CORREO DEL CARONÍ
mramirez@correodelcaroni.com
Las interrupciones eléctricas extendidas en Ciudad Guayana, que han superado las 12 horas en algunas zonas, se han convertido en una amenaza para los pequeños empresarios que requieren mantener refrigerada su mercancía. Los cortes han dañado equipos de refrigeración y productos, que al final deben ser desechados por descongelación y descomposición.
Una pequeña empresaria, quien prefirió mantener su nombre en reserva por temor a represalias, contó que en su comercializadora de tequeños en Puerto Ordaz botan mercancía a diario, dañada por los cortes de luz.
“No podemos producir lo suficiente por los problemas de luz y por la falta de harina; todos los días botamos parte de la mercancía porque se daña”, expresó, en medio de una interrupción adicional a la que el jueves les correspondía en la zona, de 12:00 de la medianoche a 4:00 de la madrugada, según el plan de racionamiento.
“Se fue a esa hora y otra vez la cortaron a las 8:00 de la mañana y nadie agarra en Corpoelec”, contó.
Estimó que las ventas han caído en un 80% no solo por la confusión que han generado los cortes eléctricos, sino principalmente porque “la gente no tiene plata y cuando tiene yo no tengo mercancía”. La mujer asegura que en sus casi 60 años de edad, nunca había pasado por una situación similar, “es grave (…) estoy por bajar las santamarías pero no sé qué hacer con los empleados”, añade.
La situación se repite en zonas residenciales, donde el emprendimiento y la crisis económica han generado diversas formas de negocio que se evidencian en pequeñas papelerías, ventas de helados y pollo, entre otros rubros, hoy golpeadas por el racionamiento.
Mariselis Pariguan, por ejemplo, vende helados Cali en su residencia en el Campo A2 de Ferrominera, pero un apagón de más de 12 horas -que comenzó en la noche del miércoles- descongeló la mercancía y la obligó a botar más de una docena de helados de paleta este jueves.
“En los apagones de dos horas duraban, los dejaba en el congelador y no lo abría, pero el corte de cuatro horas es fatal porque se descongelan completamente. Tuve que botar helados de paleta esta mañana porque se vuelven agua”, afirmó.
La afectada asegura que desde que iniciaron los cortes eléctricos disminuyó la inversión en helados, que para ella representa un soporte económico para su familia. “Compraba Bs. 10 mil, ahora la mitad porque más es la pérdida que la ayuda ahorita”, apuntó.
El presidente de la Cámara de Comercio e Industrias del municipio Caroní, Yormán Hernández, alertó esta semana del grave impacto económico que están dejando los cortes eléctricos en el sector comercial. “Las pérdidas hoy son incuantificables”, dijo.
Congelador impenetrable durante cortes eléctricos
En la Panadería Vida’s en la avenida principal de Castillito, la encargada Mily Estrada cuenta que durante las interrupciones eléctricas guardan toda la mercancía del área de charcutería en el congelador, que permanece cerrado mientras dura el corte.
El frigorífico conserva los productos, asegura, “pero no se prepara sándwich, no se rebana charcutería y solo tenemos a la venta jugos que en poco tiempo ya están calientes y la gente no los compra, nos vemos muy afectados (…) es mucho tiempo sin luz”.
A las limitadas operaciones, sin electricidad, se suma la inoperatividad de los puntos de venta y de facturación en la mayoría de los negocios, así como el riesgo que corren en materia de seguridad.
“Trabajar así es un riesgo, pero no podemos cerrar las puertas”, sostuvo el comerciante Camilo Fuentes, quien ve con asombro cómo un estado con tantas centrales hidroeléctricas sufre una crisis como la actual, que se suma a los problemas macroeconómicos del país, que ostenta la inflación más alta del mundo y el mayor retroceso económico de la región.
“Es como la maldición que para muchos países ha representado el petróleo”, puntualizó.
