CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
Por varias fuentes se confirma un dato que publiqué en Tal Cual del fin de semana. Rangel Gómez habría llamado a Maduro el viernes en tono de reclamo por la detención de Yamal Mustafá. “¿Entonces la cosa es contra mí?”, le habría dicho. Dicen que Maduro le contestó que él debía estar contra la corrupción. Eso ratificaba que la pregunta que hicimos en el titular de esta columna el viernes no era ociosa: “¿Maduro rompió con Rangel?”. El general se ufanaba por años -y Mustafá era parte de su poder- de controlar no sólo la vida política, el poder económico y buena parte de las empresas básicas sino medios de comunicación, gremios y decisiones judiciales. Pero ayer en el tribunal le dictaron privativa de libertad a Mustafá, ordenándole ir a juicio. “Asociación para delinquir, y peculado doloso (comercialización ilegal del mineral)”, serían los cargos. Al parecer Rangel ya no tiene cómo imponer decisiones. Ahora se las imponen. Dicen que se quejan de que “fue política la decisión del tribunal”. ¡Caramba! Me vienen a la mente los juicios de indignante injusticia contra Rubén González y Carlos Chancellor, para citar sólo dos.
¿Por qué Maduro va contra su aliado de años en Guayana? Hay varias explicaciones que se comentan tanto en el PSUV como en distintos sectores políticos. Los analizaremos en próximos días, pero obviamente que no es un interés “altruista” en combatir la corrupción. Por años se supo lo que hacían en Ferrominera y hacen en otras empresas. Se denunciaba. Lo hicimos nosotros. Los hicieron dirigentes políticos como el propio Velásquez. Lo hicieron luchadores sindicales. Incluso, hubo algunos dentro del chavismo que también lo hicieron. Y en el alto gobierno -Maduro incluido- jamás se interesaron. Por el contrario, nos insultaban y amenazaban.
No me alegra la desgracia de nadie. No la celebro. El episodio me hace pensar, una vez más, en que la soberbia y la arrogancia son malas consejeras. Los que creen que el poder es eterno y atropellan en lugar de ejercerlo con prudencia y comedimiento. No más la semana pasada, el señor Mustafá, convencido de su poder omnipotente, lanzó demandas contra este diario, su director y un diputado de coraje; calificó groseramente a una joven periodista sin poder alguno que no sea su dignidad profesional y sus principios. No reparó en que un poderoso como él debía guardar respeto por alguien que solo hacia su trabajo con apego a principios. Exigió, además, una descomunal censura: que a Correo del Caroní se le prohibiera informar sobre el caso FMO. Ojalá lo de hoy sirva como lección para todos nosotros. Quien tenga poder, debe hacer un esfuerzo reflexivo por tener humildad. Los humillados de todos éstos años van a llegar al poder mañana. ¿Se comportarán igual? Todos debemos pensar en Mandela.
Un detalle adicional. Hay dos damas presas que fueron gerentes. No tengo elementos suficientes para juzgar sus responsabilidades, ni las conozco, pero si a ellas -como se comenta- se las enjuicia solo por el traslado de fondos presupuestarios que eran para inversiones en Pellas y se usaron para pagar deudas, parece que se comete una injusticia. Si hubiera otras cosas, no sé. Una desproporción. La decisión era de Sabbagh, de la directiva. Incluso en CVG sabían de esa medida. No la prohibieron. Esperemos por más información.
Tragedia y muerte
revela que desnacionalizaron Ferrominera
En horas de la tarde se conoció de una noticia triste y trágica. La muerte de cuatro trabajadores de nacionalidad china en el Cerro San Isidro, principal fuente de explotación de mineral de hierro en Ciudad Piar ya que el Cerro Bolívar está inactivo desde hace años. Lamentable para esos hombres y sus familias. Una vez más queda cuestionada la seguridad industrial en Ferrominera, donde hay varios accidentes mortales en los últimos 5 años. Para las estatales no hay Lopcymat ni Inpsasel. Eso es para los pendejos.
El caso, sin embargo, pone de bulto algo que hemos denunciado una y otra vez ante la indiferencia del gobierno y los oficialistas: Ferrominera venía siendo desnacionalizada sin pudor por los que se llenan la boca diciendo que “tenemos patria”. ¿Por qué hay obreros chinos trabajando en labores de extracción de mineral de hierro? ¡Ah!, porque la “revolución” le entregó a dos grandes contratistas privadas el 70% de la extracción. Contratos aprobados en Miraflores y el Mibam. Una de ellas la China Railway Engineering Group (Creg) que trae hasta su personal obrero. El “entreguismo” de la soberanía nacional. Los falsos “patriotas” destrozaron la capacidad productiva de Ferrominera y por vez primera en más de 30 años, nuestra empresa estatal no tiene equipos suficientes para hacer el trabajo. Hay ruinas en el taller de maquinarias. ¿Tenemos patria? Esta revolución es una farsa. Una estafa histórica.