DIARIO EL CARABOBEÑO
Dayrí Blanco
Nada ha sido suficiente. Ni los racionamientos iniciados en 2010, el proyecto de siembra de nubes, el plan Banda Verde ni el más reciente denominado de Administración de Carga. Tampoco la promesa de los 100 días del entonces ministro, la creación de un estado mayor, el decreto de emergencia eléctrica, ni apuntar al derroche de energía como responsable de la crisis. La realidad es que no hay nada que haya hecho el Gobierno para incrementar la generación. Solo se es capaz de producir el 70% de la necesidad nacional.
38 mil millones de dólares fueron destinados para aumentar la producción de megavatios en las termoeléctricas, y no se ha dado. Las plantas apenas trabajan al 40%. Junto al Guri, el país cuenta con 16 mil 800 megavatios diarios de los 23 mil 770 que necesita, pese a que desde la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados, se advirtió hace cinco años que el crecimiento anual de la demanda es de 7%, lo que equivale en 17 años a un incremento de 119%.
La capacidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) es de 23 mil 670 megavatios entre los 14 mil 630 que es capaz de producir el parque hidráulico y los nueve mil 40 del térmico. Lo que quiere decir que trabajando al 100% no existirían fallas en el suministro. Pero la falta de mantenimiento y actualización de equipos ha sido determinante.
Sistema descuidado
En 2008 la crisis ya se ventilaba. Desde el Ejecutivo se admitió que el 79% de las termoeléctricas tenía más de 20 antigüedad, y el 30% estaba en condición de indisponibilidad.
De acuerdo con un estudio realizado por ingenieros como Miguel Lara, Gustavo González, Jorge Pirela, Iñaki Royusse y Víctor Poleo, la planta eléctrica Termo Bachaquero del Zulia que inició en 2007 y debió estar lista en 2011 sigue sin producir un solo megavatio. Obra en la que se han invertido, más de tres mil millones de dólares. La Pedro Camejo de Valencia produce solo 150 megavatios que es la mitad de su capacidad, y la Josefa Camejo de Punto Fijo opera a una tercera parte de 450 MV.
Planta Centro, la más grande de Latinoamérica, no se ha logrado recuperar. Sus cinco turbinas están detenidas y no se han construido ampliaciones de la red troncal de alta tensión, que es la que transporta la energía desde el Bajo Caroní a los mercados eléctricos del Oriente, Centro-Norte y Occidente del país.
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