EL UNIVERSAL
Consideran que el Gobierno lo utiliza para maquillar cifras y multar a usuarios
Hace tres años ese portal informaba diariamente del comportamiento de las plantas térmicas e hidroeléctricas (unidades en funcionamiento o fuera de servicio), niveles y aportes de los embalses del Bajo Caroní, número de fallas en las redes de transmisión y sus motivaciones, los racionamientos, entre otros. Así como la generación y demanda eléctricas a nivel nacional, volúmenes de combustible empleados, la data histórica mensual, anual y las perspectivas futuras.
Miguel Lara, ex gerente general de Opsis, considera que ese «apagón informativo es el medio utilizado por las autoridades eléctricas para desinformar y manipular la realidad del sistema, para tratar de transferir a terceros las responsabilidades de la crisis eléctrica y para no realizar la correspondiente rendición de cuentas».
Sostiene que «los usuarios no cuentan con la información precisa que les permita soportar y defender sus derechos, la justa compensación por los daños que han tenido producto de las innumerables fallas y de la baja calidad en el suministro de energía eléctrica».
El consultor internacional José Aguilar señala que «esta opacidad informativa ha servido para maquillar la cifras, justificar la erradas políticas del Gobierno en esta materia, penalizar a los usuarios residenciales, hacer uso de dineros públicos sin rendir cuentas».
En su opinión, se han «gastado más de $70 millones -según Memorias y Cuenta 2010 a 2012- en mejorar el sistema, se jactan en decir que cuentan con salas situacionales, pero el país no tiene acceso a un mejor servicio ni a la información que manejan».
Víctor Poleo, profesor de postgrado de la UCV, argumenta que «privando de información a la nación, la clase política ensaya mil mentiras para desmarcarse de sus responsabilidades ante los trabajadores de la industria eléctrica y los usuarios. En ausencia de información y abusando de su hegemonía mediática, el gobierno desdibuja la historia del sector eléctrico nacional y así, en un alarde de infamia sin precedentes, afirma que los desarrollos hidroeléctricos en el río Caroní son un ‘error estratégico’. Quiere con ello reivindicar su incompetencia en planificar al sector y a la par, extender una vez más, el horizonte de las emergencias eléctricas que oficialmente datan de 2010».