DIARIO EL ARAGUEÑO
La pésima calidad del servicio eléctrico, que se hace sentir con apagones constantes y prolongados, es una realidad nacional a la que se le han atribuido múltiples motivos, y que en muchos años no ha podido ser solventada por completo. Una situación a la que no escapa el municipio José Félix Ribas, donde los tendidos artesanales, ubicados en su mayoría en poblaciones improvisadas, juegan un papel protagónico.
En esta entidad se localizan no menos de 10 invasiones, concentradas en su mayoría en la zona Sur de La Victoria, entre ellas la conocida como la comunidad de El Indio y que con 1.600 familias se convierte en una de las más pobladas del estado Aragua. En todas el suministro de energía es a través de rudimentarios cableados, que son colocados por los mismos vecinos.
En El Indio, ubicado en plena carretera Zuata-La Victoria, se conversó con Juan Bautista Méndez, vocero de Energía y Gas del Consejo Comunal Victoria Segura, quien señaló que todos los vecinos se surten de electricidad a través de cables que no son los más adecuados. Comentó que sólo en el sector C conviven 620 familias, que dependen de dos transformadores que se sobrecargan a cada rato.
Este desastre eléctrico se repite en todas las invasiones y la instalación de transformadores es lo más cercano a un paliativo, aparatos que son adquiridos y colocados por los mismos lugareños, sin el respaldo de un técnico que le ofrezca las debidas orientaciones. Aun así muchos de estos cables se conectan a los tendidos formales, que de por sí están colapsados ante el rápido crecimiento de las comunidades.
Otro factor que influye en las repetidas fallas eléctricas es la permanencia de dos y tres familias viviendo bajo un mismo techo, esto se debe al profundo déficit habitacional e incrementa el consumo de una manera considerable. En la actualidad muchas parejas se mudan a la casa de sus padres o suegros, duplicando y hasta triplicando el número de neveras, aires acondicionados, televisores y equipos de sonido.
Por su parte Ana Ramírez, habitante del barrio Che Guevara, señaló que allí 445 familias comparten un solo transformador, que por obvias razones les ofrece un precario servicio y se sobrecarga con frecuencia. Agregó que aunque tienen los postes para instalar el tendido, tuvieron que llenarlos de cables económicos que no son los más recomendados. La misma situación reportó Gregoria Bonací, habitante de Santa Eduviges II, donde hay un solo transformador para surtir a 115 viviendas.
Finalmente José Aljorna, habitante de Brisas del Magüey, dijo que allá tampoco cuentan con un adecuado servicio eléctrico y subsisten con un tendido artesanal que construyeron ellos mismos. Afirmó que se le propuso a la Alcaldía que los vecinos podían comprar sus postes para que la Dirección de Mantenimiento sólo asumiera el cableado y la instalación. “La ingeniera encargada se negó a la propuesta alegando que ya había un proyecto eléctrico aprobado, pero han pasado varios años y seguimos en la misma situación”, aseveró.
La conclusión es que en los grandes planes que se elaboran desde Corpoelec, para mejorar su servicio a corto, mediano y largo plazo, debe incluirse la electrificación de las invasiones, ya que al final de cuentas han sido legalizadas de muchas maneras por los gobernantes locales. Y es que ya casi todas cuentan con consejos comunales validados, además de colocación de otros servicios como aseo urbano, agua por tuberías y hasta televisión por cable.