El Pitazo
José Aguilar | El Pitazo
CRISIS ELÉCTRICA El jueves 8 de noviembre, la efemérides del medio siglo de operaciones comerciales del Guri, nuestra principal planta eléctrica y cuarta por tamaño del mundo, fue empañada por declaraciones del ministro censurado del Sector Eléctrico Venezolano, SEV, en la ciudad de Maracaibo. Luego de 320 días de labores para estabilizar el sistema eléctrico del estado Zulia, se informó “la recuperación de 1.200 MW… a un costo de US$ 848 millones”. Al revisar los detalles, la barbaridad cometida contra el Zulia y la nación indica que estamos ante un nuevo nivel de perversidad sin parangón.
La corrupción y la demagogia, dos vicios de larga data en la actividad política del país, le han dado un mal nombre a la misma por el mal aroma, amargura y destrucción que deja a su paso para su víctima, la ciudadanía. Lo acontecido en el Zulia indica que estamos ante un fenómeno agravado, pues no solo se malgastó una gran cantidad de dinero en faenas de manutención: también la coyuntura inducida adrede por el régimen fue utilizada para mutilar la infraestructura eléctrica de la región zuliana, dejándola en peores condiciones que antes del episodio inducido. Veamos por qué:
A comienzos de la administración del señor Maduro, el Zulia generaba 1.500 MW con sus propias plantas (50 % de disponibilidad), lo cual permitía con la transmisión existente de seis nexos paliar muchos de los picos de una demanda que superaba los 3.000 MW.
La operación a combustible diesel (gasoil) ante la ausencia de gas natural imponía una mayor carga de mantenimiento en las plantas regionales, que no se ejecutó oportunamente y la sobreexigencia de las unidades de generación las fue aniquilando paulatinamente, hasta que en diciembre 2017 esa cifra había sido reducida a unos 300 MW en promedio, (10 % de disponibilidad).
Mientras la decadencia de los MW locales avanzaba, también aumentó el abuso de la transmisión regional que interconecta al Zulia y el SEV mediante cinco nexos. En julio de 2013 se deja de importar energía de Colombia (sexto nexo), aumentando la sobrecarga por los cinco nexos con el SEV. La sobrecarga fue premeditada, para mantener el suministro regional fue derivando en fallas mayores en los sistemas de transmisión y distribución regionales, hasta que su debacle hizo inocultable el problema a pesar de que la demanda había disminuido en más de 1.000 MW.
El régimen alega “sabotaje”, pero más del 95 % de las fallas son por sobrecarga y falta de mantenimiento, agravadas por la pobre vigilancia y complicidades internas dentro de Corpoelec con la seguridad de la integridad física de las instalaciones. En síntesis, eso que ellos llaman “sabotaje” es pura negligencia y desidia (política de Estado) y es caldo de cultivo para sucesivos “guisos”.
Lo que jamás se había visto antes es que estas situaciones de emergencia fueran utilizadas para, además de raspar la olla, empeorar la infraestructura y agravar las vulnerabilidades de la misma.
Antes de la coyuntura, el Zulia tenía seis nexos de transmisión que permitían hasta 2.100 MW de importación por esa vía. A esto se sumaba una capacidad de generación estadal instalada de 3.035 MW. En teoría, el Zulia disponía de 5.135 MW como capacidad máxima de suministro, si toda la infraestructura estuviera disponible. Todos los valores que se indican están libres de sobrecarga.
Después del más prolongado sufrimiento y excesivos dineros malgastados en el Zulia, los resultados son:
Cuatro nexos de transmisión que permiten hasta 1.350 MW de importación por esa vía; a esto se suma una capacidad de generación estadal instalada de 3.056 MW. En teoría, el Zulia dispone de 4.406 MW como capacidad máxima de suministro, si es que estuviera toda la infraestructura disponible. Una pérdida de 729 MW.
El ministro además declaró una disponibilidad de “1.500 MW por transmisión y la generación es de 400 MW”. Es decir, la capacidad de suministro efectiva del Zulia es 1.900 MW. Cualquier demanda superior a 1.750 MW ocasionaría racionamientos y deja implícito el modus operandi de sobrecarga y con ello la continuada destrucción y más guisos. Esto demuestra que el lado oscuro del régimen se enrumba a un nivel jamás visto en los anales de 130 años de historia eléctrica nacional.
Venezuela clama un parao a la corrupción, la demagogia y el recao de olla de la impunidad. Imperativo reemplazarlos por la honradez extrema, la ética, conocimiento, planificación armoniosa, mantenimiento y meritocracia, o la oscurana nos espera.
El cuadro muestra la demagogia del régimen en materia eléctrica con el Zulia:
https://elpitazo.com/opinion/opinion-barbaridad-electrizante/