con cartones para apaciguar el calor que se ha intensificado con el verano.
La denuncia la hizo José Narváez, miembro de la Asociación Civil de Pacientes Renales de Portuguesa, quien explicó que ante la falta de atención gubernamental estas personas que padecen esta enfermedad crónica tomaron la decisión de constituir en una figura jurídica para “pelear por su derecho a la vida”, como lo han manifestado.
“Hay un racionamiento continuo en esta zona, cuando la electricidad a vital para nosotros. Perdemos dos diálisis y podemos perder la vida, así de simple”, precisó Narváez, indicando que actualmente en esta unidad hay 53 pacientes, cifra que ha aumentado por las fallas que también se registran en el hospital de Acarigua.
Otro problema que preocupa a los pacientes es que el grupo de enfermeras que laboran en la unidad está pensando renunciar por los bajos salarios que perciben, situación que es comprendida por los enfermos y por ello abogan para que exista un aumento de sueldo para las profesiones de la salud.
Las próximas acciones de la asociación civil serán viajar a la ciudad de Caracas y obtener un encuentro con las autoridades naciones para exponer las fallas que ponen en riesgo sus vidas.