CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
El patrono gobierno rojo rojito, el que habla de “obrerismo y socialismo”, el que asegura ser “una revolución” y el que hace propaganda acerca de “tenemos patria”, la ha confiscado las prestaciones sociales -algo tan sagrado- a los trabajadores de muchas empresas estatales. Como lo quieran llamar o el nombre que le quieran dar, pero cuando el trabajador apegado a la Ley, solicita el adelanto del 75% de sus prestaciones, que debían estar en una cuenta especial de la empresa, la respuesta es “no hay dinero, anótate en esa lista”. Se cogieron el dinero de las prestaciones del trabajador para usarlo en otra cosa, como “tapar parte del déficit” que ellos crearon al arruinar las empresas con la corrupción, el desorden, la incapacidad y los atrasados conceptos falsamente socialistas. Ilegal e injusto.
Ayer, en nuestro espacio radial en radio Fe y Alegría 103.1FM, el dirigente sindical ferrominero Roger Salazar denunció que en Ferrominera “hace 4 años y medio el trabajador no tiene acceso normal a sus prestaciones”. En realidad esa denuncia nos la habían hecho muchas veces numerosos trabajadores tanto de Ferrominera como de Edelca, Alcasa, Bauxilum y otras. ¿Qué hizo el gobierno con ese dinero que se supone se deposita cada mes en una cuenta especial o que al menos se lleva en forma separada en la contabilidad? ¿Qué hizo “la revolución” del falso socialismo con ese dinero que es propiedad del trabajador?
Tanto hablar de “la eliminación de las prestaciones” atribuyéndolo a otros para luego hacer estas tres cosas: 1.- Mantener la misma Ley durante 13 años. 2.- Modificar la Ley en el año 14 de su gobierno pero manteniendo exactamente igual los conceptos principales. 3.- Confiscarle al trabajador sus prestaciones por vía de hecho al desviar el dinero. Pero no es solamente la confiscación de las prestaciones. La denuncia en Ferrominera (y en casi todas las otras estatales) abarca asuntos como los descuentos que se les hacen por nómina a los trabajadores para caja de ahorros, por pago de seguros médicos y de vehículos y otros. Ojo. No es que “dejan de pagar algún beneficio”. Es peor. Le descuentan al trabajador pero luego no pagan a los prestadores de esos servicios. No depositan lo descontado en la caja de ahorros ni pagan a las aseguradoras. La “patria nueva”. Meten la mano en el bolsillo del trabajador para financiar el déficit que su desastre creó. El gobierno más anti obrero del que se tenga memoria.
TIP 1: La sonrisa derrapada de Jaua, dejando la impresión de estar “derretido” al ser recibido en Guatemala por el secretario de estado “del imperio” John Kerry ha causado una honda impresión. Tanto hablar del “imperio que prepara una invasión” para terminar en esa emocionada sonrisa.
TIP 2: En realidad es muy positivo para el país que el gobierno de Maduro haya dado ese paso. EE UU es el “casi único” cliente que compra y paga “cash” nuestro petróleo y el que nos vende desde gasolina, hasta arroz, alimentos de todo tipo, equipos y maquinarias. Lo malo e inaceptable es que la falsa revolución nos haya llevado a aumentar gravemente la dependencia de los EE UU. En todo caso, es absurdo mantener una artificial confrontación, inventada para engatusar a sus seguidores y hacerles creer que son “víctimas del imperio”.
TIP 3: Ridículo es seguir con la coba del “imperio que nos agrede y quiere invadir” solo para engañar gente con el viejo truco de Fidel y luego venderles 700 mil Bd de petróleo, comprarles gasolina y otros productos por 19 mil millones de dólares anuales, entregarles una porción de la Faja a la Chevron y que esa transnacional auxilie a Pdvsa con 2 mil millones de dólares. La farsa al desnudo en una sonrisa arrobada.
TIP 4: Da asco la grabación mostrada ayer por el diputado Juan Carlos Caldera, a quien por cierto acompañaron diputados de varios partidos de la Unidad, incluyendo de Un Nuevo Tiempo. La grabación muestra que le montaron una emboscada como parte de un plan del gobierno y de uno de sus boliburgueses más encumbrados, pero sobre todo muestra la pudrición total de un gobierno que habla de “socialismo y hombre nuevo” pero ha trabajado para crear una “burguesía apátrida y parasitaria” como nunca antes.
