Entre julio de 2009 y junio de 2010 descendió el nivel del Guri debido al fenómeno climatológico, lo que afectó la generación de energía. De nuevo el Gobierno anuncia medidas extremas por déficit de generación.
En el sector eléctrico venezolano vuelven a sonar las alarmas de emergencia, aunque a diferencia de 2010, cuando se responsabilizó al fenómeno El Niño por el déficit en la generación, ahora el Gobierno admite un problema mucho más complejo, que incluye la transmisión y distribución de la energía eléctrica.
Analistas consultados por El Mundo afirman que la actual emergencia eléctrica no contiene demasiadas diferencias con la anterior que se decretó el 8 de febrero de 2010 y terminó en junio del mismo año, sino simplemente estas medidas son extensiones de la primera.
En aquella ocasión el decreto de emergencia lo dictó el presidente Hugo Chávez, con Alí Rodríguez Araque como ministro de Energía Eléctrica, ocho meses después de que se inició el período de sequía que llevó el nivel del embalse del Guri cerca de la cota mínima operativa de 240 metros y provocó un déficit de generación al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Ahora el panorama es distinto. La emergencia eléctrica aprobada por el presidente Nicolás Maduro, con Jesse Chacón como ministro, sucede sin que se haya registrado un descenso alarmante del embalse y coincide con el inicio del período de lluvias. Además este decreto se dicta tras un proceso electoral en el cual afloraron denuncias de sabotaje eléctrico para justificar las fallas del servicio en el interior del país.
Barajitas repetidas
En ambas emergencias, los factores comunes han sido la baja disponibilidad efectiva de generación de energía, así como las medidas anunciadas para el ahorro energético tanto en el sector industrial, así como en el público y residencial.
Por ejemplo, al sector público se le exigirá disminuir en 20% el consumo, la misma meta que se planteó en 2010. Sin embargo, sólo se redujo en 8%. También se repite con la estrategia de sustituir bombillos incandescentes con ahorradores, y se lanzarán campañas de concientización a los usuarios, tal como informó el ministro Chacón.
En un estilo más directo que sus antecesores, el nuevo titular de Energía Eléctrica ha descrito desde su primera rueda de prensa del 25 de abril, el panorama con el que se encontró en el SEN: una generación insuficiente para cubrir la demanda, la falta de mantenimiento de redes y subestaciones, así como una baja conciencia de ahorro energético dentro de la población.
Chacón llegó con la propuesta de un plan de 100 días para solventar la emergenciaeléctrica, plan que empezó a correr desde este martes 7.
«Si en 100 días no logramos los objetivos planteados, pongo mi renuncia», dijo el 25 de abril.
600 a 800 Mw menos
El presidente de la Federación de Trabajadores Eléctricos, Ángel Navas, quien se encuentra relacionado ideológicamente con el actual Gobierno, señala que Chacón ha dicho lo que hace mucho tiempo los empleados de la corporación estaban señalando.
«Aquí se estaba racionando energía antes y después del proceso electoral y no se le estaba diciendo a la población, por lo que se confundía con apagones y saboteo, y eso llegó a perjudicar al proceso durante las elecciones. Realmente estábamos sacando entre 600 Mw y 800 Mw del sistema porque las máquinas de generación se hallaban en mantenimiento o porque la demanda seguía subiendo y no teníamos capacidad para responder a este consumo», asegura Navas.
Un proceso continuo
Para el exdirector de la Oficina de Planificación de Sistema Eléctrico Nacional, Miguel Lara, la emergencia no es un evento de fecha reciente, sino la continuación de un proceso ya iniciado.
«Se entró en emergencia desde 2006, cuando el sistema eléctrico dejó de estar en condiciones de dar servicios sin racionamientos. Este déficit se ha profundizado en el tiempo y hoy el SEN se encuentra en un estado permanente de racionamiento», señala.
El economista y experto en energía, Nelson Hernández, respalda la hipótesis de Lara, al asegurar que si la emergencia se hubiera superado en junio de 2010, como lo anunció el Gobierno anterior, «los apagones no fueran más frecuentes».
Sin embargo, para el ingeniero y profesor de la Universidad Bolivariana,David Paravisini, en este momento no estamos viviendo una emergencia sino una crisis.
«En 2010 la emergencia la representaba el fuerte verano», asegura Paravisini, quien ahora señala que la crisis actual está determinada por la incompatibilidad en el modelo político y económico con que está siendo manejado el SEN, dirigido al desarrollismo y no acorde con la realidad venezolana.
Demanda al límite
En la Memoria y Cuenta del Ministerio de Energía Eléctrica de 2012, se señala que la capacidad instalada del SEN pasó de una potencia de 25.704 Mw a una de 27.496 Mw, sin embargo esta capacidad no se corresponde con la disponibilidad efectiva que alcanza tan solo 17.139 Mw (ver infografía).
El ministro asegura que esta diferencia entre la capacidad instalada y la disponibilidad real es un problema histórico en Venezuela; sin embargo, la brecha entre estos componentes ha aumentado en los últimos años.
Pero el tema de la generación constituye sólo una parte del problema. Según Ángel Navas, las inversiones tienen que realizarse en todos los niveles de la empresa.
«Se debe dar un equilibrio en las inversiones, porque no solamente tiene que ver con el tema de la generación sino con transmisión, distribución y comercialización», señala.
Según las investigaciones del ingeniero y asesor internacional José Aguilar, dentro de la corporación no existe cultura de mantenimiento.
Para 2012 el Ministerio prometió la recuperación de 2.380 Mw a través de trabajo de mantenimiento en las líneas y subestaciones, sin embargo el año culminó con un reporte de 1.322 Mw recuperados, cifra cuestionada por Aguilar, quien señala que fueron tan solo 932 Mw.
Los principales problemas de mantenimiento se centran, a juicio del ingeniero Erasmo Chirinos, en los 119.406 kilómetros de redes y las 451 subestaciones que conforman la distribución eléctrica del país.
Para Chirinos, el problema del sector eléctrico no debe enfocarse sólo en la generación, porque así se llegue a superar la demanda, continuarán los problemas a nivel de transmisión y distribución que incidirán en más apagones que padecerán los ciudadanos.
Chirinos sugiere la creación de un equipo multidisciplinario que detecte y corrija los problemas a nivel de la red de distribución.
De acuerdo con el plan presentado el martes por Chacón, tras mejorar la generación, que incluye la culminación de 35 proyectos, se dirigirán los esfuerzos a distribución y transmisión.
Al país le habrá podido faltar suficiente energía para cubrir la demanda pero le han sobrado recursos financieros para combatir ambas emergencias.
Según cifras manejadas por el ingeniero Aguilar, desde que se decretó la crisis en 2010 se han invertido 34.459 millones de dólares en 40 proyectos destinados a mejorar la calidad del SEN.