DIARIO DE LOS ANDES (TRUJILLO)
Nadie se imaginó lo que pasaría. Ni la matrona que se calmaba el calor con un abanico de papel, frente a su casa. Ni los cuerpos de seguridad, quienes resultaron insuficientes para evitar los cauchos quemados, la basura chamuscada, los vidrios rotos, el ronquido de las motos, los disparos, los saqueos, en fin, la anarquía
El característico sonido de los aparatos apagándose al mismo tiempo hizo combustión con la rabia de la gente. Los constantes apagones, al menos tres veces al día, fueron suficiente motivo para encender las candelas en la noche de este domingo 11 de marzo. Nadie se imaginó lo que pasaría. Ni la matrona que se calmaba el calor con un abanico de papel, frente a su casa. Ni los cuerpos de seguridad, quienes resultaron insuficientes para evitar los cauchos quemados, la basura chamuscada, los vidrios rotos, el ronquido de las motos, los disparos, los saqueos, en fin, la anarquía.
Todo empezó a partir de las seis de la tarde. En San Rafael de Carvajal comenzaron a vociferar su molestia. Le siguieron sectores del municipio Trujillo y así en Valera, Escuque, Pampanito y Motatán. Según el Gobernador de la entidad, Henry Rangel Silva, hubo 24 manifestaciones en 7 municipios. Montones de pequeños fogones alumbraban cada esquina, a modo de faro identificador para cada comunidad. Muchos cacerolearon para no salir de sus casas, porque en la oscuridad, hasta los más nobles cometen barbaridades.
“¿Dónde está la harina?”
“Cerca de mi casa se escuchaban las cacerolas” contó un habitante de La Hoyada, del municipio Carvajal. Eran más de las seis de la tarde y, según él, la gente aprovechó de quemar la basura que no recogen. Aunque prefirió mantener su identidad bajo reserva, confesó que una camioneta de batea recogió mucha gente de las protestas y se las llevó a la Alcaldía, ubicada en el sector Campo Alegre, desde las 6:30 pm. También iba gente de La Cejita y Pie de Sabana. Había niños, mujeres y hombres, pero sólo unos pocos cometieron el delito.
“Dónde está la harina” gritaban quienes irrumpieron en la sede, en referencia a la harina integral, que a veces vende el ayuntamiento a precios solidarios. Adentro solamente estaban los vigilantes Francisco Moreno (65) y Juan Salas (47), quienes al ver que la turba comenzó a lanzar piedras a los ventanales, se resguardaron en el estacionamiento. Llamaron al 171, pero el operador les dijo que la ayuda no podía ser inmediata. Había otras protestas en el Eje Vial y Pampanito. “Como a las 9:00 de la noche fue que llegó la GNB, pero ya había pasado todo” contaron. Un grupo de 8 a 12 sujetos forzaron el portón, rompieron la puerta de madera, sustrajeron la unidad de un aire acondicionado (del área de Recursos Humanos), rompieron carteleras, quemaron documentos y se llevaron unas cornetas de una computadora.
El alcalde Alfredo Barrios, a las afueras del Aereopuerto Antonio Nicolás Briceño (donde rendía declaraciones el Ministro para la Energía Eléctrica), calificó los hechos como vandalismo y terrorismo. Ejecutado por delincuentes, quienes se habían colocado frente a la entidad y aprovecharon la baja de luz para cometer fechorías. Barrios explicó que los organismos de seguridad (Sebin, GNB y PNB) determinarán el trasfondo del caso y se encargarán de detener a los responsables, algunos de ellos plenamente identificados.
Violación de santamarías
No obstante, esta fue la única institución pública perjudicada. El primer mandatario regional contabilizó 10 comercios saqueados, la mayoría de ellos ubicados en la ciudad de las Siete Colinas. En Motatán los manifestantes, ubicados en el Boulevard del Estudiante, a las 10:00 de la noche saquearon un comercio asiático. Lo desvalijaron hasta que hubo un muerto. En Valera, los ataques fueron casi en simultáneo. Robaron en dos carnicerías, una panadería, una pescadería, una farmacia y se registraron daños en el Mercal. No obstante, algunos de los ataques no buscaban alimentos o medicinas, se vieron afectados un local de venta de electrodomésticos, una tienda de ropa y otra de venta de accesorios. Eso sin contar los daños a otros emprendimientos: un concesionario de vehículos, un salón de belleza, una oficina de seguros y una estética.
“No tiene justificación, porque yo no vendo comida” expresó Miguel Touma, mientras mostraba los daños en la Casa Amarilla, ubicada en la calle 8 de Valera. A las 9:30 pm la turba rompió dos santamarías y sustrajo todo lo que se topó en su camino: muebles, aires, ventiladores, computadoras, todo. Vidrios rotos y otros escombros se veían en el suelo del local. Indignado, el comerciante comentó que los vecinos lo llamaron, pero cuando él llegó, no había nada que hacer. Ni la policía pudo, pues no tenían equipos para controlar a la gente. “Ni patrulla tenían”. Espera, como la mayoría de los afectados, volverse a levantar con “la fortaleza de Dios”.
Motorizados comandaban
En La Floresta y Lasso de la Vega fue peor. En la estación de servicio Los Bambúes, los motorizados alumbraban la panadería Luis Mi para que los otros pudieran violar las cerraduras. Ya habían atacado la carnicería El Batey, la pescadería La Andinita e Inversiones El Pollo, de donde sustrajeron mercancía, equipos eléctricos, insumos y rompieron las neveras. La gente salía descalza con bandejas de carne. Corrían hacia las comunidades populares: La Cienága, La Concepción, Las Mercedes, El Gallo, Simón Bolívar, Las Travesías y Los Pinos.
“Qué te puedo decir, aún no he contado todo lo que perdí” refirió María Gabriela Morales, propietaria de la panadería. La mujer, con lágrimas en los ojos, señalaba las estanterías, las neveras, que una mañana antes estaban llenas de mercancía. Dañaron las neveras, rompieron los vidrios, se llevaron la máquina registradora. Millones de bolívares invertidos por primera vez en 2009, con el objeto de salir adelante. “Es díficil comenzar desde cero un negocio” dijo. Son 9 familias las que se quedan sin su sustento.
“Santo Domingo bajó”
Cinco locales del Centro Comercial Arichuna se vieron afectados por una “turba” de Santo Domingo. Junior Zambrano, propietario del salón de belleza Junior Studio, contó que le avisaron a las 9:00 de la noche. Le partieron el vidrio del local y no se metieron porque tiene rejas. Una oficina de seguros y una estética sufrieron daños similares. Sin embargo, los más afectados fueron dos locales de nuevos emprendedores. Andrés Terán, propietario de Bohemios, comentó que irrumpieron y cargaron con mercancía, computadoras, cámaras y un equipo para tatuar. Millones en pérdidas. “No tengo la culpa de querer progresar en un país dañado” comentó el joven, quien apenas había abierto su local en diciembre de 2017.
En Le Dorito, una tienda de accesorios de diseño propio, la mamá del propietario se lamentaba de los daños. Los vidrios estaban rotos y la mercancía se había esfumado. Tenían un mes de haber abierto, pues su hijo, José Manuel Briceño, sueña con tener su propio negocio. “Él es un emprendedor y estoy segura que se volverá a levantar”. Otros comercios atacados tenían sus puertas cerradas, como es el caso de una farmacia ubicada en las inmediaciones de la Plaza Sucre. Sus trabajadores se acercaron al negocio, pero permanecieron afuera del lugar, sin saber cuál era su destino.
Reunión con Iroschima
En un recorrido realizado por el Diario de Los Andes, en la ciudad de Valera, se constató el estado de las calles. La mayoría de los sectores de San Luis, el centro, La Floresta, tenían rastros de haber mantenido incendios durante el apagón del domingo. Aún era fuerte el olor de cauchos quemados y los vidrios rotos brillaban por la exposición del sol. En cuanto a los comercios, algunos de ellos fueron visitados por el Director General de la Alcaldía, Jean Piero Osuna; y el Director de Finanzas, Eduardo Cegarra. En representación de Iroschima Vásquez, los invitaron a una reunión en el despacho para este viernes, a las 2:00 de la tarde. Al parecer, quieren ayudarlos a solventar sus pérdidas, a través del Banco de Venezuela.
Causaron molestias en algunas comunidades
Buscaron a los responsables de saqueos en Valera
El gobernador del estado Trujillo, Henry Rangel Silva, anunció que habían arrestado a 20 personas por los hechos de violencia ocurridos en la noche del domingo. En simultáneo a sus declaraciones, varias familias de los sectores Lasso de la Vega y La Floresta, resportaron abusos en el operativo llevado a cabo por funcionarios de la PNB, GNB y las Fuerzas Armadas Policiales del estado Trujillo (Fapet) en sus comunidades. Se llevaron arestados a jóvenes inocentes, golpearon a mujeres, niños y ancianos.
En una vivienda de Lasso de la Vega, una docente jubilada se atrevió a juzgar cómo procedían los organismos. A su juicio vulneraban los derechos humanos de los muchachos y los efectivos irrumpieron en su casa de manera violenta. Se llevaron a su hijo, un hombre trabajador y graduado de ingeniero. Acción similar ocurrió en otras dos casas. A los supuestos investigados los condujeron a la sede del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Aparentemente, ellos no participaron en la manifestación, habían sido simples expectadores del vandalismo. Los verdaderos responsables, refirió la declarante, quien prefirió no identificarse, bajaron de La Ciénaga y otras comunidades populares. En Las Travesías, los funcionarios también realizaron inspecciones y se llevaron a cuatro muchachos.
Objetos robados
Por otro lado, se conoció que los funcionarios adscritos a la Unidad de Investigaciones de las Fapet, encontraron varios de los objetos sustraídos de las carnicerías en sectores de Las Mercedes, El Gallo y La Cañada. No obstante, no se obtuvieron detalles oficiales, que serán revelados en una rueda de prensa en los próximos días.
Por último, Rangel Silva declaró que durante este domingo hubo 20 personas heridas, la mayoría pertenecientes a las fuerzas del orden público. Uno de ellos presentó un disparo en una pierna.
Comunidades siguen alzadas
Saqueo de camión a plena luz del día
En la tarde de este lunes, 12 de marzo, saquearon un camión de salsas y aderezos en el sector San Luis de Valera. Aparentemente, la comunidad continúa alzada por las fallas de electricidad. Un grupo de individuos, no identificados, aprovecharon la situación y secuestraron el vehículo de carga en la avenida principal. Lo condujeron hasta la Zona Industrial, cerca de la sede del Mercal, y lo saquearon. A las pocas horas arribó una comisión de la Guardia Nacional Bolivariana. Sin embargo, no había nada que hacer. La gente había robado toda la mercancía.
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