El Pitazo
Imágenes de satélites de la Nasa detectan focos de incendios en las adyacencias a las subestaciones de Guri y en los patios de 230, 400 y 765 kilovoltios. El ingeniero José Aguilar lo considera como un hecho inadmisible para unas instalaciones fuertemente custodiadas.
Una serie de incendios forestales se registraron en Guri desde el miércoles 6 de marzo, un día antes del apagón nacional que dejó sin electricidad a casi toda Venezuela por cinco días, tras la afectación del sistema de transmisión en las líneas de 765 kilovoltios.
El fuego, dentro de las áreas adyacentes de la principal central hidroeléctrica del país, se mantuvo el jueves 7 y el viernes 8 de marzo. En esos dos días, los focos estuvieron más cerca de las instalaciones del corazón del sistema eléctrico venezolano.
El gobierno de Nicolás Maduro, mientras tanto, aseguraba que el apagón se debía a un sabotaje “cibernético” al computador del sistema Scada: que regula y controla toda la Red Troncal de Transmisión. Según expertos, realizar un hackeo es “imposible” porque no se encuentra conectado a ninguna red.
Imágenes satelitales de la Nasa tomadas entre el 6 y 8 de marzo y analizadas por los ingenieros José Aguilar y Portillo Quintero, así lo demuestran.
“Las imágenes comprueban la acumulación de incendios en las adyacencias a las subestaciones de Guri en los patios de 230, 400 y 765 kilovoltios”, indicó Aguilar, consultor internacional y especialista en análisis de riesgos eléctricos.
“Los incendios se registran cerca del kilómetro cero del sistema de la Red Troncal de Transmisión del sistema eléctrico venezolano”, agregó el ingeniero, quien aún analiza con otros colegas como Miguel Lara, exgerente de la Oficina de Planificación del Sistema Interconectado, para tratar de determinar las secuencias de eventos creíbles que desencadenaron en el apagón, debido a la opacidad de la información aportada por el gobierno de Maduro.
Las instalaciones de Guri están fuertemente custodiadas por la Fuerza Armada Nacional. Ahí operan un comando especial y un grupo artillado del Ejército, un comando de la Guardia Nacional más la seguridad interna de Corpoelec. Además, funciona un comando de bomberos que pudo haber detectado los incendios forestales.
“Es una tragedia inadmisible en unas instalaciones que están fuertemente militarizadas y custodiadas. Las imágenes muestran que el día después del apagón (el viernes 8) siguen los focos de incendios”, indicó Aguilar.
El ingeniero Lara dice que ello refleja el abandono del mantenimiento esencial de limpieza de vegetación cerca de las líneas, sobre todo en tiempo de épocas secas y de incendios.
El colapso
A las 4:50 pm del jueves 7 de marzo quedó a oscuras casi toda Venezuela. Se inició el apagón más crítico de la historia del país. La falla en las líneas de 765 kilovoltios, a través de las cuales se transmite al menos 85% de la energía hacia el centro, generó el colapso.
El sistema eléctrico no pudo ser recuperado de inmediato, las unidades black start (arranque sin nada de corriente en el sistema) no funcionaron para que las plantas termoeléctricas del país arrancaran. El Centro de Despacho de Puerto Ordaz –donde funciona el sistema Scada- se quedó sin luz y sus fuentes de energía auxiliares (plantes y UPS) tampoco funcionaron.
Los primeros arranques de las turbinas de Guri no fueron exitosos. El lunes 11 de marzo fue cuando inició el restablecimiento del servicio en casi todos los estados del país.
Solo Caracas y Oriente lograron tener electricidad desde el viernes 8 de marzo de manera intermitente, porque se pueden alimentar a través de la red de líneas de 400 y 230 kilovoltios.
Este jueves 14 de marzo, tres días después de iniciarse la recuperación del sistema y una semana después del apagón, aún el servicio eléctrico es inestable. Especialistas como Lara intuyen que habrá cortes más frecuentes, porque el sistema quedó más debilitado tras el apagón.
Zulia, Trujillo, Táchira y Mérida son los estados que más padecen los embates de las deficiencias del sistema, por ser el extremo más alejado de Guri y ya reportan cortes diarios de entre una y dos horas por al menos tres veces al día.