Héctor Navarro, minpopo eléctrico

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Víctor J. Poleo Uzcátegui

Héctor Navarro, minpopo eléctrico

Héctor Navarro, así quiero creer, no es proclive a eludir un debate sobre estos temas. Ello admitido, vaya nuestra propuesta para realizar un foro ad hoc en sus ex-territorios de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la UCV.

Héctor Navarro, ingeniero electricista de la UCV (1976) y profesor de la materia Electrónica y Control en su Escuela de Ingeniería Eléctrica, es desde enero de 2012 el segundo minpopo eléctrico y sucede a Alí Rodríguez (2010-2011) en la conducción singularizada de un Sector Eléctrico que hasta antes de 2010 estuvo adscrito al Ministerio de Energía.

Alí Rodríguez, a su vez, fue el primer ministro de Energía (1999-2000) de la actual administración revolucionaria y, justamente por ello, le ocurrió descubrir -que no entender- la naturaleza y complejidad del Sector Eléctrico venezolano.

Eran tiempos aquellos, finales del siglo XX, cuando la formulación de nuestra primera Ley Eléctrica (la primera en 120 años) estableció un inequívoco modelo económico para justipreciar los combustibles termoeléctricos en paridad con la hidroelectricidad del Caroní y, por extensión, asegurar la participación de capitales privados en la expansión de generación. De mayor importancia, la Ley Eléctrica del 99 diseñó una consensuada arquitectura institucional del Sector, cuidando que el usuario fuese privilegiado como razón de ser del servicio eléctrico.

Durante el interregno 2003-2010 -y en contravía de la Ley Eléctrica del 99-, el Sector Eléctrico fue progresivamente azotado por una conducción suicida que engatilló la actual crisis eléctrica, estructural, y a la cual se le superpuso en 2009 una crisis institucional: CORPOELEC.

A la fecha, el balance de quebrantos infligidos al Sector Eléctrico no tiene precedentes: el usuario eléctrico es victimizado y penalizado; la supervivencia financiera de CORPOELEC es cortesía de la renta petrolera; la energía no servida alcanza un intolerable 20+% de la demanda; las abundantes asignaciones financieras bajo crisis (que no inversiones) exhiben una magra eficiencia de 0.4; las clases trabajadoras y profesionales de la industria eléctrica son sujetos de aniquilación; la injerencia de cubanos y chinos raya en lo absurdo; la ejecución de una improvisada agenda decisoria (que no planificación) es adjudicada a una variopinta de empresas criollas de incierta reputación; para colmo no hay gas, no hay diesel; … en fin.

H. Navarro, ostensiblemente notariado en la nomenklatura revolucionaria, hereda así una crisis eléctrica forjada por el tándem Ramírez-Rodríguez (2003-2011) y, predeciblemente, su discurso político para dominarla deviene en un extravío de discutible factura intelectual, un extravío recurrente en la mediatización oficialista de la crisis eléctrica.

Ya en Marzo 2012, en efecto, refutamos a un H. Navarro que, prevalido de jerarquía (que no de autoridad), intentó falsificar la historia del Sector Eléctrico para, re-inventándola en un discurso político sin asidero real, pretender zafarse de sus nuevas responsabilidades y, a la par, exculpar al tándem Ramírez-Rodríguez. Serio error político.

En igual vena, de nuevo nos ocupa advertir a H. Navarro que sus extravíos político-históricos distan mucho de identificar el quid de la crisis eléctrica y, en consecuencia, de desanudar sus nudos, nudos cuya comprensión escapan a un profesor ajeno al ingenio y el oficio de la ingeniería.

Veamos: en su artículo del pasado 15 de Julio, Mariela León registra un par de piezas de información que, de no ser por la tragedia nacional que nos significa la crisis eléctrica, bien califican como de una cruel comicidad y ellas son las dos siguientes:

Plan por aumentar la generación eléctrica local presenta retrasos
Mariela León* / El Universal (Venezuela) – 15/07/12

1.- Unión Eléctrica de Cuba: ¿certificando qué?

«En el marco del Convenio Cuba-Venezuela, se llevó a cabo el primer nivel del Programa de Certificación de Despachadores y Supervisores de la Operación del SEN, del cual 4 despachadores y supervisores de la región capital y 16 del interior del país, recibieron sus certificados de parte de Manuel Coba, coordinador del plan y perteneciente a Unión Eléctrica de Cuba».

Nadie da lo que no tiene y es este el caso de La Unión Eléctrica de Cuba administrando (que no despachando) un sistema termo-eléctrico desintegrado (distribuido) de 5.300 MW (dos veces Gran Caracas) y deshilachadamente interconectado por líneas en 220 kV y 115 kV

En oposición, el Sistema Eléctrico venezolano despacha la aleatoria hidroelectricidad del Caroní (16.000 MW) en equilibrio a futuro con la determinista termo-electricidad (ca. 8.000 MW) y en un formidable ámbito nacional de líneas a muy alta tensión: 2.7k kmts en 800 kV; 4.7k kmts en 400 kV y 6.1k kmts en 230 kV.

No es el caso explicar aquí la teoría, métodos y modelos matemáticos que viabilizan desde los 80s un despacho óptimo en tiempo real, inserto en medianos y futuros horizontes de tiempo. Entiéndase bien, H. Navarro: de ello trata la planificación hidro-termo del Sistema Eléctrico venezolano y de ello trata la seguridad energética de la Nación. Nos preguntamos entonces, a manera de petición de principios, y por igual preguntamos a H. Navarro: ¿Cuánto engaño subyace en una incierta certificación de la UNE a despachadores del Sistema Eléctrico venezolano?

2.- Planificación eléctrica en Venezuela

«El ministro de Energía Eléctrica, Héctor Navarro, señaló en el acto que esta es una iniciativa importante. ‘Nosotros, como país, hemos estado acostumbrados lamentablemente a muy poca planificación. Planificación implicltima da la formación de la gente que va a asumir responsabilidades y hemos tenido una historia de ser un país provisional»

Cabría afirmar aquí que, al igual que ocurre con los precios del petróleo, los que hablan de planificación eléctrica no saben y los que saben no hablan. En acto fallido, H. Navarro habla de esta última década.

A H. Navarro invito, en consecuencia, a leer el libro de R. Tellería Villapol titulado «Historia del Desarrollo del Servicio Eléctrico en Venezuela: 1880-1998» (editado provisionalmente por la Cámara Venezolana de la Industria Eléctrica. Caracas, 2011).

Memorabilia: en 1946 se creó la Corporación Venezolana de Fomento (CVF) y en 1947 se dibujó el primer plan de electrificación nacional con asesoría de la firma Burns & Roe Inc, basada en Nueva York. Esta asesoría dio lugar a la conceptualización del primer Sistema Interconectado Nacional, un conjunto de estudios que harían historia en el Sector.

En 1956 la CVF presentó el Plan Nacional de Electrificación queriendo así dotar a la Nación venezolana de energía eléctrica eficiente, económica y adecuada para satisfacer las necesidades de su desarrollo industrial y agrícola y los requerimientos del consumo doméstico y público.

Desde su creación a partir de la CVF, las estatales EDELCA (1952, Comisión de Estudios para la Electrificación del Caroní) y CADAFE (1958) diseñaron su incipiente desarrollo corporativo a 15 años y con base en un plan colegiado con la Electricidad de Francia.

De allí en adelante fertilizó una extraordinaria escuela de planificación eléctrica nacional, todavía hasta 2001, y cuyo epicentro fue, es y será el Caroní, energía limpia, abundante y barata que hoy nos significa 550.000 barriles de petróleo equivalente diarios.

Estado fallido

Ali Rodríguez y Rafael Ramírez son entonces los genuinos responsables, políticos y penales, del infinito daño causado al entero Sector Energía en apenas 10 años: descapitalización de conocimientos en las industrias del petróleo-gas, por una parte, y el criminal desmantelamiento de la infraestructura eléctrica construida durante la segunda mitad del siglo XX, por la otra Jorge Giordani, planificador vitalicio, amerita consideraciones que escapan a estas notas.

Sin electricidad la Nación transita a la barbarie. Las crisis eléctrica y petrolera (ya trepado A. Rodríguez a la presidencia de PDVSA en 2002) fueron inducidas para predar renta petrolera. La renta petrolera se trasiega groseramente a los revolucionarios de aquí y allende los mares. Sin renta petrolera, dicho está, la revolución facistoide es nada y su Gran Timonel es nadie. Su Gran Timonel es apenas alguien cuando dragonea su anti-imperialismo (cuál?) y capitanea una cruzada bufa para la desestabilización hemisférica. De allí las alianzas con FARC, Cuba, Irán y las facciones del Medio Oriente; de allí UNASUR y su conserje A. Rodríguez, guerrillero heróico. Ya insuficiente y declinante la renta petrolera, emergen el narco-tráfico militarizado y los fondos pesados chinos, amén de creativas hipotecas del Orinoco con socios mixtos imperiales.

La criminalidad de la clase política en funciones de gobierno bien reclama su Nuremberg y lo tendrá: el Tercer Reich fue un Estado fallido y lo tuvo.

H. Navarro, así quiero creer, no es proclive a eludir un debate sobre estos temas. Ello admitido, vaya nuestra propuesta para realizar un foro ad hoc en sus ex-territorios de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la UCV.

http://www.soberania.org/Articulos/articulo_7464.htm