EL UNIVERSAL
Al menos 40% de los negocios en Altos Mirandinos se ven perjudicados
Los Teques.- Por el camino de la amargura transitan los dueños de las fábricas altomirandinas, debido a los apagones cada vez más recurrentes.
«Desde el 18 de junio, cuando al menos nueve estados del país se quedaron en penumbra, los bajones de luz son constantes», refirió Jorge López, quien labora en la zona industrial de El Tambor.
«Ese miércoles pasamos más de cuatro horas a oscuras y nos despacharon. El fin de semana siguiente hubo varias bajas de voltaje y el 27 de junio nuevamente nos vimos afectados por una falla eléctrica nacional que se extendió cerca de tres horas», añadió López. Desde entonces, en promedio, hay fallas hasta cinco veces al día.
La realidad se hace extensiva a transnacionales como Saint-Gobain Abrasives C.A., ubicada en la capital mirandina, donde pese a contar con una planta eléctrica, ven afectada la producción cuando se registran numerosos cortes no programados.
«La planta funciona a 65 % de su capacidad y permite que trabajemos a media máquina. Se debe decidir entre producir lijas o discos de esmeriles», explicó la ingeniera Heyrangis Guzmán, analista de sistema de gestión.
«Esto se traduce en sacrificar siete mil discos o tres mil metros cuadrados de lija diarios; eso sin contar con el hecho de que si la falla eléctrica se produce cuando el material está en el horno, se pierde la materia prima, porque son resinas con óxido de calcio y hierro que son sometidas a un tratamiento muy delicado y continuo que no puede ser interrumpido. La situación a su vez incide en el despacho nacional a las ferreterías, lo que vendría a complicar aún más la situación de escasez», acotó Guzmán.
Pocas unidades de Corpoelec
A las deficiencias en el servicio hay que sumar, según comerciantes de San Diego de los Altos, la carencia de unidades móviles de Corpoelec.
«El 20 de junio se cayó un árbol sobre un tendido eléctrico y estuvimos 72 horas sin luz. Cuando llegó la cuadrilla nos explicaron que no tenían unidades para trasladarse por falta de repuestos», denunció Esther Mirabal, quien no pudo abrir su restaurante.
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