CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
A mitad del discurso de anoche, ya no quedaba en la plaza ni la mitad de la gente que habían llevado. ¿Acaso es muy aburrido y repetitivo el discurso de Chávez? ¿Están hartos de escucharlo prometer lo que no hizo en los 13 años y medio anteriores? ¿Le tienen miedo al hampa y la criminalidad que son quienes mandan en las calles de Caracas de noche porque no hay gobierno que se ocupe del asunto? ¿Muchos de esos que se fueron tan pronto como aflojó la vigilancia con listas, son los que asistieron bajo presión? ¿Una mezcla de todas las opciones anteriores?
Salgo de esta segunda jornada de inscripción de candidatos en el CNE con más entusiasmo del que ya tenía la noche del domingo, porque la calle es del cambio, la calle es de Capriles y la Unidad, de la gente joven que se propone hacer una Venezuela del siglo XXI superando este pasado que hace rato es Chávez y también del anterior. Algo (muy) bueno está pasando…. ¡el cambio va!
Es bueno que Chávez pueda estar en la campaña electoral, aunque es obvio que ya no tiene la energía y empuje de juventud y plenitud que exhibe Capriles para enfrentar con fuerza los graves problemas que aquejan al país y que nos deja en herencia el gobierno de Chávez. Para Venezuela es importante que sea el pueblo quien lo saque con los mismos votos con que lo llevó al poder. Fin del mito que han tratado de construir a punta de billete, abuso de poder y un latifundio de medios de comunicación, cadenas y una catarata de cuñas usando los dineros del pueblo. Es malo que se empeñe en engañar al país tratando de ser reelecto sin estar en condiciones de salud para ello, como fue obvio por la forma como lo llevaron al CNE y lo que mostró.
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