Ante el apagón general ocurrido en la ciudad de Caracas el pasado 31 de julio, el Grupo Ricardo Zuloaga, integrado por profesionales que gerenciaron el Sistema Eléctrico Nacional hasta que el presidente Hugo Chávez anunció que el estado debía reservarse las actividades de generación y transmisión de energía eléctrica, considera relevante algunas precisiones sobre cómo se planificó y construyó el sistema que alimenta a la capital.
Para mediados de los 80’s, la región capital contaba para su suministro de electricidad con generación local, representada principalmente por tres (3) plantas de última generación, y una interconexión a 230kV con la red nacional que permitía, con el respaldo del complejo Hidroeléctrico de Guayana, cubrir la demanda de la ciudad. Ese suministro sólo se vería afectado si simultáneamente se presentaba la eventualidad de:
- Una máquina mayor de Ampliación Tacoa estuviera en mantenimiento.
- Falla de una segunda máquina mayor de Ampliación Tacoa.
- Y que bajo esa condición se perdiera la interconexión con el sistema eléctrico nacional.
Adicionalmente, en los años 90’s, con las nuevas instalaciones del sistema nacional, se construyó una nueva interconexión con el sistema hidroeléctrico de Guayana, incrementándose con ello, de manera significativa, la confiabilidad en el suministro de energía y por ello la calidad del servicio.
Un ejemplo era la confiabilidad del Metro de Caracas, diseñado por acuerdo entre esta empresa estatal y La Electricidad de Caracas: “Solo bajo la ocurrencia de la pérdida total de la generación de La Electricidad de Caracas y de las dos (2) interconexiones con la Red Nacional, se afectaría el servicio.” En resumen, con solo una de las plantas de la EdeC o una de las interconexiones al sistema nacional, se garantizaría el servicio al Metro de Caracas. Con el apagón general ocurrido el 31 de julio, el Metro de Caracas también dejó de funcionar.
Ante el evento recurrente de la afectación del servicio a la zona Metropolitana, los integrantes del Grupo Ricardo Zuloaga se preguntan cómo es posible que la ruptura eventual o intencionada de un conductor o conector a un transformador de la red nacional, “justificación” del ministro del área correspondiente, produzca tal impacto en el servicio de energía eléctrica en la zona metropolitana y otras zonas del país cuando La Electricidad de Caracas y EDELCA construyeron y entregaron al Estado en 1998 un sistema que estaba realmente “blindado”.
¿Qué aportaron los cuantiosos recursos despilfarrados en el sistema de la ciudad capital durante los últimos años (1999-2018), los cuales fueron presentados por los ministros de turno como el verdadero blindaje de Caracas?
El apagón del martes 31 de julio y el patrón de interrupciones previas es indicativo de los graves problemas presentes en el sistema eléctrico en general, ya que estas interrupciones coinciden con que en la actualidad la demanda eléctrica del país es la más baja de los últimos años, y tiene un retroceso de unos 5.000 MW con respecto a la que se registró en el 2013. Ello pone en evidencia la incapacidad del sistema eléctrico para cubrirla.
Es una realidad evidenciada, no solo por el apagón de Caracas, sino por la situación crítica del Zulia y de los Andes. Cada vez hay menos oferta de generación, los equipos tienen fallas más graves y duraderas y Venezuela se va quedando con menos capacidad de soportar la escasa demanda eléctrica que se tiene, la cual va camino a ser, en muy corto plazo, inferior a la que había cuando Chávez llegó al poder en 1998.
El GRZ reitera su convicción sobre que la única forma de revertir el deterioro del sistema eléctrico es que haya un cambio del modelo político que implantó la gestión vigente desde 1999, la cual es inherente a la ideología política que la sostiene. De mantenerse dicho modelo se profundizará el deterioro del servicio eléctrico, en detrimento de la calidad de vida de los venezolanos y de su capacidad de desarrollar el sector industrial y comercial necesarios para la reactivación económica del país.