Inviabilidad electrizante

El Pitazo

 

El pasado jueves, Venezuela y su Sector Eléctrico Venezolano, SEV, llegó a medio siglo del inicio de operaciones del Guri, nuestra principal planta eléctrica y cuarta por tamaño en su género del mundo. Además, en cinco días cumpliremos ocho años consecutivos del más aberrante apagón informativo, que le esconde a la nación las cifras de su infraestructura eléctrica. Pero pronto saldrá la propaganda engañosa de la “superación de la crisis” debido a las bajas cíclicas de la demanda, que experimenta su mayor contracción histórica en 130 años para el período 2013-2018,

Que no se pueda dar a Venezuela un servicio eléctrico decente, en medio de una caída en picada de la demanda, y por ende del consumo eléctrico, es evidencia de la avanzada debacle por la que atraviesa el SEV. La demanda  y la energía del país se aproximan una reducción interanual del 5,8 % y 7 % respectivamente. Con ese panorama, Venezuela se torna invivible. No es posible reactivar el “Hecho en Venezuela” y tener el recurso energético necesario para que nuestros hijos regresen a la patria y curen el sufrimiento de la separación impuesta por el régimen.

Mucha “tinta y papel” es copada por el tema económico y la salud del SEV, ya que son interdependientes. Mientras el primero, entendiblemente, es constante en el ambiente de crisis turbulenta e incierta que vive el país, el segundo, a veces solo magnetiza la atención cuando ocurren frecuentes, severas o prolongadas interrupciones en el servicio. Pero eso apenas es la cima del témpano de hielo; debajo del mismo, una mirada más de cerca revela una gran lección, en especial con respecto a la generación térmica, precisamente en el ítem en que más se ha malgastado dinero: es lo que peor está.

Divergencia térmica inadmisible

La gráfica nos muestra una divergencia de naturaleza inadmisible para la termoelectricidad del SEV, entre las capacidades instalada y disponible para los últimos 20 años.

¡Lo que notamos es que mientras más MW térmicos instalamos (adquiridos a precios exorbitantes), menos MW térmicos disponibles para la oferta tenemos!

Esto es indicativo de la gran inviabilidad del SEV bajo la presente administración pública y cualquiera otra que ansíe venir con los mismos vicios de querer “otros 40.000 a 50.000 millones de dólares y siete a ocho años” para recuperar el SEV. Ambas son cosas que el país no tiene y que solo demuestran la barbaridad cometida por el régimen y la que quieren cometer los que no están a la altura de las dificultades del país porque no han sabido servirle a Venezuela. El país y los pseudo-expertos de pasarela saben perfectamente a quiénes me refiero.

Por el camino que vamos, el SEV es inviable y, con ello, el país. De singular preocupación es que ya tenemos 30 meses seguidos con un ciclo excepcional de precipitaciones. En lo que va del siglo XXI, los ciclos hidrológicos favorables en la cuenca del río Caroní no han durado más de 40 meses y han sido seguidos por períodos de hidrología desfavorables cuya duración puede llegar a durar o levemente exceder los 32 meses de duración. Con el parque térmico de generación como está y con Guri que tiene más poderío fuera de servicio, se presenta un panorama alarmante.

Tan poderoso como es el “Coloso de Guayana”, El Guri, y sus otras plantas de Caruachi y Macagua, ubicadas aguas abajo, jamás fueron diseñados para cargar con el país a cuestas. A pesar de que Guri  permite a Venezuela ser un gigante y las plantas aquí mencionadas permiten ahorrar 450.000 Barriles Equivalentes de Petróleo, BEP diarios, sin un parque termoeléctrico en buen estado se eleva la probabilidad de severos racionamientos nacionales ante otra hidrología desfavorable.

La hora de ponerle un parao a esta inviabilidad que está matando al país, literal y figurativamente ha sido siempre. Pero es imperativo tomar consciencia que el Guri, las obras de Guayana y demás infraestructura del SEV, son el mejor ejemplo de “sembrar el petróleo” que tenemos para mostrar en una nación donde todavía queda mucha consciencia por sembrar.

En caso contrario, seguiremos en barrena, añadiendo páginas al obligado caso de estudio sobre qué es precisamente lo que no se debe hacer con una nación y su servicio eléctrico. Es motivo de luto el que estemos así después de una reconocida tradición eléctrica en el continente.

Conocimiento, ética, planificación armoniosa, mantenimiento, meritocracia, la honradez extrema y valores son el único camino para solventar la crisis del SEV.