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El drástico bajón en los niveles de la represa Uribante-Caparo que alimenta al Táchira de energía eléctrica pone en jaque el turismo en la entidad y luego de tres décadas sumergida en las aguas, Potosí se despeja.
ROSALINDA HERNÁNDEZ
La iglesia de Potosí, que desde hace 30 años estaba sumergida por las aguas de la represa Uribante-Caparo, se descubre por la intensa sequía que padece el estado Táchira, una de las entidades azotadas por el fenómeno climático de El Niño.
“El sitio más emblemático que tenemos en el campamento turístico La Trampa (ubicado dentro del complejo hidroeléctrico Uribante-Caparo) es la iglesia de Potosí, del pueblo que está sumergido bajo las aguas de la represa que siempre en temporada de sequía y verano queda al descubierto”.
Así lo explica Herald Castellanos, coordinador del Campamento turístico “La Trampa”, quien asegura que la sequía está afectando con el servicio turístico en la zona.
“Actualmente ya se puede apreciar totalmente las ruinas de la iglesia y caminar alrededor de ella aproximadamente un kilómetro”, agregó.
La represa Uribante-Caparo, se encuentra a 144 km de San cristóbal, y está encargada de suministrar la energía eléctrica a la entidad andina. Su primer desarrollo, la presa La Honda es la que alimenta a dos turbinas eléctricas que están ubicadas en la Central Hidroeléctrica de “San Agatón”, diseñadas para que -en función normal- tengan la capacidad de generar 150 MW cada una para un total 300MW.
Pero el embalse de que nutre a la central de San Agatón esta la crisis hidroeléctrica por la disminución considerable de sus niveles.
En los últimos meses el nivel de agua en la presa La Honda, presenta los más bajos en 6 años, producto de la sequía ocasionada por fenómeno del “Niño” que afecta a todo el territorio nacional, señaló el trabajador del complejo turístico.
De acuerdo a Castellanos a pesar que se están adoptando todas las medidas necesarias para enfrentar el racionamiento eléctrico, la situación ha afectado considerablemente el flujo de turistas en la zona.
“El campamento La Trampa, atendía de lunes a lunes a número importante de visitantes de diferentes puntos de la geografía nacional. A raíz del plan de racionamiento solo se atiende al público tres días a la semana -viernes, sábado y domingo-”, detalló.
El vocero del campamento explicó que entre las previsiones que se han tenido que adoptar en las áreas recreativas, se encuentran la reducción de los horarios en discotecas y restaurantes. El alumbrado eléctrico se ha dividido por sectores, los que no tienen ningún tipo de actividad turística permanecen totalmente desconectados a fin de minimizar el consumo.
El representante de uno de los campamentos turísticos más visitados por la riqueza natural y geográfica que posee, hizo un llamado a la colectividad en general para asumir con responsabilidad las medidas que contribuyan a disminuir el consumo eléctrico y así lograr de algún modo atenuar la grave crisis.
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