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EL UNIVERSAL

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SICAD-RIOS. Al presidente Maduro se le revienta el país en sus manos. Los afectados no serán solo los dirigentes del PSUV. También el resto de los venezolanos. Es inviable la propuesta de subasta de divisas. Impracticable. Imposible que no resulte, en pocas palabras, en otra devaluación muy fuerte o en dólares solamente para unos pocos. La nueva Ley del Trabajo es un bumerán para los propios trabajadores y para la pequeña y mediana empresa, verdadera fuente de nuevos empleos, que también quedó fuera del SICAD. La jornada de solo 5 días de trabajo y no más de 40 horas, destruye y cierra empresas. No las estimula y mucho menos las crea. El sistema eléctrico guinda de un milagro, inmerso como está en la guerra de «contratistas» de Pdvsa contra Corpoelec. Hasta los chinos pujan allí. Por eso el Plan de Emergencia decretado en previsión de la contienda electoral. Más de 135 mil denuncias en las redes por apagones en apenas los primeros dos meses de este año. (Ya antes Argenis Chávez había presentado un amplio y detallado informe a su hermano explicándole lo que allí encontró: crisis total, descuido en la transmisión y la distribución de la energía; negocios mil millonarios con la compra de decenas de plantas eléctricas usadas «refurbished», cuando lo manejó el ingeniero de más confianza de Ramírez). El mercado negro de cemento y cabillas a precios especulativos es una realidad entre los constructores y en el que la gente de Jaua y de algunos jefes militares están claramente  identificados. El precio oficial para estos dos productos es mera ilusión y  fantasía. Los ingresos a las diversas morgues siguen mostrando cifras alarmantes y los asesinatos con manifestaciones de  saña y venganza, relacionados con sicariato, se incrementan. El sistema educativo queda sin maestros y profesores, como lo demostró un reciente y excelente trabajo de Últimas Noticias. Mientras estas cosas ocurren, sensibles para todo venezolano de a pie, el Presidente y candidato Maduro se dedica a parodiar sobre la gestión de su antecesor, haciendo esfuerzos teatrales y de baja factura para hablar y gesticular como Hugo Chávez y mentarlo a cada rato. Hasta ayer lo había mencionado 3.288 veces. Si esto llegase a explotar no será por culpa del «imperio mesmo»  ni por la existencia de una «oposición insensible». Será por la incompetencia de quienes deben decidir desde el Gobierno. ¿Asumirá su barranco Nicolás?

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