El Pitazo
El ingeniero José Aguilar, especialista en sistemas de generación eléctrica, analizó reportes de Corpoelec del 7 y 25 de marzo de 2019 que revelan una disminución de la generación de la termoelectricidad y la violación a los límites de transmisión de energía.
Nataly Angulo
La baja generación de electricidad térmica y las violaciones de los límites de operación del Sistema Interconectado Nacional llevaron a que el sistema eléctrico venezolano colapsara el 7 y el 25 de marzo de 2019, según se desprende de reportes de Corpolec analizados por el ingeniero José Aguilar, consultor internacional de análisis de riesgo eléctricos.
Reportes de la estatal emitidos los días de los apagones y conocidos hasta ahora por El Pitazo, revelan que el país alcanzaba una demanda de 12.000 megavatios y la generación térmica descendía los días previos del 7 de marzo.
En la madrugada de ese jueves del año pasado, comenzó a disminuir la generación térmica en el país. En Zulia se paró la unidad 4 del complejo Termozulia por causas desconocidas y no regresó a operar, quedando la región zuliana con una generación propia de 60 megavatios.
Unido a Zulia, en los Andes se paró cerca de la 1:00 de la madrugada la única unidad operativa en la central hidroeléctrica Fabricio Ojeda (La Vueltosa) que generaba 240 Mw. La turbina operaba a diario entre las 2:00 pm y la 1:00 am, pero el 7 de marzo no entró en operaciones por razones también desconocidas, pese a que el embalse contaba con agua para funcionar.
Antes de que se registrara el apagón, a las 4:50 pm del jueves 7 de marzo, en el país había una generación térmica cerca de 2.000 megavatios y los estados Zulia, Mérida, Táchira, Barinas, Alto Apure y Portuguesa dependían de la energía que se pudiera enviar desde las centrales hidroeléctricas de Guayana: Guri, Macagua y Caruachi.
«Con la carga de Guayana prácticamente estrangulada, la única forma de disminuir los racionamientos se basaba en la mala praxis de violar los límites de operación entre las diferentes áreas operativas del sistema interconectado nacional a través de la Red Troncal de Transmisión, que une a Guayana con el resto de Venezuela», explicó el ingeniero.
«Ese día, la pobre disponibilidad térmica y la mala praxis, finalmente derivó en un apagón nacional«, agregó el ingeniero, quien indicó que hubo un evento que terminó de colapsar un sistema que «era operado de manera insegura«, narró.
Fuentes de El Pitazo informaron en esa oportunidad, que un incendio de maleza debajo de las líneas de transmisión de 765 kilovoltios, por donde se transmite el 80% de la energía que consume el país, fue el detonante. Imágenes de satélites de la Nasa captaron que desde el 6 de marzo había incendios en Guri, una central que está custodiada por la Fuerza Armada Nacional y demás cuerpos de seguridad del Estado.
El gobierno de Nicolás Maduro dijo que el colapso fue producto de un «sabotaje electromagnético» al sistema Scada, un computado que controla todo el sistema eléctrico del país y que -según especialista como José Aguilar- no es posible ser hackeado.
Sigue el error
El servicio eléctrico pudo recuperarse por completo en todo el país el martes 12 de marzo, y 13 días después Venezuela volvió a quedar a oscuras. El sistema volvió a colapsar y el problema ocurrió de nuevo en Guri.
Un autotransformador del patio B de Guri explotó. Se trató de un equipo medular que permite la salida de la energía que se produce en la principal hidroeléctrica del país.
¿Por qué ocurrió? Las plantas térmicas no se recuperaban del primer apagón. A las 11:00 de la mañana de ese día, Caracas y 16 estados del país quedan sin electricidad por al menos tres horas. La generación termoeléctrica estaba en unos 1.700 megavatios en la mañana del 25 de marzo, y cerca de las 8:30 de la noche cayó a 550 Mw.
Las autoridades de Corpoelec optaron por aumentar la transmisión de energía hidroeléctrica de Guayana a través de la Red Troncal de Tranmisión en lugar de racionar, incluyendo a la privilegiada Caracas, según pudo conocer el ingeniero Aguilar.
«Fue una operación de alto riesgo que terminó en dañar el autotransformador y exponer a los venezolanos a un nuevo apagón; a sabiendas de que se operaba un sistema con un cúmulo de daños productos de la ausencia de mantenimientos«, dijo.
Aguilar agregó que el día del segundo apagón ocurrió «una excesiva sobrecarga» en el patio B de Guri, resultando en la falla del autotransformador.
«Ese día, la generación térmica estaba mal. Descendió de 1.700 a 550 megavatios al momento del apagón. La proporción de generación estaba 94% hidroeléctrica y 6% térmica. El sistema eléctrico venezolano y la Red Troncal de Transmisión jamás fueron diseñados para cargar con toda la demanda del país«, explicó.
La explicación técnica que revelan los reportes de Corpoelec y ofrece el ingeniero Aguilar son muy distantes de la versión que ofreció el gobierno venezolano, cuyo presidente Nicolás Maduro dijo que la explosión del equipo fue a causa de un disparo con un fusil.
La práctica de violaciones en las líneas de transmisión de todo el sistema interconectado se mantiene, advirtió Aguilar, quien rechazó que esta medida sea habitual para quienes operan la red.
«Bajo este esquema, y con equipos de la red de transmisión, que a un año de los apagones no se han recuperado, y con una generación térmica que tampoco se recupera, el país sigue bajo la sombra de apagones de gran magnitud«.
Insistió en que la primera medida que debe tomarse para recuperar el sistema eléctrico venezolano es profesionalizar de nuevo el sector y salir de quienes operan la red de forma insegura.