«Naufragio electrizante»

DIARIO LA VERDAD (ZULIA)

 

José Aguilar / Ingeniero Eléctrico / jgasaguilar@hotmail.com / @SoyJoseAguilar

El hasta cuándo de esta situación depende de cada uno de nosotros. Hay que salir del régimen y sólo dando paso a un modelo ético de gestión, el SEN podría ser puesto de nuevo al servicio de la nación

JoseAguilarLa semana pasada Venezuela cumplió cuatro años consecutivos sin poder superar su máxima demanda histórica de 18 mil 696 MW, que no incluyen una reducción de dos mil MW en Guayana, mientras el Sistema Eléctrico Nacional, SEN continúa a la deriva y cada vez más débil, tamaña reducción energética echa por tierra el cuento de la «excesiva demanda» de los sufridos usuarios y afirma la destrucción económica, haciendo del mal estado del SEN un tangible gran obstáculo para rescatar la economía nacional y mientras más se dilate en salir del presente régimen peor será para el país.

La  hidroelectricidad con el río Caroní bajo hidrologías más favorables y sin haber sido causal de la crisis, va hacia un gran derroche energético durante buena parte del resto del 2017. Guri se llenará y tendrá que ser tirado al desperdicio, pues ni hay carga en Guayana y tampoco líneas de transmisión para aprovechar su energía, de nuevo el gran derrochador será el régimen y no los usuarios del mal servicio del SEN.

La termoelectricidad, la falta de mantenimiento afecta agudamente al principal componente de MW instalados en el país. A estos MW les cuesta un mundo superar 30 por ciento de disponibilidad y para que la situación sea más crítica faltan combustibles, pues aunque usted no lo crea, el país con las mayores reservas de petróleo del mundo no tiene suficiente cuantía de los combustibles requeridos, aun después de arreglar los problemas de mantenimiento para muchas de sus plantas eléctricas.

Este desastre por los vicios en la fallida gerencia antiética del sector energético por parte del régimen, amenaza con apagar el país paulatinamente de seguir la dilación en la remoción de dicho régimen, convirtiendo el estado actual del SEN en una amenaza para la inmediata gobernabilidad del país, en caso de darse un cambio político.

Venezuela va rumbo a la ruralidad de 1940 en pleno siglo XXI, imposible permitirlo. El hasta cuándo de esta situación depende de cada uno de nosotros. Hay que salir del régimen y sólo dando paso a un modelo ético de gestión, el SEN podría ser puesto de nuevo al servicio de la nación. ¡Manos a la obra que sí se puede!

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