TAL CUAL
DAMIAN PRATT
Convenios internacionales afectan la región. Camiones bielorrusos convertidos en chatarra en menos de un año. Los acuerdos por motivos políticos con empresas de Bielorrusia y Argentina no han producido resultados. Se establecieron desde 2007. Gobierno de Minsk le adeudaría a Pdvsa $2.800 MM
La tarde del 14 de este mes de mayo, en la mina Los Pijiguaos, corazón de la extracción de bauxita que a su vez es la base de toda la industria del aluminio en Guayana, se «volteó» el último de los cinco camiones bielorrusos Belaz que fueron adquiridos por el Gobierno venezolano como parte de los convenios «de amistad» establecidos entre el dictador de aquel país, Alexander Lukashenko y el fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez.
Los convenios se establecieron desde 2007, incluyendo un convenio de suministro petrolero, del cual según un reportaje de la BBC de enero de éste año, el gobierno de Minsk le adeudaría a Pdvsa UsD 2.800 millones.
Así, en 2010, y luego en 2012, se firmaron nuevos convenios «de cooperación». En uno de ellos se estableció el suministro de camiones «roqueros» de 70 toneladas que serían usados por las estatales Ferrominera y Bauxilum de Venezuela.
En ambas empresas hubo reclamos al llegar las primeras unidades por la falta de repuestos, de manuales de mantenimiento y por problemas de calidad en el sistema de frenos y otros para un trabajo duro y riesgoso como el de las minas «a cielo abierto».
En julio de 2013 llegaron a Los Pijiguaos cinco de esos camiones de Bielorrusia. Ya no queda ninguno activo aunque no se ha completado un año de uso. Todos se han convertido en chatarra.
Según el boletín interno de la empresa, denominado «Alúmina obrera», «la inversión en maquinarias fue de 22 millones de dólares» pero no da cuenta del estado de los equipos.
Las autoridades «festejan» un supuesto «aumento de producción» de bauxita en 2013 con respecto a 2012, pero no dice cuánto ni en qué porcentaje. La realidad es que Bauxilum Mina alcanzó en el 2013 la trituración de 2 millones 341 mil toneladas, contra 2 millones 285 mil, es decir, 55 mil adicionales.
La producción ordinaria de Bauxilum mina durante casi una década y antes del «estatismo salvaje» fue de entre 5 millones y 5 millones 900 mil toneladas de bauxita. Cuando llegaron los camiones de Bielorrusia se prometió «aumentar» la producción a 4 millones de toneladas.
CON ARGENTINA EN ELECTRICIDAD
Otro caso de convenio internacional firmado por motivos políticos y no técnicos a nivel presidencial fue en 2004 y 2005 entre los fallecidos Néstor Kirchner y Hugo Chávez.
De tales convenios derivó un plan de «repotenciar» la antigua represa Macagua I, que data de 1962, para aumentar la capacidad de sus seis pequeñas turbinas de 64MW a 80MW, es decir, un aumento total de 120 MW.
Sin licitación, y bajo protesta de la entonces Edelca, el contrato se firmó por 142 millones de dólares. Aún hoy, siete años después de iniciados los trabajos, no hay tal repotenciación, y la última vez que se supo de los costos del trabajo andaban en el orden 450 millones de dólares, lo que convertiría esos MW en «los mas caros del planeta», toda vez que con ese dinero se habría construido una termoeléctrica para 700MW.
La misma empresa de Argentina, Impsa, es la encargada de construir e instalar las 10 modernas turbinas gigantes de 216 MW cada una de la presa de Tocoma, cuarta del Sistema Hidroeléctrico del Caroní. En enero de 2012, en una visita en helicóptero, Chávez, junto al empresario argentino de Impsa, Enrique Pescarmona. anunciaron que la primera turbina generaría electricidad en septiembre de ese año.
Luego, el entonces ministro de Electricidad Héctor Navarro anunció en abril que dicha turbina ya estaba instalada. Hoy, dos años después de aquellos anuncios aún no hay ninguna turbina instalada ni generando energía y los trabajos están paralizados desde hace un año.